𝐶𝑈𝐴𝑇𝑅𝑂

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A la mañana siguiente, Gulf baja los escalones con su cabello algo alborotado y ya hay demonios chupa sangres por toda la sala de estar, pero no están ni Sergei Mew ni Bright. Pero se encuentra con el novio de Bright, este inmediatamente voltea a verlo dado a que Gulf solo estaba a su lado.

-Oh, El Reglamentario se llevó a los chicos. Se dice que hay un caos haya en el infierno.- Informa aquel chico roquero que ahora también era una criatura diabólica.

-P--Pero ¿pasó algo grave?- Pregunta el ángel, enteramente confundido.

-Los otros demonios que no son chupa sangres quieren salir porque creen que es injusto que un solo tipo de su diabólica sanguinaría este en la Tierra.

Informa el joven roquero. El ángel agranda sus ojos mientras sus cejas se levantan ante toda la información que acaba de escuchar. Estos eran problemas graves. Problemas que se evitarían si El Reglamentario no hubiese sido tan codicioso como cuando hizo su primera rebelión.

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En la cueva infernal, las llamas ardían pero Bright, Sergei Mew y El Reglamentario se encontraban en una área dónde era puramente una pared de la cueva con la salida de está atrás de ellos. Todos ejercían fuerzas con sus manos para empujar hacia atrás a todos los seres diabólicos que se querían escapar de su hogar.

Todos corrían agresivamente con ojos rojos. Algunos tenían el aspecto de humanos normales, otros estaban compuestos asquerosamente de esqueletos afilados mugrientos. Su "piel" era tener todos sus huesos en enrollados como resortes blancos. Su cuerpo parecía de resortes solo que en el pecho todos los resortes se unían aplanandose ahí para darle un "humano" estilo a sus pectorales y "abdominales". Le daban una prqueña cintura con un diamante carmesí justo en medio de sus pectorales. Sus pies eran como dos trozos de cemento con una punta puntiaguda en donde debería tener dedos de los pies. Sus oídos eran puntiagudos hacia atrás como los de un duende y toda la retina de sus ojos era negra. Lo único rojo eran sus pupilas.

Ese miro con odio a los chupa sangres. Deteniendo su correr mientras que sus compañeros no se rendían teniendo como destino final: un vuelo por los aires para regresar a trabajar su trasero eternamente.

La criatura los mira. -Cómo en el mundo parece justo que los chupa sangres hayan podido salir cada maldito día de sus vidas, duran un año solamente en el infierno y al siguiente están devuelta afuera.

Informa aquel ser de cuerpo diferente a los demás. El Reglamentario se cruza de brazos. -Ustedes cumplen su rol otorgado. Torturar almas por siempre. Entonces, no deberías quejarte. Es un rol muy importante.

Reafirma El Reglamentario con una sonrisa descarada. Es una sonrisa que grita a los vientos que no le importa nada. Casa consecuencia que tomo lugar después de ser el sucesor de Dios ha sido una barbarosidad, pero no toma responsabilidad de ninguna de ellas.

Bright patea el pecho de otro ser diabólico de su linaje así que el ser sale disparado por los aires de nuevo, llevándose a otros más con él, así caen como jamones pegados bajo el risco por el que suben de las aulas de tortura que hay más abajo. Sergei Mew suspira.

-Mi padre tiene razón, ustedes cumplen un rol muy importante. Y más si El Reglamentario ya está muy ocupado como para venir a nuestro hogar.- Recalca serio aunque no rudo el vampiro. Simplemente tan llevadero como siempre.

El ser de su linaje suspira cabizbajo. Rindiéndose. O eso les hace creer antes de volver a alzar una mirada feroz. -Tienes razón. Está muy ocupado como para venir acá. Así que no nos verá cada que escapemos--

Va diciendo aquel ser hasta que un hueco se abre desde arriba y Gulf cae enfrente del Reglamentario con sus alas bien abiertas y todo mojado. Al parecer había entrado por el océano otra vez. Gulf se ve demasiado genial con la mirada mortal que le echa al demonio al alar la mirada.

Los Oscuros 3 • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora