La Lluvia Y El Sol No Pueden Amarse

Capítulo 2

"Lo malo de cambiar es que puedes olvidar quién realmente eres"

Podemos ver como ya era costumbre a la mujer llamada Momo Midoriya.

La mujer buscaba entre sus ropas algo, algo que pudiera hacer feliz a su esposo, o más bien, algo para que ella pudiera sentirse como era antes.

Suspiro, entre tantas ropas no se iba a encontrar, es más , jamás lo hizo.

Se olvidó de quién era, incluso de lo que alguna vez hizo para llegar a su sueño.

Ella entreno con su don y se especializo en diversas áreas para llegar a ser una gran heroína como lo fue Nana Shimura pero, no, ahora, ella era una simple enamorada que trataba de sentirse como tal.

La Lluvia no era rival para las estrellas.

Así lo veía Momo, miraba a sus amigas, ella vestían de colores, diversas prendas, tantas prendas que alguna vez ella se sentía alegre de ponerse un vestido así.

Ahora, el negro era su color, no por moda ni por sentimientos, sino por comodidad, así no vería lo que ella había olvidado, sus curvas y buenos atributos.

Miraba y miraba pero, ¿acaso alguna vez fue bella?, ¿fue hermosa?

No, tal vez jamás lo fue y no es que fuera vanidosa pero lo que recordaba era eso, cuando los hombres ponían esas miradas en ella pero, ahora, ella no lo veía, ella dedico todo a sus hijos y esposo.

Alguna vez fue fuerte, una gran estudiante pero, por descuidarse se despidió de todo, Aizawa el día que se enteró del embarazo, la miro con decepción, no por gusto y ella lo comprendía, Aizawa la tenía como una alumna ejemplar, fuerte, delicada, gentil, responsable, inteligente pero con ese descuido lo hecho a la basura y Aizawa se lo dijo, "Ser madre te cambia la vida".

Pero es ahora que venía el cuestionamiento, ¿era amor o obsesión?

Ante la pregunta Momo se dejó caer en la cama, estaba ya vestida, como no tenía nada que hacer se vistió muy libre, una camiseta negra junto con unos shorts negros con blanco.

¿Amaba?, ella pensó pero recordó bien, ella misma quiso entregarse ante el pecoso, ella apesar de que al inicio se arrepintió, se alegro con el tiempo pues amaba al pecoso, este mismo la había cuidado por mucho tiempo, ella acepto su error, tuvo que dejar la escuela por un tiempo pero aún así la termino y no se quejo, para Aizawa aún era una gran mujer y él mismo le dijo algo que aún conservaba en memoria, "Has logrado terminar el curso así que, te sugiero que te vayas al heroísmo, es tu fuerte" pero aquí estaba, en una cama totalmente perdida en ambos aspectos, fue a dejar a sus hijos a la escuela aunque aún le dolía el cuerpo, pues en su entrenamiento con Kota, fue humillada.
Ella alguna vez fue elogiada por derrotar a diversos villanos que sin duda eran peligrosos pero ahora no era más que una mujer patética.

De la nada un mensaje llegó a su celular, era su padre así que suspiró , él quería venir a verla y lo que menos quería era involucrar en sus problemas maritales así que puso su mejor sonrisa y se fue a la cocina, al fin y al cabo, la mansión era enorme y aún mantenía empleados , pues era la mansión Yaoyorozu, herencia de su difunto padre, el resto de la herencia iba a ser dada con el tiempo, su madre dijo que debía ser digna de ello.

Toshinori: Hola hija.

El rubio entro pues por cortesía y confianza, Momo le otorgó una copia de las llaves.

Toshinori: ¿Cómo estás?

Momo: Bien.

La azabache abrazo a su padre, realmente no le importaba su vestimenta pues muchas veces su padre mostró que la respetaba.