El brillo del amanecer caía sobre toda superficie de manera lenta y tranquila.
Es como siempre, una nueva oportunidad.
Pero no para todos.
En la casa de cierta persona, el día también había comenzado para la dueña pero no para las invitadas.
O bueno, dos de tres.
La principal que estaba en la habitación empezaba a ser molestada por el sol.
Su cabeza dolía como nunca.
Se restregó los ojos con pesadez.
Su teléfono sonó muy escandaloso.
Lo apagó fácilmente con enojo.
Sin esperar mucho se estiró ya sentada sobre la cama.
Con sus ojos a medio funcionar inspeccionó el lugar y supo de inmediato no era su hogar.
Era un poco más pequeño pero se daba el mérito de la cama sumamente suave.
El que la cama fuera suave le ayudaba mucho pues sentía un irritable dolor en sus caderas y más específico en su zona íntima.
Momo: ¿Por qué?
Alterada retiro las sábanas y se dio cuenta, estaba desnuda.
Sentía un poco pegajoso el cuerpo, era más bien húmedo pero era incómodo.
En un extremo de la cama logro verlo, era su sostén por lo que alterada bajo la mirada hacia el suelo donde pudo ver sus prendas.
Momo: ¿Qué rayos paso?
Sus pezones tampoco estaban libres del dolor pues le era punzante ese dolor.
- "Dolía saber que estabas con Midoriya, él se quedó contigo y todo lo que yo deseaba." -
Ese recuerdo fugaz invadió su mente algo desconcertante.
Momo: ¿Dónde estoy?
Trato de pararse pero por el dolor decidió dejarse caer.
Itsuka: Cinco minutos más.
La azabache lentamente miro a su lado y lo vio, esa cabellera naranja.
Momo: ¿Es una broma verdad?
La azabache bajo ,se acostó lentamente y retiro las sábanas, ambas no tenían nada de ropa.
Ahora comprendía el porque de sentir calidez cuando recién despertaba.
Itsuka: Perdón.
Momo miro a su amiga, si es que aún lo eran y esta se oculto en las sábanas.
Momo: ¿Sabes que sucedió?
Itsuka: Más o menos.
- Ayer después del beso pues, Mirko y Setsuna llegaron y decidimos irnos.
- Fue un problema traerte , pero bueno, llegamos y esas dos se quedaron a dormir en el sofá.
Momo: ¿Y entre nosotras?
Las mejillas de la azabache ardían de vergüenza de lo que ella temió que hizo.
Además que su cabeza dolía por la resaca y peor aún teniendo arrepentimiento por lo sucedido, ella no era así, no era como Izuku.
Momo: Por favor dime.
La contraria la miro de reojo y negó.
Sin nada más que decir se levantó de la cama y comenzó a caminar para salir del lugar.
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La Lluvia Y El Sol No Pueden Amarse
Fiksi PenggemarLa verdad duele y es lamentablemente. Era de esperarse que todos conocieran la leyenda del sol y la luna pero, ¿qué pasaba si la lluvia se enamoraba del sol? Era inevitable pensar si siquiera es posible pero así era la realidad. Ella jugo un papel q...