Chapter 3

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Narrador Omnisciente

Apenas ha pasado un día desde que los chicos declararon su amor colectivo y decidieron empezar una relación. Los tres aún están en sus casas nerviosos, pero a la vez emocionados, de verse de nuevo.

El pelinegro y el castaño están desayunando mientras que el rubio solo se está maquillando, no quiere comer nada en su casa. Ya no quiere estar con su papá, solo quiere ir a la escuela para ver a sus dos chicos... poder sentirse bien.

- ¡Alexander! - Su padre lo llamó con un tono elevado en su voz... pero no se escucha enojado al igual que en las otras veces.

El chico obedeció a su orden, si no lo hace será peor para él y para el pobre maquillaje que tendrá que disimular más moretones.

- ¿Qué pasa, papá? - Le preguntó esperando no haber cometido un movimiento en falso.

- Ehm... que tengas un buen día. - Hizo una mueca como sonrisa. Se le hace muy difícil sonreír desde ese día, además de estarse embriagando todos los días gastando así el dinero para la comida, los trasfondos para la universidad de su hijo. También... rompe cada vez más la confianza, la admiración y el respeto que Alex tenía por él.

Esta es la primera vez en 6 años que el señor Mercer no está ebrio, aunque sea por un segundo, deberían darle un premio por ello.

- Gracias, papá. Nos vemos en la tarde. - El rubio también hizo una mueca como sonrisa y se retiró por la puerta suspirando con alivio y todavía sintiéndose impactado por ese simple diálogo que tuvo con su padre.

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(Preparatoria Los Feliz)

- ¡Amor, por favor! - El español le llamó la atención a su novio asiático quién solo se está aguantando el decir un simple: "Sí".

Bobby quiere que Willie coma aunque sea un solo vegetal de su lunch - el asiático dice que no le gustan las verduras pero nunca las ha probado. -

- ¡De acuerdo, si comeré! Pero solo una. - El madrileño sonrió victorioso y le besó en la mejilla. - Eres tan molesto. - Bobby jadeó ofendido y lo golpeó en el brazo. - D-Digo... te amo, bebé. - Tartamudeó adolorido y besó a el Español en los labios.

La morena y la latina rieron por la escenita entre la pareja.

- Willie, que gobernado eres. - Comentó el castaño con un tono burlón. Todos voltearon a su dirección saludándolos con la mano - el pelinegro está con él -, aunque Willie frunció el ceño y le fulminó con la mirada.

- ¡Holis, chicos! - Saludó Reggie con su energético ser. - ¿Y Alex? - Preguntó, su expresión cambio de un momento a otro.

- Pensábamos que estaba con ustedes. - Contestó la latina encogiéndose de hombros.

El pelinegro se aferró a el brazo de su chico de cabello castaño. Ambos están preocupados por el rubio... ¿por qué no ha llegado? Si siempre llega temprano.

Y hablando de el rey de Roma, el mencionado llegó corriendo unos minutos después, su rostro está súper rojo por el cansancio y el sudor.

- Hola, chicos. - Sonrió débilmente recargándose de los casilleros.

Lo que agradece es que el maquillaje que se aplicó no se corre con tanta facilidad, por lo cual los chicos aún no notarán el moretón que le quedó en la mejilla, y lleva su suéter más enorme para tapar los que le quedaron en las muñecas.

Al parecer Luke y Reggie notaron lo mal y confundido que se siente su chico, por eso ambos entrelazaron sus manos con las de él.

Lo llevaron lejos del grupo con la intención de hablar en privado y tratar de darle su apoyo con lo que sea que esté pensando y lo que esté pasando en su vida.

𝑺𝒐𝒍𝒐... 𝒄𝒖𝒍𝒑𝒆𝒏 𝒂𝒍 𝒂𝒍𝒄𝒐𝒉𝒐𝒍 | Rukalex (Luke x Reggie x Alex) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora