La Familia Todoroki.

Cap. 30: "El origen de Tipper (parte 1)"

Declaimer: los pjs de BNHA con me pertenecen.

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Gateshead, Inglaterra, hace 4 años...

El viento soplaba de manera agradable, la gente iba y venía, unos sonriendo, otros angustiados, otros frustrados, otros tristes... en fin siempre veía mas gente infeliz que feliz, siempre era lo mismo. Todas las personas eran infelices en realidad, solo fingen estar bien para complacer a otros, para no ser menos que otros, para no ser el "infeliz" de quien todos huyen ser. Era patético... la gente es patética...

Desde el techo donde se encontraba observaba a los niños jugar animados al futbol, esos parásitos con patas que tanto odiaba. No hay nada más cruel que un niño, lo sabe; lo vivió en carne propia, la crueldad de esos infantes no era comparado con los adultos. Los adultos son crueles por un fin, para conseguir algo en cambio. Los niños son crueles solo por ser crueles.

-Deberían prohibir a los niños en este país...- soltó con sorna.

-Jaja esos es algo absurdo- escuchó que le respondían a sus espalda, por lo que se giró encontrando al mensajero de la organización.

-Y que no es absurda en esta vida?- cuestionó el sujeto de cabellera negra con ojos ónix y vestimenta algo formal, chaquetilla negra, camisa blanca con moño negro, pantaloncillos hasta las rodillas y botas negras.

-Tú siempre siendo positivo no? Tipper?-

-Solo digo lo que pienso- responde haciendo ademan.

-En fin, tienes un nuevo trabajo- dice entregando un papel- debes buscar un paquete en esa dirección y llevarlo hasta Londres- informa.

-R.N? Él?- dice levantando al fin del lugar en donde estaba recostado.

-Así es, es un paquete importante. Por tu bien cuídalo bien, sabes cómo es- advierte.

-Tsk, lo sé... - dice con el ceño fruncido, sabía que no debía fallar en la misión y si venía de él lo más seguro que no sería algo fácil, para nada fácil.

-En fin. Suerte con ello Tipper- dice girando dispuesto a marcharse- ah! Y trata de no matar niños en el camino jaja-

-Tratare pero no prometo nada- siguió.

Vio alejarse al mensajero, y volvió a mirar la nota, volvió a fruncir el seño. En verdad ese tipo le estaba pidiendo eso, que era lo que debía llevar? Ciertamente no quería nada ver con ese sujeto, bien conocía su fama, más bien quien no lo conocía. Si bien solo lo había visto una sola vez, todos en la organización temblaban si lo oían nombrar.

-Definitivamente la vida es injusta- concluyó guardando el papel en su bolsillo marchándose a la dirección en donde debía ir.

En todos los años que estuvo en la organización rogó que nunca le tocara una misión mandada por ese tipo, pues la mayoría de las personas no regresaban de ellas, algunos aparecían muertos por ahí, otros simplemente nunca más los encontraban.

Si bien habían muchos que se sentían orgullosos de ser escogidos por él para tales cosas; él no. No quería saber nada de eso, no porque lo odiase ni nada por el estilo pero prefería hacer misiones sencillas, fáciles y rápido para poder estar tranquilo en algún tejado o en su casa, bebiendo y comiendo algo mientras la triste vida pasa como si nada.

A pocos minutos llegó a la dirección marcada, era un parque. Un parque lleno de gente, madres, padres, niños. Niños, como detestaban los niños, por segundos los recuerdos lo invadían; nunca fue un niño feliz, nunca fue un niño.