『Same Tastes』| Little Witch Academia

Todo se derrumba

Akko gimió. Mantener el equilibrio fue difícil, incluso después de que tomó asiento. Doblemente mientras trataba de ignorar las varias miradas curiosas que la seguían,mientras ella y el resto de su equipo entraban en sus asientos. Su cabeza se bamboleaba lentamente alrededor del eje de su cuello, como un planeta perezoso siguiendo a regañadientes su órbita.

Después de la crisis de los misiles, de forma lenta pero segura, los equipos más emblemáticos de la escuela se habían reunido, incluso en el aula. Los equipos rojo y verde habían sido los primeros en encontrar una manera de sentarse en escritorios adyacentes, donde intercambiaban charlas al azar, bromeaban o se burlaban entre sí, mientras encantaban aviones de papel o se unían para probar los muchos pequeños artilugios de Constanze (lo que explotar o electrocutar a personas en ocasiones, pero aún menos que Akko, por lo que todo fue normal).

Hicieron eso mientras pretendían estudiar detrás de voluminosos libros, el olor a piel de perro mojada que provenía de las cubiertas encuadernadas en cuero anuladas por los perfumes que Sucy preparaba junto con sus otras pociones más peligrosas.

De alguna manera, las maestras no se habían dado cuenta de sus travesuras, posiblemente porque sus calificaciones se habían mantenido estables gracias a la influencia de otra presencia en este arreglo: Diana Cavendish.

De hecho, la sorpresa más grande llegó cuando el equipo azul terminó uniéndose a esta conjetura, gracias a que Barbara y Lotte se acercaron lo suficiente como para querer sentarse una al lado de la otra en clase. Ni Hannah ni Diana estaban particularmente entusiasmadas con la idea de sentarse cerca de las alborotadoras más explosivas de la academia al principio, pero cedieron después de que Barbara los miró con ojos de cachorro (lo cual fue increíblemente fácil, dados sus grandes ojos).

Diana no estaba completamente molesta por el cambio. De hecho, lo vio como una oportunidad para vigilar el progreso académico de sus conocidas ahora cercanas ('amigas' era una palabra con demasiada carga semántica): Akko y Amanda, en particular, a quienes pensó que podrían usar una presencia educativa positiva. en sus vidas. Y aunque se necesitaron muchas pruebas y tribulaciones y un autocontrol hercúleo para no estrangular a O'Neill durante sus peores momentos ("oh, ¿he sido una mala estudiante, Sra. Cavendish ~?"), Sus esfuerzos resultaron fructíferos.

Hannah, sin embargo, no pudo evitar sentirse como un caso atípico, como una especie de novena rueda en el improbable grupo de amigas. Más aún ahora que Barbara, su mejor amiga, había reducido a la mitad su tiempo juntos en favor de la chica Jansson, con quien podía compartir su amor por Night Fall . Hannah y Barbara nunca habían tenido algo en común que les apasionara tanto, los cimientos de su amistad se basaban más en chismes y charlas de chicos que en cualquier otra cosa. Así que la chica de cabello castaño se había quedado sola.

Es decir, hasta esa mañana con esa linda idiota. No es que las dos chicas hablaran mucho fuera de sus reuniones secretas, dado que Hannah quería mantenerlo en secreto. Pero solo tener a la tonta bruja allí y saber que eran amigas, compartir un pasatiempo en el que no podía participar con nadie más hasta ahora, se sentía bien. Fue una sensación agradable y difusa. ¿Cuándo se había entregado Hannah a algo que realmente amaba con alguien más que con ella misma en momentos de secreto, mirando en silencio los arroyos en la soledad de su dormitorio?

Y nunca quiso perder ese sentimiento, si fuera honesta consigo misma. Pero ella no estaba del todo, prefiriendo pasarlo mentalmente como un "arreglo conveniente".

Así que no pudo evitar mirar a Akko mientras se sentaba junto con Sucy y Lotte. Amanda trató de reprimir una risita durante dos segundos antes de estallar en carcajadas, mientras las demás la miraban de forma extraña.

"Akko, cariño", dijo Jasminka con una voz como la miel, "¿son esos unos cuernos?"

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