XVIII

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— Dime de una vez qué mierda están planeando? Tienes una oportunidad o ninguno de los dos volverá a verme en su vida. Ya he perdido personas, no me dolerá hacerlo de nuevo.

La veía colérica, sus mejillas rojas y sus ojos aguados era una imagen que no quería recordar, estaba decepcionaba. No sabía si explicarle todo o no decir nada hasta llegar a su casa, ella parecía tener mil ideas diferentes en la cabeza y podía asegurar que no se imaginaba lo que ambos teníamos en mente. El taxi se estacionó en su pórtico, bajando después de mi.

Marcus ya se encontraba afuera con un par de maletas que suponía eran de Lila, ella lo miro tan fría como un glacial, notaba la expresión de marcus como de suplica pero ella pasó por su lado sin inmutarse y sacó sus llaves intentando abrir la puerta con fiereza, dispuesta a estamparla en nuestras caras si era necesario.

— Aparentemente tienes nueva cerradura.

La expresión corporal de Lila habia cambió por completo al escuchar la voz de Marcus en medio de todo el forcejeo que había tenido con las llaves, podía ver su cuerpo rejalarse tanto como si hubiera dejado de pelear por algo, eso sinceramente me preocupaba. Di unos pasos hacia ella hasta acercarme a su lado por completo, podia ver su rostro rosado y contraído por contenerse el llanto, tal vez Marcus había ido demasiado lejos y esta no era la manera de tratar de ayudarla, titubee antes de hablar haciéndole una seña a Marcus de que se alejara.

— Se que crees que hay maneras de superar las cosas, pero creeme que esta no es la correcta. Yo lo sé, ya he estado ahi, incluso por ti. Los problemas son difíciles de erradicar cuando creemos que es la única manera de mantenernos tranquilos. No quiero que entres a lo que yo entré por no saber procesar bien lo que me pasaba, por favor dejame ayudarte y quedarme contigo esta vez.

Mi voz era baja, lo suficiente para que Marcus no nos escuche, no tenía ninguna intensión de contarle a Lila todo lo que habia pasado cuando yo me alejé de lo que teníamos ya no tenía caso, pero si eso ayudaba a que ella supiera como podría acabar si no buscaba otra manera de sobrellevar las cosas, lo haría. Giró la cabeza en mi dirección tratando de buscar alguna respuesta en mis ojos, era difícil verla desde esta posición en la que me sentía tan en paz con todos mis demonios. Insistí con la mirada estirando mi mano para tomar la suya y acunarla en mi pecho.

Sentí un alivio al verla caminar, pasando de lado frente a Marcus, pero cerrando la puerta trasera al entrar, evitando que yo me sentara a su lado, pensé en no volver esto aún más incómodo así que acepté ir en el asiento de copiloto.

El camino fue terriblemente silencioso, incluso para una persona silenciosa como yo, Marcus tenía una expresión preocupada y triste y ni hablar de Lila que solo se había dedicado a cerrar los ojos. Al llegar baje primero para abrir la puerta trasera mientras Marcus bajaba las maletas de atrás. Lila bajo y caminó despacio a la entrada sin siquiera mirarnos, entre nosotros solo compartimos una mirada antes de que fuera detrás de ella.

La puerta era grande y el lugar se veía un poco tétrico o talvez era mi imaginación. No tuve muy buenas experiencias cuando estuve en rehabilitación, así que tal vez mis recuerdos arruinaban el lugar. Al entrar la recepcionista me pidió mis datos y los suyos y rápidamente le indicó a a una enfermera que acompañara a líla a cambiarse de ropa pues todo el proceso iba a comenzar en ese momento.

La espere algo inquieto mientras firmaba algunos papeles del horario de entrada, precio y cuestiones burocráticas hasta que salió vistiendo una especie de blusa suelta al igual que el pantalón, ambos de un color pastel aparentemente muy alegre. Lo único que resaltaba de ese atuendo era su delgadez. Se acercó a centímetros de mi, estaba nerviosa incluido podría decir que asustada.

- No quiero hacerlo, te juro que no lo necesito -  su noto de voz era casi inaudible y mi corazón no pudo apretarse más. Ni de jóvenes había considerado jamás a Lila como una mujer débil o que necesitara algún tipo de protección, lo cual era agradable para mí pues mi instinto de protección era muy superficial, me consideraba débil a mí mismo así que toda mi energía iba en eso, pero en este momento solo quería protegerla incluso de ella misma. Casi apreté las manos para no estrecharla y llevármela conmigo, pero sabía que este lugar iba a hacer todo mucho menos doloroso.

WICKED GAME [Ville Valo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora