OUR [UsArg]

01

Argentina se consideraba de mente abierta.

Le gustaba considerarse de mente abierta, porque así ocultaba el hecho de que no siempre se sentía así.

— Тебе следует расслабиться, Ардж [Deberías relajarte, Arge] — murmuró Rusia, sentado a su lado, luego de ver cómo se tomaba un vaso de champagne de un solo trago.

— Estoy bastante relajado — respondió de inmediato, con la música amortiguando sus palabras, sin dejar de ver la pista de baile dónde su novio USA bailaba un vals con su mejor amigo México, riendose de algún chiste tonto que solo ellos sabrán.

— Если ты это скажешь [Si tú lo dices] — terminó la pequeña conversación, dudoso de su amigo. También estaba preocupado por México, ya que este también era su amigo ¿Cómo no serlo? Tenía un personalidad realmente encantadora y Argentina lo sabía mejor que nadie.

Pero no sé levantó y no hizo ningún escándalo, porque era la boda de Canadá, y aúnque solo era su cuñado, también le caía bastante bien como para arruinar su día especial. Por otro lado Rusia era el hermano de la novia, así que intentaba no demostrar incomodidad, porque sí, se estaba muriendo de celos. Cómo se odiaba por eso.

Irracional, esa era la mejor manera de describirlo, ya no podía ser racional cuando se acercaba así a su pareja ¿Quien le había derecho a tocarlo? Encantando con su perfecta sonrisa o bromeando con cálida voz. Odiaba no poder odiarlo.

— Ugh ya está — hizo una mueca de asco al ver a México tomar de la cintura a USA y sostenerlo hacía atrás, acercando indebidamente sus cuerpos. Se levantó tomando su saco y caminó hasta ellos, alertando a Rusia que se paró para seguirlo y así evitar cualquier altercado. — Me siento un poco mal ¿Te quedas? Me voy — con mal humor le pregunto a USA, que volteó a verlo de inmediato en cuanto lo escucho y se acercó para poder hablar mejor.

— Does something hurt?  I can ask Canada to lend me a room for you to rest [¿Te duele algo? Puedo pedirle a Canadá que me preste una habitación para que descanses] — con preocupación, tomó la mejilla de Argentina e hizo que lo viera a los ojos, pero no duró mucho hasta que volviera a desviarla. Negando, tomó ambas manos de USA y le sonrió.

— No, solo me molesta el estómago, quiero ir a mi casa a descansar. — rechazó con pena, no le gustaba mentirle así, pero tampoco le gustaba verlo cerca de México. Miró tras suyo y vió como México tenía el ceño fruncido, escuchando su conversación. Sabía que estaba listo para interrumpirlo.

— USA, no puedes irte. Es la boda de tu hermano — reprochó agarrando su brazo, deteniendolo de irse con Argentina. USA dudo unos segundos y luego miró con pena a Argentina.

— I'm sorry honey, I can't leave, you can take my car, I'll go to Mexico later [Lo siento cariño, no puedo irme, puedes llevarte mi auto, me iré con México luego] — sacó las llaves de su bolsillo y se las extendió a Argentina, que sonrió con cariño a pesar de sentir que su corazón escocía, porque otra vez, no lo elegía a él.

— Bueno, nos vemos después — saludó con la mano y se fue sin mirar atrás, luego de tomar las llaves de su novio. Salió de ahí con decepción, quería arrojar las llaves del carro de USA apenas estuviera solo, pero se detuvo al pensar que USA la pasaría mal buscándolas.

— Ты пойдешь гулять, верно? [Irás caminando ¿cierto?] — la grave voz de Rusia lo saco de sus pensamientos, al parecer lo había seguido desde dentro. Argentina lo miró con recelo, Rusia era uno de los principales defensores en la causa "México no tiene defectos" obviamente después de USA, claro está.

— ¿Que hacés acá? — lo miró sin ánimos, poniendose el saco, hacía bastante frío afuera. Rusia se acercó hasta pararse a su lado y rascó su menton, viéndole la cara.

— Я провожу тебя в твой дом [Te llevo hasta tu casa] — bajó los escalones de la entrada y se dirigió a él estacionamiento, Argentina iba detrás, con el ceño fruncido.

— No, gracias. No lo necesito — siguió caminando tras Rusia, pero no porque iría con él, solo había una salida, ya sea para autos o para personas.

— Я тебя тоже не спрашивал [Tampoco te pregunté] — sonriendo falsamente, se detuvo frente a Argentina, señalando con su mano a su auto. A veces no soportaba la actitud malhumorada de Argentina, se preguntaba porque no solo podía ser más amable con todos.

Argentina lo miró pesadamente, como si supiera lo que pasaba por su cabeza, y se rindió. Volvió sobre sus paso y se dirigió hasta la camioneta de Rusia, subiéndose primero y esperando que el dueño suba a conducir.

Saliendo del estacionamiento, por casi más de la mitad del trayecto. El silencio Reino en el lugar.

— Вы должны изменить свое отношение к Аргентине, знаете, быть немного добрее [Deberías cambiar tu actitud Argentina, ya sabes, ser un poco más amable] — comentó, golpeteando el volante bajo la espera de que el semáforo cambie de color. Argentina volteó su mirada aburrido, como si no hubieran tenido esa conversación miles de veces ya.

— ¿Para qué? — respondió mordaz, volviendo a apoyar su cabeza sobre el cristal de la ventana, algo somnoliento.

— Эм, я не знаю Может прекратить всех отталкивать?  Заводить друзей?  Перестань быть горьким?  Нет я правда не знаю [Ehm no se ¿Tal vez dejar de alejar a todos? ¿Hacer amigos? ¿Dejar de ser un amargo? No, realmente no se] — con sarcasmo volvió a conducir, no faltaba mucho para llegar a la casa del albiceleste.

— ¿Para que quiero amigos que solo me quieren porque sonrió y digo que sí a todo?  — bostezó desinteresado, al ver su casa, se enderezó y se preparó para bajarse.

— Вы видите, что я имею в виду?  Вы буквально во всем видите плохое.  Не потому, что они твои друзья, им постоянно приходится мириться с твоим плохим настроением, Аргентина. [¿Ves a lo que me refiero? Literalmente le ves lo malo a todo. No porque sean tus amigo tienen que aguantar tu malhumor todo el tiempo, Argentina] — detuvo la camioneta frente a la casa de Argentina, y se rió sin gracia cuando esté lo ignoró y bajo de la camioneta. Argentina volvió, sin cerrar la puerta y lo miró con una sonrisa apagada.

— Dejá de intentar convertirme en algo que no soy, Rusia. Si no querés ser más mi amigo lo entiendo, ya no te molesto. Por cierto, un último favor ¿sí? Dale esto a USA — le lanzó las llaves y cerró la puerta sin escuchar como Rusia lo llamaba.

Rusia, apretó sus labios con impotencia, viendo cómo Argentina se marchaba hasta ingresar a su hogar. No deseaba cambiarlo, quería que volviese a ser como antes, como antes de estar con USA. Era risueño, bromista, coqueto, feliz, sin estar intoxicado de celos y envidia. Se arrepentía de haberle contado aquello, tal vez ahora sería más feliz.