La Unidad de Análisis de Conducta del FBI nunca creyó que uno de los casos a resolver, involucraría la muerte de los antiguos compañeros de Spencer Reid, a quienes al parecer, estaban recibiendo un castigo por haber tratado mal al Agente en sus años...
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Spencer abrió la puerta del copiloto para que Harper pudiese subir, la rubia agradeció con algo de pena y cuando cerro la puerta miro a su jefe, Aaron Hotchner que permanece tan serio como siempre, salvo que se acerco al doctor para decir en voz baja:
—Pregúntale sobre su vida privada, de manera casual, háblale de la tuya y ponte al pendiente de sus reacciones.
—De acuerdo —murmuró, para caminar a la camioneta y subirse.
Tragando saliva Spencer se coloco el cinturón de seguridad y observo de reojo Harper, quien le imito; la chica soltó un suspiró pesado y cerro sus ojos, recargando su cabeza.
—Un largo día, ¿no? —hablo Spencer prendiendo la camioneta.
—Demasiada información que procesar —susurró Harper, mirando a Spencer—. ¿Cómo es que todos los días vives esto?
—Bueno, son casos distintos pero... es parte del trabajo —respondió con una mueca—. Claro que todas las noticias son difíciles de asimilar y hay casos más difíciles que otros, pero, con el tiempo...
—Te acostumbras —terminó Harper por él.
—Supongo —balbuceó—. Tú, ¿a que te dedicas? —curioseo de manera natural, o al menos eso esperaba él.
—Oh, trabajo en el área de relaciones publicas del Wynn Casino.
—Woo, eso suena muy importante.
—Algo, sí. De nosotros depende la opinión que den del casino —soltó una pequeña risa—, pero es divertido y, seguro... creo —musitó—. Ahora ya nada es seguro.
—Lamentablemente, no.
Hubo un pequeño silencio y Spencer chasqueo, obteniendo la atención de Harper.
—Entonces, no saliste de Las Vegas —supuso el doctor.
—Estudie en San Francisco, viví un tiempo en Nueva York, pero llevo ya cinco años aquí, regresé con mi familia —comentó—. De hecho, la dirección que te di es la casa de mi padrastro.
—Oh, ¿qué tal esta tu mamá? —preguntó con ligero interés.
—Muy bien, se caso con un abogado que se lleva a mamá a viajar por todo el mundo y es bastante feliz —aclaró con una pequeña sonrisa—. Por eso es que tengo un hermanito de trece años —soltó con una risita.
—Claro, en la estación no quise preguntar más de eso...
—Oh, descuida, realmente fue una sorpresa para mi, digo, fácil podría ser mi hijo —musitó ladeando una mueca—, pero es lindo, siempre he dicho que los niños tienen gran imaginación.
—Y es bastante importante, ya que ayuda en su correcto desarrollo y aporta facultades positivas a lo largo de su vida —añadió rápidamente Spencer—. Es fascinante como el sistema nervioso de los niños es capaz de mezclar la realidad con la ficción, llegando a este punto en el cual no saben diferenciarlos, sin embargo la imaginación no es algo que se pierde con la edad, simplemente nos muestran un mundo más...
