Los siglos buscándote //Ron y Vino// -Larry

Capítulo 1 TRILOGY 3/3

1633 Louis

Un aroma dulzón se fundió en el ambiente húmedo.

Tela fina se removía en la cálida cama, aun cuando pareciera una montaña organizada de tela, formando un descuidado circulo. Casi toda la ropa de su padre estaba allí, aun cuando algunas de ellas contenían, unas enormes manchas de sangre oxidada. El olor de su padre lo hacía sentir un poco más, en calma, un lugar seguro donde podía hacer lo quiera sin que nadie irrumpiera en él, lo hacía sentir cálido y a salvo.

Él omega ronroneo, desde su pecho, girándose y cambiando de posición para hundir su rostro entre la tela. Abrió un ojo azul eléctrico, aun con el cabello enmarañado y entre el flequillo largo, pudo observar como su cuarto estaba totalmente en oscuras, sin ninguna sombra del astro rey.

Un pequeño gruñido animal salió de su garganta, hundiendo de nuevo su rostro y aspirando fuertemente.

"El baile de sangre"

Esta noche era una noche que más odiaba, un baile vampírico. Solo pensar en cuantos humanos morirían esa noche, le removía las entrañas, ríos de sangre correrían esa noche, espantosos gritos de toda clase, se oirían entre los recónditos pasillos.

El olor humano era tan inmundo, ahora con su lado omega cada vez más activo y presente en su vida, encontraba todos los olores cada vez más desagradables, en especial el de los humanos, aun cuando estuvieran impecables, sus aromas eran demasiado fuertes para él.

Un toque rítmico proveniente de la pesada puerta de madera envejecida, se hizo escuchar con murmullos de fondo.

—Dominulus, despierte domunulus — el aroma de la criada humana traspaso su puerta llegando a picar en su nariz de botón. Con un gruñido, basto para que dejase de insistir, girándose boca arriba vio el techo de roca solida suspirando ante tal noche. Aún se sentía caliente y tenso, su estado sensible se debía a su pasado celo, con solo apenas unos días de su ultimo calor aún se sentía melancólico. (joven amo)

Las olas de calores solo habían incrementado su intensidad. Siempre terminaba convirtiéndose en un pequeño lobo café que destruía todo con su garras y dentadura crecidas. Su padre lo llamo primitivo, su lado omega era primitivo y solo buscaba escapar para aparearse.

La única solución para terminar con todo el dolor, era según su padre encontrar a su "alma gemela". Y si con 105 años de "vida", no había encontrado a su alma gemela, quien quiera que sea no la encontraría si no la buscaba.

La puerta se abrió de par en par con un fuerte estrepito, la madera magullada se agrieto un poco más en el borde de la manija. Con el sonido aun proyectándose en la habitación, Louis se cubrió la cabeza con la manta más cercana.

Los silenciosos pasos de su padre se detuvieron a lado de su "nido improvisado".

—Louis, los invitados ya están llegando, ¿Qué crees que haces? También eres un anfitrión— la frustración en la voz de su padre se dejaba escuchar suavemente. Aún con el decoro que lo caracterizaba, con un pequeño suspiro se sentó en el borde de la cama tratando de no tocar ninguna de las prendas las cuales ponían a gruñir a su hijo. Una mano pesada cubrió su frente, acariciándola gentilmente, un pequeño maullido salió de su garganta casi como un ronroneo agradecido. —tienes media vela para cambiarte, baja lo más rápido que puedas— con una última caricia su padre se levantó cuidadosamente caminado hacia la entrada —"Ars longa, noctis brevis"— el suave golpe de la puerta cerrando, le confirmó que estaba solo de nuevo. "La tarea es larga y la noche breve", y si su padre decía la verdad como normalmente lo hace esta noche sería demasiado larga para él.