“¡Grandes noticias! !Wei Wuxian ha muerto!”Escucha desde su cama, recostado sobre su estómago, su espalda palpitando y aún ardiendo, llena de vendas y todos los bálsamos que su hermano pudo encontrar para una mejor recuperación.
No importa ahora. En un solo momento, su cuerpo deja de doler. Las heridas de su espalda son nada comparadas con la punzada de su roto corazón, su esperanza muriendo en el momento en que esas horrendas palabras alcanzan sus oídos. Wei Ying, su amado, ha muerto. Y no pudo protegerlo. Lo dejó solo, para morir.
Afuera, los oh-tan-justos ancianos de su Secta están coreando, alegremente, por la muerte de su corazón. Para ellos, Wei Ying era algo cercano a un villano, tan malo como Wen Ruohan e incluso más demonizado que ese hombre. Para ellos, este día, estas noticias, son una razón para celebrar por toda la región. Incluso olvidando sus propias reglas y escupiendo su odio a través de palabras jubilosas para que cualquiera escuchara.
“¡Wei Wuxian finalmente ha muerto!”
Y él también.
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Aquella noche, tras llorar con el corazón, después de que su hermano fuera a tocar Claridad para él en un intento por darle un poco de paz, después de que Lan Xichen tuvo que cambiar sus vendajes cuando se mancharon de sangre por su arrebato, él sueña. Con un chico sentado bajo la luz de la luna, alegremente bebiendo una jarra de Sonrisa del Emperador, descaradamente ignorando las reglas, seguido por una risa estridente que hace que su corazón salte de felicidad. Wei Wuxian, aún joven e ingenuo del mundo, ignorante de todo el sufrimiento y pérdida que se avecinaba a ellos, le sonríe.
Una sonrisa tan radiante como el sol, eclipsando la luna que tiene detrás. Ojos brillando con alegría, voz ligera y burlona.
Sueña con una vida diferente. Una donde las reglas no se aplican a él, donde puede fácilmente diferenciar las realmente importantes de las traicioneras que arruinaron sus oportunidades de probarle al chico cuánto significaba para él, cuánto quería estar a su lado.
Despierta, aún en medio de la noche, a un silencio ensordecedor. No risas, no burlas, nada. Despierta a un mundo frío y severo, a un lugar traicionero del que su amado ya no forma parte. Donde todo lo que le importaba ya no estaba.
Aquella noche, vendado, con el corazón roto, deja su Secta atrás, esperando encontrar a Wei Ying y darle un descanso apropiado, un último adiós.
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Encuentra a a-Yuan, afiebrado y hambriento, escondido dentro del tronco de un árbol, lejos de las señales de la matanza, del olor de la sangre.
Los Wen, ancianos y luchando por sobrevivir en un páramo, ya no están. Signos de sus terribles muertes es lo único que quedó detrás.
Cuidadosamente toma al niño y rebusca por toda la cueva, buscando una señal, algo. Aún no ha encontrado nada sobre Wei Ying, ni un solo vestigio de su cuerpo. No encuentra nada fuera de un par de notas descartadas, escondidas entre rocas, y un listón rojo manchado de sangre que estruja contra su pecho. Parece ser que alguien se llevó todo lo demás, incluso a Chenqing, pero dejó las cosas más importantes.Deja los Túmulos Funerarios, cuidando de a-Yuan en la posada más cercana, dándole medicina, comida y un necesario descanso, temiendo el momento en que este despertara y preguntara por su familia.
Jamás llega a eso. A-Yuan está confundido, pero está claro que no recuerda. Su fiebre despojándolo de todo.
Le entristece ver al pequeño niño perder los recuerdos de su familia, de toda esa gente que lo cuidó incluso en las terribles circunstancias en que se encontraban. Pero también es una bendición el olvidar todo. Le dará un nuevo comienzo, una vida más feliz, sin saber lo que perdió o el odio por el que tuvo que vivir.
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Only Mine
Fanfiction[3 Historias escritas para Dark Lan Zhan Week 2020] 1. Bajo su Fría Mirada [Obsesión, AU no humano] "Wei Wuxian", una voz ronca lo saludó, el agarre en su cintura volviéndose más fuerte. "Finalmente te atrapé". Un susurro en su oreja, el ligero ar...