Fire On Fire

V

El comedor estaba rebosante de personas hablando a más no poder, lo que en otra ocasión hubiera sido divertido para él, más cuando seguramente él estaría siendo de los mas escandalosos, pero en ese momento le empezaba a ser una completa molestia, debido a que llevaba desde el inicio de la cena intentado leer los acuerdos acerca de su promesa de matrimonio, el ultimo detalle para que Severus por fin visitara Hogwarts en el siguiente fin de semana y fueran a pasear solos a Hogsmeade, o lo más cercano a solos que se pudiera.

Pues si bien, ahora mismo solo estaban dentro de un noviazgo y no serian comprometidos formalmente hasta dentro de un año, en el verano, el abuelo de Severus había sido bastante claro con que los acuerdos debían de ser escritos desde ese momento para que ambos lados los respetaran y que mucho después de la prueba de encaprichamiento a la que estaban sometidos pasara, podrían modificar más libremente como querían llevar su compromiso y luego su vida matrimonial.

Entonces debía de estudiar cada horroroso termino que sus familias habían acordado en unanimidad, para que la siguiente semana tuviera un comportamiento adecuado a lo que se consideraba propio dentro del área de los sangrepuras y más que nada, para que sus padres, y abuelos en caso de Severus, creyeran que eran responsables y respetuosos con las normas que les estaban imponiendo y, por lo tanto, para las siguientes visitas no tuvieran tanta vigilancia ni expectativa como en esta. O al menos es lo que habían planeado Severus y el en sus cartas.

Y en lo que confiaban funcionaria, al conocer perfectamente a sus familias y al haber quedado en un acuerdo con Regulus de que en definitiva no quería ser su chaperón una ocasión más, menos cuando era obvio que ambos solo pensaban en besarse todo el tiempo, incluso más se atrevería a decir confiando en sus horrorosas hormonas que estaban revolucionadas los últimos meses.

Era así, que llevaba horas leyendo cada termino que para su fastidio estaba redactado por lo que parecía un montón de ancianos, sin ofender al patriarca Prince, además de que tambien buscaba activamente letras pequeñas y ocultas que lo pudieran poner en un aprieto y conseguir que sus citas con Severus se aplazaran o hicieran más restrictivas en lugar de privadas y largas como tanto quería. Todo lo que hubiera sido terriblemente fácil sino fuera por James que en realidad no se tomaba en serio el que estuviera estudiando su contrato prematrimonial, ni que estuviera tan ansioso por ver a Severus después de que le confesara que ambos no habían tenido nada más que un inocente beso en los labios.

Ciertamente no lo que esperaba de él, como demasiados acostones o sesiones de besos apasionados, que, si estaban en sus fantasías, aunque de una forma más romántica y no tan banal como su mejor amigo las hacia sonar.

Por lo que ahí, en medio del gran comedor, exhausto por tantas horas leyendo y queriendo solo dormir un poco para descansar, además de desear demasiado poder ver a Severus después de todo el mes que sus familias habían tardado en llegar a ese acuerdo prematrimonial, donde a consecuencia únicamente tuvieron que hablar por cartas que los Prince hacían llegar a sus padres, dada la extremada distancia que tenían sus escuelas y que no seria bueno que ninguna lechuza recorriera tanto territorio. Lo que tambien había sido exhausto de soportar, ya que notaron de inmediato que o los entrometidos de sus padres o los abuelos de Severus, intentaban leer sobre que hablaban, sin logarlo por el propio recelo de Severus hacia todo lo que tuviera que ver con su privacidad.

Sin embargo, por mucho cansancio que tuviera, seguía obstinadamente tratando de terminar de estudiar esos términos, ya que en su habitación seria imposible hacerlo si James se enfurruñaba tanto porque pasara tanto tiempo concentrado en ello y que no quería ir a la biblioteca donde cualquier sangrepura entrometido buscaría hablar con él, al menos desde que los rumores sobre que estaba inmerso en una relación romántica con Severus Prince habían salido a la luz.