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Después de que Damiano le contase a los chicos lo que había pasado, pedimos comida china. Nadie tenía ganas de cocinar y menos de salir. Comimos en silencio y después de lavar mi plato subí a mi habitación. Mañana era lunes lo que significaba que tenia que ir al conservatorio; la verdad  es que no me apetecía mucho, pero era lo que tocaba. 

Entre en mi habitación y saqué mi mochila negra del armario, la cuál estaba adornada con unos pines. Saqué todos los libros y revise el horario que tendría mañana. Mientras miraba las asignaturas tocaron la puerta.

-¿Puedo quedarme aquí?- Preguntó Damiano algo tímido.

-Claro- se sentó encima de la cama y me observo mientras colocaba los libros- mañana tengo que ir al conservatorio- dije al sentir su mirada sobre mi. Cuando terminé me tumbé a su lado- no tengo ganas 

-No vayas- me contestó mientras el tambien se tumbaba.

-Lo que daría por no ir, me encanta la música, pero estudiar me supera- el año pasado estuve a punto de dejarlo, pero mi padre insistió en que siguiera y la verdad, no quería decepcionarle.

-BELLA! BAJA! CORRE! - gritó de repente Victoria. Miré a Damiamo que se levanto rápidamente, bajamos las escaleras lo más rápido que pudimos para encontrarnos con una Vic muy sonriente

-Eres imbecil- dije recuperando el aliento- creía q había pasado algo importante

-Y lo ha pasado! Mira quién esta aquí - cuando lo dijo me di cuenta de que detrás de la chica había un perrito con un juguete en la boca

-No puede ser! - dije mientras me sentaba en el suelo- que pasa mi amor- no entiendo porque los humanos ponemos la voz aguda cuando hablamos con perritos o bebés, pero allí me encontraba, abrazando a chili- está grandisimo, la última vez que lo vi era del tamaño de mi mano- conocí a chili hace bastante. Vic y yo habíamos quedado para tomar un café y ella lo trajó.

(...)

Eran las 8, me había pasado toda la tarde con los chicos y con chili. Damiano estuvo en su habitación casi toda la tarde excepto cuando le convencí para que viniese conmigo a pasear a el perrete.

-Vengaaa- dije tirando de su brazo

-Bella, no estoy de humor

-Solo un paseo, no hace falta ni que hables, solo quiero que estes ahí- creo que esa frase convenció al chico, que se levanto y se puso sus zapatillas. Cojí la correa y salimos de la casa. Tal y como le había dicho, no hizo falta una palabra. Fuimos a un parque cerca de allí y nos sentamos en un banco.

-Gracias por sacarme de casa- me miró- necesitaba despejarme

Puse mi mano en la suya, era un gesto que mi padre siempre hacía conmigo cada vez que algo me había ido mal.

-Vamos- volvió a hablar

-¿Ya nos vamos a casa?-negó y me cojio de la mano. Me guió, seguidos de chili, por unas calles preciosas hasta un luegar apartado. Parecía que no mucha gente pasaba por allí ya que estaba muy limpio. Era un rincón, al lado de un pequeño lago. Cuando me fijé en las vistas no pude apartar la mirada. La luz del atardecer contrastaba perfectamente con el paisaje

-Este es uno de mis lugares favoritos de la ciudad, poca gente sabe de su existencia. Cuando descubrí este lugar, acababa de romper con mi ex, hacía mucho que no lo visitaba, pero esto se hará tradición - añadió con una risa amarga

-Es precioso, y además ellas se lo pierden, nunca podrán disfrutar de alguien como tú ni de unas vistas como estas- dije rodando los ojos

Estuvimos allí bastante tiempo y volvimos a casa. Subí al baño y me di una ducha y cuando salí estuve leyendo un rato hasta quedarme dormida.

(...)

El despertador empezó a sonar con su horrible sonido, quité la alarma y tiré el móvil a la otra punta de la cama, despues de un buen rato desperezandome, logré levantarme. Eran las 7, tenía tiempo de sobra. Baje a la cocina y me hice un café mientras miraba mis redes sociales, nada fuera de lo normal, los chicos me empezaron a seguir ayer y otra gente que ni sabía que existia me habia dado follow también. Mi instagram no era mi vida, como lo era de las demás chicas de 19 años, la verdad pasaba un poco de él, subía lo que quería. Terminé el café y volví a mi cuarto, me vestí con unos pantalones grises y una casimeta oscura de pink floyd, que me había regalado mi padre hace unos meses. Me peiné y cojí mi mochila. Después de despedirme de chili salí de la casa. Me puse los cascos y caminé hasta el gran edificio.

Al llegar a la clase nadie se dio cuenta de mi presencia, hasta que un chico se sentó a mi lado

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Lo siento por el capítulo, no es muy bueno, pero estaba de exámenes y no tenía inspiración . Pronto subiré más a menudo :)
Ciao amore 💕

/Damiano/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora