De Amores y Otras Desgracias

La noticia

N/A:
Antes que nada quería aclarar un par de puntos para ayudarlos a comprender mejor la organización de la novela.
Tanto este como los siguientes tres capítulos son una especie de "Introducción" narradas en tercera persona desde el punto de vista de Jossette, la protagonista.
¿Es obligatorio leerlos?
No, aunque yo recomendarían que no los pasaran por alto pues contienen detalles importantes y quizá en algún momento pudiesen sentirse un poco perdidos. Pero si sois de los que prefieren ir directo al plato fuerte simplemente vayan directo al Capítulo I. A partir de ahí comienza la verdadera historia.
El amor, el drama y todas las risas que les traigo preparadas.

Tengan una buena lectura.
Besitos ;)

-¿¡Jossette Carreiro Rosales, es que acaso te haces una idea de lo que has hecho!?

Los gritos del Señor Carreiro resonaban en el silencio de la habitación.

-¿Cuándo piensas aprender? Durante años he ido detrás de ti remendando cada uno de tus errores, cubriendo cada una de tus indiscreciones...

Jossette conocía de memoria el discurso "Solo Piensas en Ti". Si bien en un primer momento le había afectado ya no significaba nada para ella. Cuando las palabras son repetidas hasta el cansancio tienden a perder significado. Esa era una conversación que habían tenido al menos un millón de veces.

Se encontraban una especie de círculo vicioso. Jossette hacía algo que su padre cataloga como "inaceptable", le citaba a su despacho, el tan aclamado discurso y luego, de alguna manera, la suciedad terminaba debajo del tapete, el asunto terminaba olvidado y ambos seguían con mi vida hasta que inevitablemente se reiniciaba la secuencia.

Jossette era una especie de imán para todo tipo de situaciones difíciles y tenía por costumbre estar en los lugares incorrectos en los momentos menos indicados. Meterse en problemas era tan natural para ella como respirar pero esta vez las cosas se le habían ido de las manos, terminando así sentada en una de las sillas de la oficina del director de la empresa mientras su padre caminaba de un lado a otro como animal enjaulado.

-...esto es simplemente inaceptable, siempre pensé que con el tiempo comenzarías a comportarte pero aparentemente nada contigo da resultado. ¿Es que acaso te has propuesto la misión de destruir la reputación de esta familia? Te lo advertí, Jossette...

Advertencias, amenazas vacías y demás. Como un tedioso y bien ensayado monólogo en el que la chica no prestaba ni la menor atención. A pesar de estar mirando a atentamente a su padre su mente vagaba a kilómetros de ahí. Por otra parte el hombre fácilmente podría soltar humo por las orejas teniendo en cuenta cuan coloradas se habían puesto. Pasaba frenéticamente la mano por su cabello marrón mientras seguía dando vueltas por la oficina y soltando una serie de palabras sin importancia. Algo sobre mandarla a un internado, que debió ser más estricto y un par de maldiciones intercaladas. Si le preguntasen Jossette admitiría lo refrescante que le resultaba ver al gran Roberto Carreiro, hombre de familia y famoso empresario perder los papeles frente a una adolescente. Ver a través de la impenetrable máscara de calma que mantenía a toda hora resultaba liberador.

-...de tu parte. ¿No lo ves? Ni siquiera te preocupas por la repercusión de tus acciones -cualquiera pensaría que su hija había incendiado un edificio o asaltado un banco dado su nivel de alteración-. Incluso tu hermano...

Nuevamente Jossette dejó de escuchar sus palabras y meditó seriamente el ponerse en el papel de la niñata inmadura e irresponsable por quien era tomada. Esta parte del discurso le resultaba bastante molesta. El momento en que, inevitablemente, era comparada con su hermano. También conocido como Amo y Señor del Universo o Maestro de la Perfección. Al menos así se considera ya que su padre se lo había hecho creer.