XIX

39 2 3
                                    

Linde había acabado tarde una vez más, para cuando él acababa el resto de nosotros ya estaba totalmente ebrio como para poder ponerle atención si quiera a lo que nos quería mostrar así que ya tenía que esperar hasta el día siguiente para escuchar todo y esto en serio que retrasaba toda la producción de este álbum. Hasta el momento no podía creer que los demos llamaran la atención de algunas productoras para estar lo suficientemente interesados en nosotros y darnos una oportunidad, lo que había iniciado como un juego ahora estaba empezando a tomar forma, lo mejor es que a la productora no le molestaba que tuviéramos nuestro proceso creativo, que era básicamente embriagarnos a diario, con tal de que ellos tuvieran los arreglos finales de algunas de las canciones que planeábamos poner en el álbum, ya estábamos cansados de los demos. Aún habían muchísimas cosas que corregir pero oye, que te digan que tus letras no son mierda es realmente vigorizante.

Me levante del sofá al ver la hora, 3:24 am, perfecto.

— ¿Se puede saber a dónde vas todas las noches?  Se supone que tenemos este estudio por horas, podemos dormir aquí si se nos place.— Migue me detuvo con su comentario cuando salí a prender un cigarrillo antes de empezar a caminar— ¿Quieres preocupar a tu madre una vez más al llegar a esta hora? Ten un poco de respeto.— bufe con gracia ante la advertencia de mi amigo, él no veía su casa en semanas, no era la mejor persona para aconsejar algo además a mis padres no les preocupaba demasiado eso, podría decirse que se dieron cuenta que lo único que realmente me interesa es la música.

— Conocí a una chica hace poco, departamento, tatuadora, sexo. Dime porque me quedaría oliéndolos a ustedes cuando puedo estar allá.— me subí de hombros a punto de dar otro paso lejos de él escuchando una risotada de su parte y una pregunta de si era mi novia, esa pregunta me hizo reír a mí esta vez.— ¿Me ves como alguien que podría tener una novia? — moví mi largo cabello hacia atrás, si bien jamás me consideré alguien desagradable el compartir los días con alguien no era para mí, no era de tener esa clase de responsabilidades.

La casa de Lila no quedaba ni a dos cuadras, ya había estado viniendo por unos cuantos días después de auto convencerme de que ella había entendido muy bien qué clase de relación íbamos a tener y de no hacerse ninguna clase de ilusión.

Era bastante inteligente y atractiva hasta decir basta, creo que el aire inteligente era lo que más me atraía de todas formas, solo era cautivadora y eso no podía negárselo a nadie. Nuestra relación era extraña pero cómoda, teníamos la suficiente confianza para tener sexo, bromear y compartir algunas anécdotas  juntos, sobre todo ella que me contaba bastante de cómo había llegado hasta donde está, de lo que había tenido que aprender, de arte, fotografía y en realidad de varios de sus gustos. La facilidad con la que podía hablar conmigo aún me seguía asombrando, no era la persona más conversadora y algunas veces me han tildado de apático o aburrido, pero increíblemente me atrapaba lo suficiente para querer escucharla aún más.

No tardó en abrirme después de que tocara la puerta un par de veces, viéndola aparecer completamente de blanco con el cabello húmedo y peinado hacia un lado, una sonrisa coqueta apareció en su rostro antes de caminar hacia adentro pasando un pequeño algodón por todo su rostro y dejándome ver que no tenía nada abajo de esa especie de ropa, no comenté nada mientras me sentaba en el taburete al pie de su cama dispuesto a ponerme cómodo, pero el peso de su cuerpo sobre mis piernas me distrajo de mi acción.

— Tienes un rostro muy perfilado, ¿nunca has pensado en mostrarlo más?.— su comentario me tomó por sorpresa pero solo negué apenas apoyando las manos en sus muslos

— Hace unos años tuve dreads, ¿Te refieres a eso?.— me burle un poco pues sabía que no había sido la mejor época de mi cabello, pero ahora la manera en la que lo traía me agradaba más, me sentía cómodo y protegido de tener que cantar o mostrar mi rostro, no había lugar para ambas cosas en mi mente. Ella hizo un gesto que solo me hizo sonreír y acercar mi nariz a su cuello, sintiendo sus manos deslizarse por el largo de mi cabello mientras me daba más espacio para continuar con mi recorrido. Su piel cálida era lo que más me gustaba de tenerla cerca, tibia y suave eran dos palabras para describir como se sentía bajo mis manos o cualquier otra parte de mi cuerpo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

WICKED GAME [Ville Valo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora