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"Desperté"temprano como ya era acostumbre, si es que podía decir despertar ya que no dormí absolutamente nada. El insomnio, a mis pocos 21 años, estaba acabando totalmente conmigo. Parecía una señora mas que una chica de 21 años. Me metí a bañar con la esperanza de quitar aunque sea un poco la cara de muerto viviente que traía puesta y no espantar a los clientes. Parece que hoy sería un largo día y desde ahora ya quería que acabara.

Al salir ordené un poco mi estudio por obligación propia, estaba lleno de platos y vasos sucios, sin mencionar las cajas vacías de pizza. Era un desorden completamente pero no tenía razones para ordenarlo nunca, ya que nadie mas que mi mejor amigo entraba aquí de vez en cuando. No tenia mucha gente para invitar.

Dieron las 9:00 am en punto y salí caminando tranquila por la fría ciudad, probablemente yo sería la que abriera la puerta del local como siempre porque vivía muy cerca.  Me sorprendí al encontrarme con Kevin a penas entre, era mi mentor y el dueño. Ya había prendido todas las luces y acomodado las cosas.

- Kevin, tan temprano por aquí? - Sonreí por verlo y caminé hacia la cafetera que teníamos cerca a la mesa de los dibujos. No podía empezar el día sin un café a pesar de que no era mi bebida caliente preferida , pero al menos me hacia resistir la jornada.

- Un cliente me encargó ayer un boceto con lo que quería y no pude dormir de lo creativo que estaba - sonrió entusiasmado y volvió su vista a la mesa donde dibujaba. Kevin era un hombre apuesto de unos treinta y tantos, y gracias a que él me aceptara como su "aprendiz" es que ahora podía trabajar aquí. Me senté en el largo sofá de cuero rojo " del cuarto de descanso" intentando descansar un poco.

Eran casi las 6 pm, el local estaba concurrido, había gente esperando en los sofás de la entrada, se había vuelto algo común en estos días en los que todos querían un tatuaje. Me senté en la recepción ya que ya había acabado con mis clientes, al menos con los que tenían cita y preferí hacer algo productivo ya que la que atendía aqui era nueva y estaba muy ocupada limpiando y desinfectando cosas.

Un hombre con una rubia y muy larga cabellera entró y camino en mi dirección, le sonreí en forma de saludo y me devolvió la sonrisa un poco forzosamente.

- Hola esta libre algún tatuador? Tengo un gran tatuaje por hacer - enfatizo la palabra "gran" y mire el cuadernillo donde se supone se anotaban las citas, pero nadie lo usaba nunca por lo que estaba vacio. De todas formas sabía que todos tenian reserva hasta la noche, menos yo.

- Si, solo esta libre uno - sonreí bromeando conmigo misma

- Genial, espera un momento - salió por la puerta y después de unos minutos volvió a entrar seguido de un joven tan alto como él, pero mucho mas delgado, tenía el cabello suelto y rizado, era un poco largo y cubría gran parte de su rostro. A pesar de eso pude notar que tenía los ojos muy claros pero no distinguía muy bien si eran grises o verdes. Era atractivo tenía que admitirlo, los dos lo eran.  Pero el pelinegro, pobablemente nadie me había parecido tan atractivo como él en mi vida. Posó su penetrante mirada en mi y me removí un poco incomoda, parecía un poco fuera de la realidad, como ido.

- ¿Ya sabe que desea tatuarse? - miré al rubio de nuevo tratando de ignorar a la otra persona.

- no, no es para mi, es para él- señaló a su acompañante , quien le levantó ambas cejas.

- Esta bien,por aquí - les mostré el camino hacia el cubículo que estaba libre. Iba a tatuarlo, jamas me ponía nerviosa pero me sentí presionada, el rubio se quedo en la puerta y el otro entró.

- Ville yo me voy, que venga Seppo por ti - le hizo una seña con la mano y se fue. Me senté en un banco al lado de la camilla y lo mire expectante mientras analizaba todo el espacio con la mirada.

WICKED GAME [Ville Valo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora