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Habían pasado dos semanas desde que llegue a esa casa. Los chicos estaban muy nerviosos, se pasaban el día ensayando o hablando con gente importante, estaban a un mes de eurovision, a un mes de poder mostrar su talento a todo el mundo. Damiano ya estaba mucho mejor, me pasaba con el casi toda la noche mirando las estrellas o en aquel lugar que me enseño, y el que se había convertido en nuestro rincón. Las mañanas me las pasaba con Sebastian, de clase en clase. Los dos estabamos ansiosos por terminar el curso y graduarnos de una vez por todas.

Eran las 10 de la mañana, sábado. Bajé a la cocina a hacerme un café y vi que Damiano estaba ahí.

-Buongiorno amore mio- cada vez que me llamaba así me ponía roja y esta vez no iba a ser una excepción. Me dio un corto abrazo- voy a ducharme, ahora vengo.

Cuando fuí a la encimera vi que su móvil estaba desbloqueado y no pude evitarlo. Lo cojí y busque mi chat en whatsapp, envié una ubicación en tiempo real y la borre para él. Llevaba una semana planeando una sorpresa y esa había sido la ocasión perfecta. Apagué el movil y lo dejé donde estaba. Damiano bajó seguido de un Thomas con mala cara. Hoy tenían que cojer un vuelo y no podían llegar tarde. Cojí mi café y pasé al lado del chico dándole un beso en la mejilla. Me senté en el sofá y encendí la televisión mientras los chicos terminaban de hacer sus maletas. Cuando la alarma del móvil de Ethan sonó, supe que se tenían que ir.

Me monte con ellos en el coche y fuimos en silencio hasta el aeropuerto. Iba sentada entre Damiano y Thomas y ambos me daban la mano. Llegamos y los chicos sacaron las maletas, les acompañe hasta la puerta de embarque y me quede parada, haciendo que Damiano parase, ya que el agarraba mi mano. Me despedí de ellos uno a uno, Thomas y luego Ethan. Victoria no se quería separar de nuestro abrazo pero lo hizo cuando el mayor de la banda tosio falsamente. Él se acerco lentamente a mí y me abrazó por encima de mis hombros, depositó un pequeño beso en mi frente y me sonrió. Victoria empezó a reírse, supongo que era porque pareceria  un tomate en ese momento. Les contagió la risa a los demás y se les quitó la cara triste que tenían desde que había llegado al aeropuerto. Los chicos subieron las escaleras mecánicas, yo me quedé mirandolos hasta que desaparecieron de mi vista.

Llegué a casa y solté las llaves en el mueble de la entrada, como era costumbre. La casa estaba sumida en un silencio absoluto. Subí a por los libros del conservatorio y los abrí sobre la mesa del salón. Había convencido a los profesores para q me hiciesen los exmanes antes y así poder ir con el grupo. La que más me habia costado habia sido la de historia, pero Sebastian me ayudo a convencerla gracias a sus magníficas artes de persuasión.

Mientras leía todos los apuntes, comía unos macarrones que había hecho Ethan el dia anterior. Así me pasé casi toda la tarde, hasta que recibí un mensaje de Thomas. Acaban de llegar, iba a contestar cuando me saltó una videollamada.

-Ciao! - gritaron todos, haciendo que me separarse del teléfono.

-¿Que tal el vuelo?

-Todo bien- sonrió Ethan

-Mentira- Damiano le miró- la comida es horrible

-¡La comida se respeta!-dije mientras me cruzaba de brazos.

Estuvimos hablando hasta que la manager de los chicos llego a la habitación del hotel en el que se alojaban. Puse música, y volví a mis estudios. La concentración no duró mucho, ya que a los pocos minutos tocaron la puerta.

-¿Sebastian?- dije extrañada mirando al chico rubio.

-Vistete, nos vamos.

-¿Puedo saber a donde?- el chico se negó, asi que no me quedo otra que subir a mi habitación para vestirme. No encontraba ninguna camiseta asi que entre en la habitación de Damiano. Abrí su armario y busque las camisetas. Cojí una de Måneskin, olía a él. Me calzé mis dr. martens, coji mi bolso y bajé.

Salimos, cerré la puerta con llave y empezamos a caminar sin rumbo. Hacía un poco de frío, los últimos días habían caido varias tormentas y las temperaturas habían bajado.

-¿Puedo saber ya donde vamos?

-Supuse que estarías estresada por los exámenes, así que solo quería que salieses de casa. Además, te has quedado sola y eso debe de ser aburridisimo- sonrió.

Le dí la mano y seguimos caminando. Paramos en un parque y tomamos un helado mientras hablabamos de eurovision y de los concursantes. Ambos creiamos que el grupo iba a quedar en un buen puesto. De repente se puso a llover, en vez de resguardarnos de la lluvia, nos pusimos a caminar y sin saber como terminamos bailando y cantando.

Cuando quise volver a casa era muy tarde como para devolverle las llamadas perdidas a los chicos, asi que simplemente les deje un mensaje. Me cambié de ropa y caí en un placido sueño.

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Mil años después :) pero aqui esta el capítulo 9. Btw, estoy pensando en cambiar el nombre del fic.
Kisses.

/Damiano/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora