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Ambos muchachos se encontraban parados frente a la valla que cubría el paso a aquellos matorrales a los que nadie se atrevía a entrar. Ahí estaba el anuncio de ''no cruzar'' con el que se habían topado hace unos años, seguía en la misma posición de antes. Frente a ellos había un edificio abandonado, cosa que antes no estaba ahí, Ryan al ver a Claus curioso decidió explicarle:

-Ahí querían hacer un centro comercial hace como dos años... pero después abandonaron el proyecto, muchos trabajadores murieron en accidentes, caían o les pasaba algo... corrían rumores de que el lugar estaba embrujado, abandonaron todo después de que el encargado del proyecto desapareció de la nada...

La piel se le puso de gallina a Claus, si antes ya sentía miedo, ahora sentía horror por aquello, incluso estaba a punto de comentarle a Ryan que quería regresar a casa, pero no lo hizo, no quería parecer un cobarde y a fin de cuentas necesitaba encontrar a su amiga, aunque puede que no pudiera estar relacionada con nada de aquello y que haya desaparecido de alguna otra manera, o que pudiera estar... ¿secuestrada? No, Claus no quería pensar nada de aquello, él esperaba que su amiga se encontrara bien.

-¿Alguna vez has entrado a esa edificación abandonada? -preguntó el chico con curiosidad.

Ryan negó con la cabeza y después cuidadosamente atravesó la valla con púas.

-Desde que desapareció tu hermano... jamás volví a entrar aquí... -le explicó-. Es más, no tengo noticia de que alguna otra persona entre para acá, excepto los trabajadores de aquel centro comercial abandonado...

Claus también atravesó la valla con mucho cuidado. Comenzaron a caminar con unos pasos no muy apresurados, aquella sensación extraña volvía a sentirse en sus cuerpos, como si algo frío estuviera dentro de ellos, algo que trataba de desorientarlos. Pasaron la edificación abandonada, a medida que avanzaban la sensación extraña se hacía mayor, incluso Claus comenzó a sentirse débil.

-¿Te encuentras bien? -le preguntó Ryan.

Claus asintió, decidió que sería mejor seguir avanzando. Ya habían recorrido un buen tramo, estaban a punto de llegar a la montaña que estaba cerca de ahí, si se mostraban fuertes llegarían sin tardar demasiado.

-¿Y tus padres? -le preguntó Claus a Ryan para al menos entablar una conversación, pues en todo el camino no habían dicho más que unas cuantas palabras.

-Pues ellos están trabajando, regresan a casa hasta en la noche, aparte les he dejado la nota de que me fui a quedar a casa de un amigo, así que no deberán preocuparse por mí. ¿Qué hay de los tuyos?

-Bueno, los míos hoy no trabajaban, se quedaron en casa, pero en la mañana que me fui no le avisé a ninguno, ni siquiera les dije a dónde iba... que bueno que ya arreglé el asunto...

Y así se la llevaron un ratito, Claus le habló a Ryan de Samantha, le contaba de ella, de cómo se llevaban y lo mucho que significaba para ella, en cuanto Ryan se enteró de que Claus ya no era víctima de acosos se alegró bastante.

Cuando estuvieron a punto de subir a la montaña escucharon algo atrás de ellos, inmediatamente se voltearon y frente a ellos se hallaba un lobo, igual que el que los había perseguido, igual al que Claus había visto en el puente... idéntico al del sueño de Claus. El animal los miraba con una cara llena de odio, enseñando sus dientes y respirando agitadamente. Sus ojos rojos penetraban bastante el interior de ambos haciendo que sintieran más miedo. Claus en su mano sólo poseía el bate, lo apretaba fuertemente listo para lo que se pudiera presentar.

El animal los miraba a ambos con detenimiento, primero a Ryan y después a Claus, a este no le quitó la vista de encima durante unos segundos. El animal le mostró los dientes y le gruñó con demasiada ira, finalmente se le echó encima y lo embistió, Claus recibió un golpe en el pecho y salió volando hacia atrás, mientras el lobo seguía en el aire Ryan lo golpeó fuertemente con el bate de béisbol que él sostenía. Claus soltó su bate y después cayó en la tierra golpeándose la espalda y después la cabeza, con este último golpe se quedó inconsciente. Ryan fue hasta donde había ido a parar el lobo y lo volvió a golpear con fuertemente, así hasta que se aseguró de que no quedaban signos de vida en él.

Claus sólo escuchaba una voz en su interior...

''Tal vez la vida no corre a tu favor, pero ambos sabemos que tú vas a continuar fuerte, tú y cualquier hombre que os una, porque eres fuerte, tan fuerte que hasta puedes ser un problema para ti mismo, tente miedo, y no te decaigas por nadie ni por nada''

Aquellas palabras, quedaron en su cabeza, no sabía si se trataba de una mera alucinación suya o en verdad alguien la había hablado, no pudo ver a nadie cuando las escuchó, todo era negro en su cabeza, sólo una voz de alguien viejo, una voz que nunca antes había escuchado.

Cuando despertó se encontraba dentro de un auto, en la parte trasera, acostado, le dolía mucho la cabeza que se sobó un par de veces. Ryan conducía, seguramente ese sería su auto, este notó que Claus había despertado, pues inmediatamente este se asomó por el retrovisor.

-Ohh... veo que ya despertaste -Ryan lo miraba de reojo, no podía distraerse o podría ocurrir un accidente -, en cuanto te golpeaste y te quedaste inconsciente me encargué de ese lobo desgraciado, lo maté, no tenía otra opción... después te traje cargado hasta mi casa, te voy a llevar a un hospital, no te preocupes por los gastos médicos, yo los cubriré.

-Gracias, Ryan, y lo siento por hacerte gastar dinero... -contestó Claus con la mirada agachada, como avergonzado.

Visitaron el mismo hospital en Kinney al que habían llevado a Dylan hace un par de años, atendieron a Claus y le dijeron que no había sufrido alguna clase de herida más que el puro golpe, aunque le aconsejaban tomar reposo por lo menos hasta el día siguiente, Ryan pagó no una cantidad elevada y se sintió satisfecho por eso, después llegaron al departamento de Claus, ahí Ryan habló con los padres de Claus, y estos muy contentos por ver a Ryan le dieron un abrazo, aunque para Claus no fue lo mismo, pues se había accidentado, aunque nada grave, pero el sermón de sus padres durante la cena de esa noche fue suficiente para él. En parte se sentía triste, porque su amiga Samantha seguía sin aparecer, pero afortunadamente había quedado de verse con Ryan el lunes después de clases para investigar ambas cosas más a fondo.

Sueño de NiñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora