La hija de la sra. Tsuneo

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El sol parece más perezoso que de costumbre. Yuu duerme a mi lado abrazándome, yo...estoy bastante incómodo. Intento salir de ahí, pero Yuu se aferra más. Sabrá que es así de pegajoso cuando duerme? No lo creo... cuando logro salir de ahí, voy al baño de inmediato, me doy una ducha y me pongo un traje casual pero elegante. Bajo las escaleras, cuando estoy a punto de entrar en la cocina, el timbre suena. Veo hacia afuera. Es la sra. Tsuneo.
- Buen día, señora Tsuneo! - saludo abriendo la puerta, ella me recibe con una sonrisa y me devuelve el saludo.
- Vine para darte esto: es kimchi... Recién te levantaste, verdad? - Sonrió, su intención era esa y; ver si Yuu seguía en mi casa.
- Yuu se lo agradecería pero... todavía está dormido...así que yo le doy las gracias por los dos.- la señora sonríe y me entrega el envase.
- A ti no se te puede mentir, Tatsuya... Bueno, los espero en mi casa a las 12pm, está bien? - asiento con la cabeza y la observo irse, cierro la puerta y al voltear me encuentro con Yuu.
- Buen día...- lo saludo - ya tenemos el desayuno!
Yuu sonríe y se acerca a mí, me quita el envase y lo lleva a la mesa.
- Debes estar cansado.- está pensando otra vez en ese ridículo sueño! Qué es él? Un pervertido?
Desayunamos en silencio. Yuu está más callado de lo normal. Al terminar el desayuno lo observo.
- Tienes que cambiarte para ir al Té...- le digo mientras entro a la sala. Yuu se observa y se sonroja, va corriendo a su habitación y empieza su minuciosa elección. Al rato aparece con un atuendo casual y poco colorido. Será infantil, pero no lo demuestra.
Las 12 llegan rápidamente, ambos estamos listos para salir y Yuu...está tan entusiasmado que podría romper otro plato. Salimos sin incidencias, me adelantó por el camino.
- Qué tan lejos está? - pregunta él corriendo para alcanzarme.
- A cinco minutos...la casa está apartada de todo, así que no esperes encontrar algo a menos de cinco minutos de caminata.
Yuu parece sorprendido... caminamos en silencio después de eso, hasta que por fin a lo lejos divisamos una casa pequeña, de pintura blanca y un poco desgastada. Agitó el brazo en el aire saludando a la señora Tsuneo que se encuentra en la terraza. Yuu hace lo mismo, aprovechando este momento coge mi mano. No hago nada para evitarlo. Llegamos a la casa, yo entro sin siquiera tocar la puerta. Si, hasta eso ha llegado mi amistad con la señora Tsuneo. Ella sale a nuestro encuentro y llama a Pac-chum, un perro gigante pero amable, en cuanto ve a Yuu se lanza a él, lo derriba, ya en el suelo lo lame. Yuu se ríe y tose a la vez.
- Pac! Deja a Yuu en paz! - el perro parece entender y sale de la habitación moviendo la cola - Este perro tonto no sabe que Yuu es tu novio... siento mucho los celos que de seguro te provocaron...
- Me atrevería a decir que fue culpa de Yuu, por ser encantador y no apartarlo - digo mirando como Yuu se pone de pie. La señora nos dirige hacia una mesa con tazas de porcelana que, desprenden el agradable olor del Té. Yuu se sienta mientras la señora trae los bocaditos. Yo también me siento y empiezo a tomar el Té.
- Delicioso como siempre, señora Tsuneo.- comento mientras cojo un pedazo de pastel de chocolate. Yuu afirma poco después lo mismo.
El Té fue agradable y cálido, al terminar escuchamos a alguien entrar. Una chica, de mi edad masomenos, entra con una sonrisa. Yo la conozco, es la hija de la señora Tsuneo.
- Hola mamá! - saluda sin notar nuestra presencia, muestra una hoja de papel con orgullo.- Logré conseguir el trabajo de medio tiempo!
Entonces nos vio, lanzó un grito al verme.
- Tatsuya! Y él es?
- Es Yuu Hayashi, su novio...- presenta la señora Tsuneo adelantadose a mi.
- Mucho gusto...- dijo ella con su felicidad bajando poco a poco.- Soy Nori...
Yuu pudo sentir las vibras negativas que ella transmitía, de repente se acerco a él y le susurró: No te atrevas a dañar a mi Tatsuya, de lo contrario me encargaré de matarte...
Se separa con una sonrisa y se sienta a mi lado. Toma un poco de té y le contó a su madre sobre su nuevo empleo. Yuu estaba bastante serio y me observaba preguntándose qué era ella para mí. Fue cuando el día se hecho a perder...la chispa de los celos se prendió y si no tenía cuidado, podía transformarse en un incendio.

Dulce agoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora