Prólogo.

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Me desperté de la cama contenta porque era un fin de semana y no tenía que ir a clases. Fui a desayunar como cualquiera, y comencé a desayunar con mi padre, Raúl, un hombre de 36 años, alto de 1'88 m, moreno, de ojos verdes, pelo castaño y una sonrisa encantadora. Es la persona más agradable que te puedes imaginar.

Él me miro sonriendo como de costumbre y me dijo

-Cariño sabes que siempre te he cuidado desde qué... bueno ya sabes desde qué tu madre falleció...- miro para abajo con expresión triste.

-Si pa lo sé, y lo has hecho genial!- dije para animarlo

No me gustaba hablar de mi madre al principio, pero con el tiempo eso cambio, y la recuerdo con mucho amor.

-te quiero cariño, pero creo que ha llegado la hora de que tengas una nueva madre...- dijo con una sonrisa nerviosa esperando mi reacción

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUEEEEEE????????????????!!!!!!!!!!!!!!

Me quede mirándolo asombrada, no sabía que decir, me paralice.

Después de un rato cuando ya pude recuperar el aliento, ya le pude decir algunas palabras, las cuales él esperaba con ansias.

-Que quieres que diga todo es tan de repente para mí-

-normal, pero té parece mal?- me miro con cara de preocupación.

-como me va a parecer mal que mi padre sea feliz?- dije con firmeza.

-Anda dame un abrazo- dijo feliz

Lo abracé muy fuerte.

-A por cierto, tu nueva madre tiene dos hijos, una chica y un chico, así que también tendrás hermanos-dijo tan tranquilo.

Que detalle el doble susto, pero supongo que aun a si me alegra demasiado tener una familia.

-Está bien papa, me encantara- dije disimulando el impacto.







AMOR JUZGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora