three

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─────̥⤷📓꒦꒷🩸°•

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Spencer termino de escribir una lista y la paso a Penélope deslizandola sobre la mesa. En realidad, la analista técnica nunca creyó que Spencer fuese a escribir de manera tan lenta y cuidadosa como lo había hecho; él suele ser rápido y eficaz, sin embargo, se había tomado el tiempo de pensar cada que escribía el nombre de sus antiguos compañeros.

Los dedos de Spencer golpearon la mesa delicadamente mientras veía en el pizarrón las imágenes de las cinco víctimas. La mirada de Penélope paso de la pantalla de su computadora a Spencer algunas veces.

—Muy bien, dime que ocurre ya —ordenó girando la silla para quedar frente a Spencer.

—¿Qué ocurre de qué? —preguntó extrañado.

—¡Oh, vamos niño bonito! —chilló algo desesperada—. Algo te ocurre, más allá de la muerte de tus ex compañeros —aclaró bajando su tono de voz y emoción—. Hay algo que incomoda tu gran y magnífico cerebro.

Spencer inclinó su cabeza, y continuó mordiendo su labio.

—Aparte, te incomodo encontrarte con Williams —susurró—, y, bueno... desde que estabamos en el jet estas extraño y... Spencer —le tomo la mano con cariño—. Sabes que somos familia, estamos para apoyarnos.

Por la puerta, JJ y David entraron a la oficina, ambos miraron con extrañes el comportamiento de Penélope y Spencer.

—¿Qué sucede? —preguntó JJ tomando asiento al lado de Spencer.

Sin embargo, no pudo decir nada.

—Hijo, ¿está todo bien? —preguntó David con cautela.

Ladeo una mueca y apretó su mandíbula, al ver la imagen de Taylor pudo escuchar su voz una vez más: «¡ya muerete mariquita!»

Todos sus compañeros de clase se habían burlado de Spencer cuando Taylor había dicho eso; sin embargo, por su mente nunca había esperado que alguien la matase y tirase su cuerpo como si no fuera nada.

Ella tenía una familia que la esperaba en casa.

—Tomaré un poco de aire —informó parándose con rapidez.

Salió de la oficina dando largos pasos y al salir de la estación, llevó sus manos a su nuca.

—¿Estresado? —giró su cabeza y observó a Mason llevarse un cigarro a sus labios—. Sí, me enteré del resto de las muertes —murmuró dando una calada—. Vaya mierda, alguien nos quiere matar, como si no tuviera ya mucho con el cáncer —dijo entre dientes.

—¿Tienes cáncer? —preguntó sorprendido Spencer.

Mason asintió con su cabeza.

—¿Por qué fumas? —le cuestionó frunciendo el ceño—. Solo...

𝐕𝐄𝐍𝐃𝐄𝐓𝐓𝐀 (s. reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora