Cap.14

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Pov Calle.

Años después...

Desperté y mis ojos estaban hinchados de tanto llorar y ardían cómo el infierno y no dudaba que tuviera ojeras, eran las nueve y treinta y tres de la mañana y el pequeño apartamento en el que me estaba quedando estaba hecho un desastre, llevaba ya meses sin alimentarme bien por lo que había perdido peso y si no fuese por Paula y Johan mi vida sería una porquería,más de lo que ya es ahora.

Me sentía fatal, tan hecha mierda en estos momentos y tan estúpida sobre todo y entonces los recuerdos de esa noche llegaron a mi cabeza como balde de agua fría, y nuevamente como ya era costumbre mis ojos empezaron a derramar lágrimas como si de tormenta se tratase y los sollozos cada vez menos audibles se hacían presentes, esto era como el inicio de mi rutina mañanera en estos casi cinco meses, no había hecho otra cosa más que llorar, claro aparte del trabajo y las clases que ahora eran a través de la pc, dejé de asistir a clases presenciales por ella y claro también por mi.

Paula, por otro lado ha estado conmigo durante todo este tiempo me visita todas las tardes pues por la mañana va a la universidad y claro sin descartar a Johan pero este no me visitan tan seguido puesto que la uni lo dejaba muy agobiado.

Hoy era sábado lo que significaba  que no tenía clases pero si bastantes trabajos por entregar así que me levanté de la cama con dirección al baño para darme una pequeña ducha y hacer mi demás aseo personal, cuando salí del baño ya cambiada con ropa cómoda escuché como unas pequeñas patitas corrían tras de mí, era ramón mi pequeño hijo perruno,  un regalo de poché por nuestro primer año de novias, lo recuerdo como si fuese ayer, agarre al pequeño perro entre mis brazos dándole un sonoro beso en su cabecita para después sentarme en el pequeño escritorio y recostarlo entre mis piernas dispuesta a hacer los trabajos.

Eran las dos cuarenta y seis de la tarde y aún así me quedaban trabajos por acabar aunque claro ya no eran tantos como antes, me levanté de mi silla para prepararme otro café cargado, en toda la mañana no había probado bocado y la verdad es que no tenía hambre solo quería café y ya, de pronto sentí mi celular sonar así que rápidamente fui por el y conteste la llamada.

(Llamada entrante)

-Holi bebé, que tal tu día- hablo una eufórica Paula del otro lado de la línea

-Maravilloso Pau, con mucha tarea pendiente con unas ojeras espantosas y con un apartamento del asco que por cierto tengo que limpiar, qué tal el tuyo- dije en un tono sarcástico y enojado a su vez

-Hay pero no era para que contestarás asi- dijo simulando estar ofendida -que te parece si llevo pizza te ayudo a limpiar y con las tareas para que quites ese geniesito que te cargas bueno-dijo volviendo a su tono alegre

-Lo siento Pau no quería hablarte asi, y por mí está bien que vengas-

-No te preocupes bebé, estoy allá en diez- dijo y luego colgó sin esperar respuesta

(llamada finalizada)

Me concentre en servir mi café y dirigirme nuevamente al escritorio a seguir con mis trabajos hasta que llegara Paula.

_ _ _

El timbre del apartamento sonó haciendo me levantar de la silla en dirección a la puerta con un alegre ramón detrás mío.

-Llegas tarde Paula- dije una vez abierta la puerta mirando el reloj en la pared para después mirarla a ella y regresar a mi escritorio sin esperar respuesta

Ramón estaba más que alegre por ver a mi mejor amiga parada en la puerta de mi apartamento y Paula igual de alegre que ramón

-Hay no es para tanto solo fueron unos minutos- dijo cerrando la puerta y caminando detrás mío

-Dijiste que estarías acá en diez- dije volteando a mirarla -Ha pasado media hora- dije volteando me nuevamente siguiendo mi camino

-Bueno si, pero el tráfico en Bogotá es todo un caos- dijo dejando las dos cajas de pizza en la pequeña barra de cocina- Aparte tenía que esperar por las pizzas no me puedes juzgar por ello- volvió hablar esta vez caminando hacia mí con dos platos de cerámica y rebanadas de pizza en cada uno de ellos.

-Supongo tienes hambre- dijo susurrando en mi oído, no me había dado cuenta de que ya estaba sentada a mi lado, solo dejo un delicado beso en mi mejilla y puso el plato con comida enfrente mío, me hizo erizar la piel -Anda come- dijo regalando me una sonrisa que mostraba sus blancos dientes

No respondí solo di un mordisco a mi rebanada de pizza para después regresar a mi tarea, Paula se quedó ayudandome con mis trabajos y también gracias a ella pude acabarlos a tiempo incluso como me había mencionado en la llamada me ayudó a limpiar el desastroso apartamento y es que no exagero, cuando por fin terminamos nos dejamos caer en el pequeño sofá cansadas de tanto trabajo, así ya no tendría que hacer nada al día siguiente.

-Como es posible que hagas tanto desastre si solo vives tú aquí, claro además de ramón-dijo en un tono cansado inalando el aire perdido en sus pulmones

Pasada las horas el reloj ya marcaba las nueve veintiocho de la noche, nos habíamos quedado viendo películas que se nos fue volando el tiempo. Por otro lado Paula me hacía sentir bien me hacía olvidarme de mi desastrosa vida y de mi desastrosa ruptura, le agradecía todo lo que había hecho por mí y no solo a ella si no también a sus padres que fueron los que me dieron empleo y hospedaje en su casa años atrás, aunque claro solo acepte con la condición de que una vez trabajando conseguiría un apartamento y lo pagaría con mi sueldo en el restaurante en el cual trabajaba como mesera por las tardes, ellos aceptaron un poco dudosos pero aún así siguieron ayudándome con la escuela, los consideraba como mi padres y ellos a mi como su segunda hija, les tenía un gran aprecio uno muy fuerte y la verdad sin ellos no sé qué sería de mí hoy en día.

-En que tanto piensas- pregunto Paula quien estaba acostada a lado mío

-En todo lo que tú y tus padres hicieron por mi- dije recordando como empezó todo esto

-Tambien son los tuyos... y nosotros encantados por ayudarte bien sabes que desde antes te tenían mucho cariño- dijo agarrando mi mano y después limpiando mi mejilla donde se escapaban unas cuantas lágrimas

-Hey tranquila... suéltalo, desahógate conmigo- dijo llevándome a su pecho en donde me aferre fuertemente

Y entonces llore, llore porque lo extrañaba, llore porque me hacía mucha falta, llore porque no había día en donde no lo extrañara y no había día en donde recordaba ese día, ese jodido día en donde todo esto paso

-Lo extraño... Lo extraño mucho Pau- dije entre sollozos aferrándose más a su pecho

-Yo también lo extraño calle- dijo con voz entre cortada sabía que no quería llorar y no porque estuviera mal, sino porque quería ser fuerte... Ser fuerte por mí.

"No eres mía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora