Prólogo 2. LA LLEGADA

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Al día siguiente suena mi despertador de la canción I want to break free de Queen, una de las mejores canciones que he escuchado me gusta porque habla de alguien que quiere ser libre y porque Queen es mi grupo favorito.

Abro mis ojos lentamente cegados por la cálida luz del sol, la cual llenaba mi cuarto de la mejor sensación.


De golpe di un salto de mi cama, ERA EL GRAN DÍA.

Mi padre entró sin pensárselo dos veces más rápido y con la sonría más grande que nunca. El vestía muy elegante, llevaba, el pelo engominado, unos pantalones tejanos de color beix, una camisa azul claro y unos zapatos negros.

-Ala que guapo, no?- dije divertida al ver sus nervios.

-Si, y tú que dormida, no?- dijo en un tono de burla pero serio.


Era verdad aún estaba con el pijama y despeinada.

-Perdón papa, ahora mismo me visto y me arreglo.- dije para que se calmara.

Salió de mi habitación con cara de pocos amigos. Corrí a mi baño me duché y me vestí con una camiseta amarilla un pantalón corto de malla y mis zapatos más blancos. Me planché el pelo pera tenerlo más liso que de costumbre, ya que tengo el pelo un poco ondulado. Yo nunca me maquillo así que esta vez tampoco lo are, pensé.

Salí de mi habitación y tan pronto cruce las escaleras sonó el timbre. Mi padre temblaba de los nervios y yo solté una suave, y corta risa, el camino hacia la puerta conmigo cogidos de la mano y la habríamos.

Detrás de la puesta se encontraba una mujer de unos 1'62 m, con el pelo teñido de rubio, de un tamaño mediano, de ojos verdes como las esmeraldas, vestía con un vestido blanco de flores, unas botas negras con sellos de mariposas y un bolso marrón.

-Hola, cariño- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola, mi amor, te presento a mi hija- dijo mi padre, ya cómodo y con brillo en sus ojos muy tierno.

-Hola, Carla no sabes las ganas que tenía de conocerte- dijo ella superamablemente.

-Yo también tenía muchas ganas de conocerte- dije felizmente.

-Que tonta que soy aún no me he presentado, me llamo Emily- dijo, se acercó y me abrazo.

Se separó me miro y me dijo -En el coche están mis hijos si quieres ve y a si los conoces, yo entrare a guardar mis cosas- dijo amablemente.

-Okay- dije con ansias.

-Yo te ayudo- dijo mi padre para ayudarla llegar a su habitación.

Salí de mi casa y allí estaba el coche, negro y muy grande, me acerqué y casi me muero al ver lo que vi.

AMOR JUZGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora