CAPÍTULO 11

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CAPITULO 11

VALIENTE

Mis pensamientos se enfocaron por completo al recital, el auditorio estaba lleno, vi a mis amigos unas filas más atrás, también los hermanos Leagan se encontraban ahí, Neil con su grupo de amigos, y Eliza con todas "Las Magnolias". Los murmullos no se hicieron esperar en cuanto Terry hizo acto de presencia en el recinto, la mayoría de las miradas se postraron en él, observaban su recorrido con la curiosidad de saber dónde se sentaría, era obvio, lo hizo junto a la directora, ¡su madre!, yo mire a Stear que seguía boquiabierto, supongo que se sintió observado y volteó a verme, como burla, extendí mi mano izquierda en señal de que tenía que pagar la apuesta, sonreí ya que la expresión de en su rostro era de, " rayos, qué mala suerte tengo", en ese momento sonó mi celular, era una mensaje de Annie. "Candy, ¿no te vas a cambiar?", cuestionó, yo no entendía nada así que le respondí, "¿cambiarme?", la volteé a ver, "¡Sí!, de ropa", explicó, "¿qué?", fue entonces que observé a ver a mis compañeros, todos llevaban ropa formal, "así que analicé mi atuendo", creo que me invadió el pánico, "nadie me avisó que tenía que venir formal", le envié el mensaje a Annie, ella apretó los labios, "seguramente esto tiene que ver con Las Magnolias", me respondió el mensaje, mis ojos se clavaron en ese grupo de chicas manipuladas por Eliza Leagan, ellas me miraron y se comenzaron a reír, más obvias no pudieron ser, ya no podía hacer nada, solo tener una estupenda presentación y que eso fuera suficiente para desviar la atención de mí atuendo. La subdirectora fue la presentadora del evento, como en aquella ocasión del casting, la directora agradeció a los académicos y alumnos su presencia en el recital, dijo que nunca habían tenido una audiencia tan grande como ahora, fue entonces que miré el lugar y estaba a reventar, incluso había gente de pie y entre los pasillos, también le agradeció a su hijo por estar presente en el evento. Después de esa breve introducción, comenzaron las presentaciones de los alumnos, la primera en pasar fue Marina Jane, una chica mulata, con unos ojos grandes en color aceituna, que contrastaba con su hermoso color de piel, ella venía de Nueva Orleans y cantaba Soul, con un estilo muy parecido al de Nina Simone, interpretó el tema "sentirse bien", además tocaba el piano, todo estábamos anonadados, incluyendo Terry, su madre le entregó una libreta y él empezó a hacer anotaciones. Y así fueron pasando cada uno de los compañeros, algunos demostraron sus dotes en canto lirico, otros más con la guitarra, el violonchelo, y con él violín; a la mitad del evento, nos dieron un descanso de quince minutos, algunos salieron a estirar las piernas otros más se quedaron en el recinto, había tanto talento entre todos estos chicos que yo me sentía con la responsabilidad de dar lo mejor de mí, Annie se me acerco.

- Candy, ¿estás bien? – se sentó en una butaca que estaba desocupada detrás mío.

- ¡Sí! – traté de sonar tranquila, aunque no me sintiera así.

- Me alegro – puso su mano en mí hombro – te ves hermosa – dijo, como para darme confianza por mí vestuario – siento no haberte dicho sobre la vestimenta – se disculpó – Paty y yo creímos que te explicaron todo sobre el recital – añadió, en realidad sí me lo habían explicado, solo que supongo que, en ese momento, mi mente estaba en otro lado, no pude evitar que mis ojos se clavaran en Terry.

- Está bien, no tienes por qué disculparte - le dije al tiempo que le regalaba una sonrisa – tal vez me distraje un poco – me encogí de hombros.

- ¿Ya afinaste el violín? – me cuestionó, asentí afirmativamente con la cabeza - ¿Qué tocarás? – me siguió preguntando.

- Nos dijeron que ninguno podía repetir las piezas – le hice saber – así que estuve practicando "llévame a la iglesia" – susurré.

- Es muy hermosa esa pieza en violín – Annie sonrió, en ese momento anunciaron que el recital continuaría, mi amiga se fue a su lugar. Rápidamente, el auditorio se fue llenando de nueva cuenta, pocos minutos después el espectáculo continuó, el chico que se atrevió a cantar, opera dos de Vitas, tuvo un traspié en las notas más altas, su voz de silbido no salió como esperaba y su vibrato estuvo fatal, fue un poco molesto, a decir verdad, cuando terminó, bajó muy apenado del escenario ante la mirada inquisitiva de los presentes, "Las magnolias" comenzaron a burlarse, mi turno casi se acercaba y yo comenzaba a estar nerviosa, pensé mucho en tía Mary, en que tocaría como solía hacerlo en Lakewood, en la sala, solo para ella, el siguiente en subir al escenario fue Ian Sato, un chico de compleción delgada y de estatura promedio, de descendencia japonesa, el tocaría el violín, se veía nervioso, y Neil y Eliza lo veían como si sus ojos fueran afiladas navajas, el chico bajó la cabeza ante las miradas intimidantes de los hermanos Leagan, incluso la subdirectora lo veía de esa forma, pobre que les habrá hecho para que lo amedrenten así. Las luces se apagaron y una luz blanca que proyectaba un reflector se postró en el joven, que ya había adquirido la postura clásica para un violinista. Presté mucha atención, ya que cinco personas después, pasaría yo, en ese momento se escucharon los primeros acordes de la melodía que interpretaría, sentí que el techo se me venía encima cuando reconocí la música, estaba tocando "llévame a la iglesia", ¿cómo podía pasar eso?, por inercia volteé a ver a Annie, ella estaba igual de sorprendida que yo, también vi de reojo a Terry, se notaba tenso, él era el único al que yo le había revelado la pieza que tocaría, ¡no, él no podría haberme hecho esto!, entonces recordé aquel día cuando iba caminando por la calle después de salir de la escuela, iba platicando con mi tía Mary, y le dije lo del recital y la pieza que tocaría, en ese momento un chico chocó conmigo, era "Ian Sato", pero ¿Por qué haría algo así?, como si hubiera adivinado la respuesta a mí pregunta, volteé a ver a los Leagan, Eliza y Neil sonreían gloriosos, triunfantes, ahora no me quedaba duda que ellos me habían arruinado el recital, nadie podía tocar la misma pieza porque costaría una baja puntos dentro de la clase de historia de la música, miré a la subdirectora, también sonreía altiva, no puedo creer que existan personas tan perversas, ¿qué hago?, me cuestioné una y otra vez, solo faltaban un par de alumnos y seguía yo, ¡dios ayúdame!, empecé a encomendarme a todos los santos que conocía, ¡no, no les iba a dar el gusto!, en ese momento recordé la otra pieza que había estado practicando últimamente, cuando mí arrendatario no estaba en el departamento. Se me vino a la mente, cuando una noche escuché que Terry tocaba una melodía bastante intensa y brava, era muy buena, así que en secreto comencé a hacer la composición en violín para su pieza, pensaba mostrárselo en estos días, cuando él no estuviera tan ocupado, ¡no, no puedo hacerlo!, me recriminé, cómo podría presentarme con una pieza que no me pertenece, eso sería un plagio, lo miré como queriendo mandarle señales telepáticas para que me otorgara el permiso para tocar su canción. Por varios minutos estuve pelando conmigo misma, al grado de sentirme bloqueada, siquiera recordaba las notas de mí composición "tus ojos desde el cielo", solo resonaba en mí cabeza la música de la guitarra de Terry.

THE VIOLETSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora