𝐋𝐚 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐃𝐞𝐭𝐫𝐚́𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐕𝐚𝐬𝐚𝐥𝐥𝐨|| sᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ.

𝐏𝐞𝐬𝐚𝐝𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬.

Los ojos se Druella se abrieron de repente, se removió en su lugar levemente, y sin querer despertó al hombre debajo de ella. Barty la miró, examinó cada detalle de su rostro y sonrío, sonrió como siempre lo hacía para ella. ¿Cómo puede caber tanta belleza en una mujer? Se preguntaba cada vez que sus ojos la miraban.

--Es un poco tarde, ¿no crees? --Preguntó ella levantándose.

--Si. Lo es, pero nunca es demasiado tarde para amarte.

--¿Estas siendo cursi? Vaya, debería comenzar a preocuparme. --Pinto una sonrisa burlona en su rostro mientras lo abrazaba y llenaba de besos.

--Que se supone que haga, desde que llegamos has estado tan dulce, dime Druella, ¿te sientes bien?

La pregunta detonó en su mente, miles de imágenes y recuerdos se hicieron presentes. Druella estaba intranquila, algo le preocupaba, él le preocupaba.

--No había querido decírtelo, pero, he estado teniendo algunos sueños... --Comenzó a contarle en un tono dudoso.

Ante los nervios muy evidentes de Druella, Barty cambió su expresión a una más seria, pues, nunca, en todos los años que llevaba de conocerla, ella se había mostrado así de preocupada.

--¿Qué tienes? ¿Son pesadillas? Sabia que servirle al gran señor tenebroso no era cosa tuya, no debí involucrarte en ello. --Respiro hondo sintiéndose de lo más culpable. Ante sus ojos, su loco fanatismo había comenzado a lastimar a la única persona que amaba.

--No, no es eso. Creo que estar con quien tu sabes no me ha afectado en absoluto. Pero, tuve algunos sueños. --Un rezagado suspiro salió de sus finos labios. --No quiero perderte.

--No lo harás. Druella en todos los años que he vivido nunca, jamás en mi estupida vida, he podido pensar, si quiera en abandonarte. --La sonrisa sincera, llena de sentimientos y ternura hizo que el corazón de ambos latiera a un mismo ritmo.

El ambiente se volvió cálido, cómodo y tranquilo. Barty tomó sus manos, la miró a los ojos y por ese momento, Druella sintió que no había nada que importara en el mundo. ¿Qué importaba si la tierra se destruía? ¿Qué importaba si la vida se acababa? ¿Qué importa si él la dejara? Entonces un golpe de realidad la azotó.

--¡He soñado con tu muerte! ¡Y no quiero! ¡No quiero perderte! ¡No quiero que me dejes! ¡No puedo imaginar cómo sería mi vida sin ti! --Una tras otra, tras otra, las lágrimas se acumulaban en su rostro. Había empezado lo que menos disfrutaba, llorar frente a él.

--Druella. --Los brazos de su amado rodearon su cuerpo en un reconfortante abrazo, de esos que sólo él le podía dar.

El respirar su aroma, el sentir su cabello, el besar sus labios, el simple hecho de sentirlo cerca, la hacía más que feliz. Y aquí estaba, frente a ella, tal y como la primera vez que volvió a verlo. Era exactamente igual que siempre, era él, era sólo él. Era la persona que tanto espero, y por la que tanto había llorado, era Barty, y eso, eso era lo que importaba.

--El tiempo que estuve lejos de ti, ese tiempo, ese insignificante tiempo. Me hizo sentir en el mismo infierno.

Sus palabras eran de lo más honestas. Ella estaba tan acostumbrada a estar con él, que el día de aquel estupido juicio, se sintió como si una parte de si misma hubiera sido arrancada.

--También lo sentí. ¿Cómo podría sobrevivir sin mirarte? Dime Druella, ¿Has pensado en lo hermosa que te ves ante mis ojos?

Para Barty, Druella significaba lo más hermoso que había tenido. La única persona a la que realmente había amado. ¿Por qué estaba siempre pensando en ella? ¿Qué la volvía tan especial? Y es que, para él, esa niña que corría sin sentido alguno, esa misma que nunca podía callarse. Ella, ella era perfecta.

--Barty, ser hermosa no es fácil, tu más que nadie debería saberlo. --Beso su mejilla, acaricio su cabello y le sonrió.

--Vamos Druella, este mundo es nada. Mi mundo es nada, o al menos lo era, hasta que apareciste tu.

Sus labios se unieron en un beso dulce, algo muy extraño de lograr, considerando la locura y maldad de él, y lo extraña que era ella. ¿Quién diría que personas así, pudieran amar de esa forma?

--Tengo cosas que hacer, te veré luego, te amo.

Se despidió ella, beso sus labios una última vez y comenzó a correr hacia la oficina, que ahora, era suya. Corrió a través de los pasillos, empujando a unos cuantos alumnos que se atravesaban en su camino. Por fin, con la respiración agitada, lohro llegar a ese lugar, como se lo imagino, Harry ya estaba ahí, esperándola.

--Profesora Charity. --Saludo de forma cordial el muchacho.

Druella sonrió divertida. --Harry, vamos, entra.

Desde el día en que había fingido su muerte, hasta ahora, nunca había cruzado palabras de más con él, y quería aprovechar esta oportunidad para dar una disculpa discreta por abandonarlo.

--¿Para qué quería hablarme profesora?

--Harry, hace poco me enteré de la muerte de esa asistente. Y bueno, yo, quería preguntar, ¿Cómo te sientes?

--¿Se refiere a la muerte de Druella?, sobre eso, digamos que no quiero hablar mucho.

--Esta bien. Comprendo, ¿consideras que eran cercanos?

--Bueno, a penas tenía tiempo de convivir conmigo, pero las veces que lo hacíamos, creo que si, éramos algo cercanos. --La respuesta tranquila pero con un matiz triste, causó que el ya dañado ánimo de Druella cayera aún más.

--Entiendo, lamento mucho su muerte. Lamento que te haya abandonado.

Una mueca de confusión permaneció en la cara de Harry. Druella sintió como todos los sentimientos que más quería ocultar estaban saliendo a flote. ¿Podía proteger a Harry desde su postura actual?, si por ella fuera, tomaría al chico y lo pondría en una burbuja, donde nadie pudiera hacerle más daño.

--Gracias por venir Harry, puedes irte. --Exclamó en un tono autoritario, que ni ella misma se conocía.

Cuando el niño cruzo la puerta, ella no pudo más, se soltó a llorar. La única manera, de que fuera feliz con Barty, sería huyendo luego de cumplir las órdenes de Voldemort, pero si lo hacían, Harry terminaría en sus feas manos, y la simple idea le había querer matarse a sí misma.

--Lo siento Harry, he puesto mi vida antes que la tuya.

...

Miauuu, ¿cómo están raza?
Yo vengo bien happy, he leído la saga de "La seleccion" y me encanto, se las recomiendo mucho. ♡

En fin, vengo a dejarles otro capítulo y decirles que sonrían.