CAPITULO 8: LOS PROFESORES Y LAS CLASES

4 2 0
                                    

El martes en la mañana, el entusiasmo de los magos iniciantes era de una euforia total. Y no hablemos de Jordan que no paraba de leer los libros de las materias que tendrían en la mañana para tener algunas ideas.

El alboroto en los dormitorios, en la sala, y en el comedor era algo fuera de sí. Todos hablaban, de lo que sería su primer día de clases. Los instructores se pasaron varias veces por la mesa de los de primero para pedir que bajaran un poco la voz y que no se pusieran tan ansiosos. Varios no pudieron ni desayunar de los nervios, vestidos ya con el uniforme se paseaban de un lado a otro sin dejar de hablar.

Pero por mas que los instructores pidieran calma, los nervios hizo que los de primero estuvieran quince minutos antes en el pasillo de clases.

En la entrada de este había un cartel enorme con las clases, en que salón se daba y que profesor la impartía.

La primera clase era Alquimia, en el aula 5 con la Profesora Luterr

-El Aula 5- susurró Enr- pero esperen- dijo señalando con el dedo los horarios de los demás sectores- hay dos sectores que tienen Alquimia al igual que nosotros ahora y con la misma profesora... y en la misma aula.

-Pues claro- dijo Magdalena que estaba detrás de Enr- no darían abasto los profesores, ni los tiempos tampoco si no compartimos clases con otros sectores.

Nos acercamos a la puerta del aula que tenía otro letrero.

"Alquimia de primero"

Esperamos un momento afuera, y cuando se hizo más la hora, entramos.

El salón era un espacio grande, muy grande, con mesas blancas altas y largas, y taburetes para sentarse. En cada mesa había tubos de ensayos, calderos y otros utensilios de la materia. En frente, detrás de un escritorio de madera, había un pizarrón sin nada escrito en ese momento. Al lado del escritorio había otra mesa con un caldero mas grande que el de las demás mesas. Detrás de todo había un armario, con todos tipos de ingredientes y cosas para hacer pócimas. A un costado del Salón, ocupando todo el largo de este, había un gran ventanal.

Ocuparon los asientos a lo largo de las mesas, la capacidad de cada una era de quince personas. A cada uno le tocaba un caldero con tubos de ensayo. Debajo de las mesas había cajones para guardar las mochilas. Había seis filas de mesas.

Jordan fue inmediatamente a la primera, a la que estaba mas cerca del escritorio del profesor o profesora. En la misma mesa, con Jordan, se sentaron, Paul, Enr, Stanvislao, Facundo, Magdalena, Ripol, unos amigos de este, cinco en total, tres chicos y dos chicas, y otras tres que no habían visto hasta el momento, seguramente de otro Sector.

En ese momento la puerta del salón se abrió y por ella entró la persona más bella jamás visto antes.

La profesora entró sonriente, con su larga cabellera ondulante y su piel oscura. Tenía los ojos de color celeste vivo, eléctrico, que resaltaba con el color de su piel. Vestía una túnica tipo toga, que arrastraba el piso.

Era alta y esbelta, y a medida que se acercaba a su escritorio recorría con su hermosa mirada a los allí presentes.

Paul miró de reojo a Enr que gesticulaba la boca haciendo un "Guuaaauuu".

Jordan le arqueaba las cejas constantemente.

-Buenos días- saludó dejando su maletín encima de su escritorio. Su vos era suave, dulce, con un acento extraño. Los jóvenes varones no le quitaban de encima los ojos a la profesora, estaban como idiotizados, Ripol hacia morisquetas y gestos como que se estaba derritiendo.

PAUL PATTINSON: EL MUNDO MAGICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora