Iván Lumierth

217 9 0
                                    


-Claro que si lo vas hacer.-dice sosteniendo mi cartera.

-Gracias, bueno deséame suerte Nina.-digo saliendo de la casa en busca de un taxi.

Ya en la avenida me fijo la dirección en mi móvil, llamo a un taxi y me subo en el. La verdad es que tengo muchos nervios, después de trabajar en una compañía explotadora ya no pude conseguir trabajo. ¿Qué hubiera dicho mi madre en estos casos? De seguro lo mismo que Nina. Si tan solo estuviera aca para poderle contarle de mis cosas, pero no, igual se que ella esta en cada momento conmigo, desde la brisa que rosa mis mejillas hasta la lluvia que rosa mi piel, ella esta ahi cuidandome.

25 minutos después.....

-Ya llegamos.-dice el taxista sacándome de mis pensamientos.

-Tome.-digo dándole un billete y seis moneda.-Gracias.-digo y salgo del taxi. Sabía que edifico era enorme, pero no tanto, doy un leve respiro y me decido entrar, voy de frente a la señorita de recepción y me acerco.

-Disculpe, señorita.-trato de ver su gafete.-Señorita Iris, vengo por la entrevista de trabajo.

-Pase adelante.-me dice y me da un gafete de postulante.- La entrevista es en el octavo piso, usted va después de las dos señoritas que llegaron antes.-me dice y yo trato de ver más al fondo.

-Está bien, gracias.-digo algo desanimada, pensaba que solo a mí me habían llamado para esta entrevista, tomo el ascensor y llego al octavo piso donde en mi campo visual puedo ver a dos chicas sentadas, me siento a lado de las señoritas y las saludo; lo único que veo son sus muecas, ¿Que les pasa? acaso son adolescentes para tener esa actitud.

-Señorita Smith, adelante.-dice una secretaria y una de las dos chicas, las más alta. pasa a la oficina del señor Lumierth, viendo mi reloj por cada chica se tarda como 30 minutos, mis manos están sudando porque ya solo falta nada para entrar. Ya salió la segunda postulante, hay no malditos nervios.

-Señorita Brown, pase por favor.-dice la secretaria abriendo la puerta de la oficina de Lumierth.

-Claro.-digo guardando mis nervios.

-Buenos días señorita Brown.-dice Lumierth extendiendo su mano.

-Mucho gusto.-digo saludando de igual forma.

-Tome asiento por favor.- dice él y yo obedezco.-Háblame de usted señorita Brown.-dice dándole un vistazo lo que parece ser mi currículo.

-Bueno yo tengo un bachiller en la carrera de leyes...-digo pero Lumierth me interrumpe.

-No terminó la carrera ¿Verdad?-dice y to me pongo más nerviosa aun.

-N..no, solo tengo el bachiller, aun me falta sacar mi titulación.-digo bajando el sonido de mi voz.

-Tiene conocimiento en más de dos lenguas aparte del español.-dice mirando mi currículo y luego me mira.

-Yo nací en Italia así que tengo el italiano como lengua materna, pero cuando estaba estudiando la carrera decidi tomar cursos de inglés y francés.-digo y el se levanta y saca un vino con un par de copas.

-Interesante.-dice mientras sirve el vino en una copa y me ofrece, no se si es lo habitual en una entrevista, pero igual lo acepto.

-Gracias.-doy un muy breve sorbo y dejo el copa de vino en el escritorio mientras Lumierth se apoya en el.

-Entonces ¿Por qué le debería de dar a usted el puesto y no a la otra señorita?-me pregunta y yo doy unos segundos para organizar mis ideas y no decir cualquier pavada.

-Porque puedo rendir para el cargo de asistente y puede llegar hacer una ficha clave en su empresa, también......-me interrumpe, nuevamente.

-Y ¿Qué estaría dispuesta hacer para ganarse ese lugar?-me pregunta mientras cruza sus brazos.

-Pues, acataría todas las órdenes dadas por usted, sería puntual en mi trabajo y responsable.

-¿Acataría todas mis órdenes?-dice Lumierth mientras se acerca más de los normal y pasa uno de sus dedos por mi rodilla descubierta por el vestido formal que llevo.

-¿Qué rayos trata de insinuar?-digo apartando su mano y parándome del asiento.-No tengo idea que clase de personas habrá aceptado ese trato para trabajar con usted, pero le aseguro que no soy una de esas.-siento como mis mejillas se colocan rojas por la rabia que siento por este hombre.

-Todas son iguales, solo dale un cargo y ....-no dejo que termine y le tiro el vino encima.

-Todas menos yo, espero nunca volverme a cruzar en mi vida.-Lumierth coloca una sonrisa malévola en su rostro y acto seguido le tiro el vino para borrar esa estúpida sonrisa de su rostro.

Salgo de su oficina de inmediato y me dirijo al ascensor; por un momento creí que podía lograr algo mas, pero me choco con este tipo de personas que creen que pueden comprar todo con dinero. Mi enojo pasa a tristeza, frustración y las lagrimas caen decorando mi rostro. 

******************

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

******************

Iván Lumierth

Solo te queda aceptarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora