Capítulo 13

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Pocos minutos antes de que comenzara el receso del medio día, Jiang Cheng regresaba del viejo edificio de la escuela. Si uno le prestaba la suficiente atención, podía notar que su semblante lucía más relajado; el caminar sin el ceño inconscientemente fruncido lograba que se viera menos intimidante y resaltaba más la belleza de sus rasgos. Era el mismo Jiang Cheng de siempre, pero al mismo tiempo se sentía diferente, en un buen sentido.

Por desgracia, no todo el mundo podía experimentar buenos cambios.

Estando a pocos metros del edificio principal de la escuela, tres estudiantes que, para el disgusto de Jiang Cheng, le eran conocidos aparecieron de quién-sabe-qué dirección y caminaron alrededor de él como si fueran buitres. Jiang Cheng detuvo sus pasos y miró de reojo a cada uno de ellos, el más destacado y molesto de ellos habló primero:

"Hey, Jiang Cheng. A juzgar por lo que han  estado viendo mis colegas estos días debes estar pasándolo muy bien estos días, ¿cierto? ¿Acaso creíste que estarías libre ahora solo porque estás detrás de ese senior todos los días y te presta un poco de atención? Conozco muy bien esa terquedad tuya, pero no pensé que fueras tan desvergonzado..."

Ante tanto parloteo sin sentido, Jiang Cheng no sintió la necesidad de prestarle atención en absoluto; sabía que este tipo vendría a él tarde o temprano. Era cierto que desde que se hizo más cercano a Lan Xichen en la escuela, esos compañeros de clase que se divertían a costa de complicar su trabajo ya no eran tan evidentes. Fue una suerte, pero no significaba que sus problemas se habían resuelto.

Jiang Cheng sabía esto, y estaba claro que para el idiota de Wen Chao no era suficiente.

Perdido en su tren de pensamiento, fue inesperado para Jiang Cheng cuando sintió que le sostenían ambos brazos. Se maldijo a sí mismo por pensar que el individuo frente a él no haría algo estúpido en el horario escolar. Intentó zafarse, pero el agarre de Wen Chao en el cuello de su camisa complicó la tarea. Jiang Cheng dirigió sus ojos hacía él, su ceño estaba fruncido mientras que su mirada era afiliada y feroz.

"Wen Chao, será mejor que me sueltes mientras aún soy amable." Un tono amenazante que Jiang Cheng nunca habría usado en la escuela se hizo escuchar. Inconscientemente el agarre de Wen Chao se suavizó por un segundo, pero al recordar al 'tipo de persona' que tenía en frente, no se tomó en serio la amenaza. No había forma de que esta pequeña cosa obstinada que había molestado con tanta facilidad durante un año pudiera hacer algo ahora. Wen Chao soltó una risa que no fue agradable de escuchar y segundos después, lanzó un golpe en el estómago de Jiang Cheng sin previo aviso, este último dejó escapar un jadeo doloroso y luego apretó los dientes. Wen Chao lo observó maliciosamente.

"¿'Mientras aún soy amable' dices? ¿Si yo quiero golpearte que puedes hacer tú para detenerme? ¡Solo eres un tipo patético que se hace el correcto y se esconde detrás de su estúpido perro porque no puede defenderse! Aún sigo disgustado por esta caprichosa personalidad tuya, así que cobraré está deuda hasta que..."

Antes de que Wen Chao pudiera terminar lo que tenía que decir, Jiang Cheng se las arregló para tomar impulso y darle un fuerte cabezazo.  Empezó a forcejear todo lo que pudo para soltarse del agarre de las otras dos personas, pero no tuvo éxito. Wen Chao sostuvo su propia frente con ambas manos y maldijo un par de veces por el dolor.

"¡Tú maldito hijo de puta! ¡¿Te atreves..?!"

"¡Jiang Cheng!"

La voz de alguien se escuchó vagamente desde no tan lejos, y justo en el momento en que Wen Chao estaba por golpear a Jiang Cheng de nuevo, la mano de alguien detuvo su brazo a tiempo.

Eran Wei Wuxian y Nie Huaisang, este último venía detrás y era el dueño de aquella voz.

La mirada de Wei Wuxian no era la más agradable en estos momentos. Sostenía la muñeca de Wen Chao con tanta fuerza que parecía que su intención era romperla. El otro intento zafarse, pero le fue imposible. La fría mirada de Wei Wuxian se dirigió hacía los estudiantes que seguían sosteniendo a Jiang Cheng. Aquellos dos que tenían algo de sentido de supervivencia captaron el mensaje y lo soltaron enseguida, acto seguido salieron huyendo del lugar, sin  importarles el destino de Wen Chao.

Solo necesito un respiro | Xicheng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora