PAUL PATTINSON: EL MUNDO MAGICO

CAPITULO 2:LOS FUNDADORES

Las elecciones no serían hasta dentro de una semana, así que tendría tiempo de pensar y poner todas mis ideas en orden para una buena elección. Para muchas personas esto era algo muy estresante más para un niño de once años como yo y todos los demás que tenían que decidir en algo tan difícil. Era como si por ese lapso te arrancaban la niñez y te hacían madurar muy rápido, ya después de haber elegido lo que fuera podías continuar con tu vida normal hasta los dieciocho años, edad donde tenías que irte – si habías elegido otra comunidad – sin poder volver jamás a no ser que luego tuvieras un hijo y lo acompañaras a Stationery el día de la prueba. Nunca me había puesto pensar en lo difícil que podía ser, en lo que sentirían los demás niños que tenían que elegir algo tan complicado, obviamente era un niño y no le prestaba mucha atención a este asunto. Pero ahora que lo estaba viviendo en carne propia, podía darme cuenta de lo difícil que era, de lo triste que era ver a tus padres esperando que la bendita prueba te salga la misma comunidad a la que perteneces para no alejarse nunca de sus hijos. Pero estaba también mi resultado. Había salido liberado y yo podía ver aun la tristeza en los ojos de mis padres, ellos no sabrían que sucedería conmigo, porque yo aun podía elegir otra comunidad que no fuese la mía, la que había nacido, la que había crecido...

Muy diferente era Jordan, a él la prueba le había salido Stationery, por ende, era más que obvio que el elegiría Stationery, era algo que beneficiaba a él y a sus padres, el no tener la presión de tener que elegir otra Comunidad, imagino, que sería de gran alivio, el ya sabía que elegir, ¿pero y yo?, ¿Qué elegiría? Tenía que pensarlo muy bien.

Para ese entonces ya el gobierno de Wisteria me había mandado una paloma con un paquete, lo cual contenía un librillo que redactaba una mini biografía de los 6 fundadores de la Magia.

En esa semana antes de la prueba, mi hermano y yo nos fuimos a la hacienda del abuelo Paulino. Ese lugar era muy tranquilo, apartado de la ciudad, sin mas que campos y animales, era un lugar perfecto para estar tranquilo, en paz y reflexionar, ideal para personas mayores. Pero en aquel punto creo que no solo a las personas mayores le haría bien el campo, yo necesitaba mucho aquello, era mi oportunidad para pensar y pensar...

Dudo mucho que mis padres me mandaron allí por vacaciones, sino como algo para que me ayudara a pensar en mi elección. ¡Que listos! Siempre pensando en todo.

El vecino más cerca de la hacienda estaba a varios kilómetros, era un señor mayor que varias veces iba a visitar a mis abuelos con su esposa.

Por otro lado, Walther, nuestro tío, nos sacaba a andar a caballo, recorriendo los cerros y ríos.

Taylor salía de mañana y volvía en la noche, ella trabajaba en algo relacionado con los animales mágicos por lo tanto la veía muy poco. Ambos habían estudiado y se habían egresado del Colegio Heydey. De solo pensar en este colegio, lo cual todos lo describían como algo fabuloso y fantástico, hacía que se me estremeciera el estómago de la emoción al saber que dentro de pocas semanas yo también estaría allí estudiando la magia avanzada, tendría por primera vez mi varita y... y... pensar en eso hacía que me olvidara de las demás cosas, era como perderme en un mundo maravilloso en el cual no tenía estas responsabilidades. Yo aun no sabía nada de hacer hechizos ni conjuros y a pesar de que había visto a mi padre y a mi madre, hasta mis abuelos, llevarlos a cabo, nunca supe cómo hacerlos.

Una vez, mientras mis padres dormían, entré a su habitación a escondidas y me llevé conmigo la varita de mi madre. Pro más que intenté e intenté hacer hechizos y conjuros detrás del jardín trasero del castillo, nada pude llevar a cabo, de la varita lo único que salía era un chorro de luz blancuzca, casi sin fuerzas que caía en el césped a mis pies. Esto fue hasta que un día mi madre me descubrió con su varita y me castigó por una semana, luego me enteré que quien le había ido con el chisme había sido Jordan, lo cual luego del castigo puse en práctica varios de mis planes de venganza contra él, a lo que fallaron todos y desistí después de algunos intentos.