CAPÍTULO 8

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CAPITULO 8

LOS ENEMIGOS.

A final de cuentas acepté la propuesta de Terry, no quería seguir pasando penurias, quedamos en que solo sería un tiempo mientras yo encontraba un empleo para cubrir mis gastos y la renta de una habitación en alguna pensión. Quedamos en que mi paga por dejarme quedar en su departamento consistiría en ayudar con los deberes de la casa, aunque, a decir verdad, él era muy ordenado y limpio, a pesar de tener una ardilla de mascota, no sé realmente ¿qué es lo que voy a hacer?, sí todo está en orden. Había acondicionado la terraza para que el animalito estuviera cómodo y seguro, recreó un pequeño habitad para que Clint se sintiera lo más familiarizado a su naturaleza, además tenía una espectacular vista a Central Park, todavía no me contaba cómo es que terminó con Clint. Pasó una semana desde que me ofreció alojamiento, y mi vida cómo estudiante de la MMSA se estaba equilibrando, empecé a fortalecer lazos de amistad con Annie y Paty, también Stear y Archie, comenzaron a hablarnos, creo que mis amigas son las más emocionadas, y bueno, a pesar de ya tenerles confianza decidí guardar mi secreto de dónde me estaba quedando, no quería que se empezaran a correr falsos rumores por toda la academia, prefería pasar desapercibida y por un momento creí que lo estaba logrando, pero para mí mala fortuna me había ganado un enemigo muy poderoso... Eliza Leagan.

- ¿Qué es esto? – tomé la hoja de papel que estaba pegada en la puerta de mí casillero, no podía creer lo que veía, me llevé una mano a la frente como queriendo ocultar mi rostro, sabía que esto era obra de "La Magnolia mayor, Eliza Legan". Me sentí observada y no me equivocada, caminé entre cuchicheos y me dirigí al salón de clases, mientras lo hacía, pude ver que en todo lo largo del pasillo se encontraba exactamente el mismo cartel, la rabia me invadió más que la vergüenza. Por un instante pensé en arrancar cada uno de eso carteles, pero sería muy obvio mi sentir, y no, no me iba a dejar intimidar por esa chica. Traté de mantenerme entera en cuándo llegué a la clase de teoría y análisis musical, nuevamente sentía las miradas incluso la del profesor. Era consciente de que el resto del día sería exactamente igual, así que, en lugar de mostrar mi enojo, les regalé una sonrisa a todos – me la vas a pagar – me repetía una y otra vez para mis adentros. Cuándo al fin llegó la hora del almuerzo me dispuse a buscar a Annie y Paty, por la situación sabía que no estarían en la cafetería, preferí llamarles para saber dónde estaban, ambas eran muy sensibles y creo que estaría mucho más avergonzadas que yo; cuando las encontré, estaban sentadas en una de las jardineras en la parte de atrás del edificio dónde tomaban clases, se veían compungidas, incluso creo que Annie había llorado, nunca pensé que esa chica fuera tan... vengativa - ¡Hola chicas! – llegué corriendo, sentía que me faltaba el aliento.

- ¡Candy! – Annie me abrazó en cuanto me vio y se soltó a llorar.

- Ha estado así toda la mañana – Paty también parecía entristecida, y ahora que me doy cuenta también había llorado – ni siquiera hemos entrado a clases – explicó.

- ¡Lo siento tanto! – me disculpé con ellas, me sentía culpable de haberlas metido en esta situación.

- No tienes por qué – Annie se limpió las lágrimas – Nunca hemos sido del agrado de Eliza.

- Siempre nos ha considerado poca cosa – Paty se encogió de hombros – no es la primera vez que nos hace algo – añadió – aunque nada cómo esto – se mordió el labio.

- Lo que más me duele es que me expuso ante Archie – se iba a volver a soltar a llorar, Annie me mostró la hoja, en ella aparecíamos las tres en diferentes situaciones, supongo que Eliza mandó a tomar muchas fotos y escogió las peores para exponernos, la de Paty era cuando estaba comiendo, abriendo la boca y con los ojos medios cerrados y al de pie de foto puso "La tragona", en la foto de Annie, ella miraba a Archie embelesada y enamorada, tenía la boca entre abierta y se encargaron de hacer que pareciera que babeara, tenía la frase "La mal correspondida" y bueno en la mía, me habían tomado una foto completamente adormilada, bostezando y haciendo unos gestos que para que describirlos, y decía "La perezosa", además tenía un título en letras negras que decía "Las violetas perdedoras". Yo tenía la piel un poco más gruesa, pues en mí niñez crecí con varios chicos que eran muy toscos conmigo, así que me hice algo ruda, en cuanto a lo físico y emocional, por eso no me afectaba tanto, obvio me daba un poco de vergüenza, pero hacerle esto a chicas que son muy sensibles y vulnerables, era algo reprobable. Mi vergüenza se convirtió en enojo, así que sin más tomé el cartel de las manos de Annie y me di la vuelta.

THE VIOLETSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora