Las mañanas en el templo Shinja eran tranquilas, el sonido de los animales paseando por el terreno, los peces nadando por el arroyo que cruzaba por debajo del templo, los pequeños correteos de la única infante del lugar resonaban por encima de todos. Una pequeña niña de cabello corto y ondulado y ojos celestes con toques verdes paseaba buscando a su tía y a su padre. La infante de seis años empezaría sus clases en la academia ninja en Konoha y su tía tendría que llevarla, pero desde el día anterior que no la veía.
- ¡Miya-saan!, ¡Debemos partir hoy si queremos llegar un día antes de las clases!
Una bella joven de cabellos rosados y puntas verdes apareció por la puerta principal del templo, llevaba un kimono floreado y una canasta, además de su típico abanico gris con detalles dorados. La joven no pasaba de los veinticinco años, y era bastante voluminosa.
- ¡Hika-chan! No debemos gritar en el templo cuando Yūn-san está orando, sabes que después no hay quien los calme. - Hablo la mujer en voz baja.
- Lo siento Miya-san, ¿Podemos despedirnos de papá antes de ir? No quiero que se ponga triste por habernos ido sin despedirnos. - Dijo la pequeña jugando con sus dedos y con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
- Jeje, vamos.
Caminaron hasta la sala donde se sentaban a orar y esperaron sentadas afuera hasta que el padre de la pequeña terminará.
- Señor Yūn, su hija quiere despedirse.
- Hazle pasar.
Tímidamente la niña entro al salón, su padre estaba arrodillado y tenía un rosario entre las manos, era un hombre alto de más de dos metros de altura, fornido y musculoso, ciego y con una cicatriz que cruzaba su frente de lado a lado. A pesar de su aspecto intimidante era alguien muy gentil y amable, sobretodo con su hija.
- Mí pequeña flor de loto, ven a darle a tu anciano padre un abrazo.
- ¡Oto-saaan!, ¡Te extrañare mucho!
- Yo también pequeña, pero de vez en cuando iré a visitarte. No te librarás de mí tan fácilmente.
- Ni tu de mí, te quiero oto-san.
- Y yo a ti pequeña. No hagas enojar a tu tía Miya, se amable incluso con los que no lo son contigo, y si alguien te golpea...
- ¡Se lo devuelvo el doble de fuerte! - La determinación en la voz de su hija, hizo que Yūn riera a carcajadas, algo que no pasaba mucho.
- Muy bien.
Con la niña en brazos se dirigió hasta las escaleras que las llevarían al final de la montaña. Con pequeñas lágrimas se despidieron y la niña partió junto con su tía.
- Cuídala bien Miya...
Dos días habían pasado desde entonces, la niña y su tía habían llegado a Konoha por la mañana, luego de registrarse en la entrada, y que los guardias intentarán coquetear con la Shinsu, llegaron a la oficina del tercer Hokage, Sarutobi Hiruzen.
- Buenos Días, Hokage-sama.
- Oh, tú debes ser Miya-san, Yūn me notificó que usted y su hija se quedarían en la aldea hasta que la pequeña termine sus estudios.
- Hai, preséntate pequeña. - Pidió dulcemente la joven.
- Es un placer, Hokage-sama, soy Hikari Shinja. Prometo no ser una carga para usted.
- Que niña tan educada, ¿cuánto años tienes, Hikari?
- Tengo seis años, Hokage-sama - Hablo y mostró con sus dedos su edad.
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信者 || Naruto
Fanfiction"Los espíritus guiarán a los creyentes a su destino, pero aquel que esté dispuesto a desafiarlos será bendecido por el Kamigami no Jihi". La familia Shinja fue fundada con el propósito de mantener un lazo importante con el mundo espiritual, proteger...