...Un plan...

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Aquel hermoso palacio abandonado no era otro que el del Olympo, con sus hermosos jardines intactos en el tiempo y bellos cielos estrellados aún de tarde. Pase sola tres largos días de meditar. Espie a Odín alguna veces gracias a una hermosa fuente que me mostraba todo lo que le pidiese, Odín no era muy paciente así que sin importar mi desaparición convocó a una gran celebración donde presentaría a Loki con su futura esposa... Pensaba casarlos un mes después de conocerse.

Aún mi corazón se llenaba de pena pero si lo que dicen los sabios sobre el amor es verdad, puede que mi corazón acepte que el hombre que mas amo debe sacrificar algunas cosas por su bien. Al menos no seré una princesa más... Después de todo... Me volveré una legítima reina, conocida, alabada, amada.

Partí a Alfheim gracias a un portal arcoiris que apareció en el gran salón, al pasar mire a Aragord en aquel trono enorme y glorioso que le pertenecía al rey. Se levantó al verme sorprendido, hizo una señal con su mano a algunos guardias que se retiraron para seguir sus órdenes. Sabía bien que aun me queria.

-Artemisa

-Aragord

Camine a él con lentitud subiendo las escaleras al trono, al llegar tomó mis manos y se arrodillo ante mi

-Estas... creí... creí que no volvería a... creí que no te vería nunca más

Claro que no sacrificaria mi carta más poderosa por su ofensa, al alejarme de él me di cuenta de mi gran error estratégico así que me adentre dentro de sus recuerdos para que el mismo creyera mi mentira y se sintiera culpable de ello.

-Debes perdonar mi bajeza, mi estado decadente y vergonzoso tras el alcohol, caí en sus seductores encantos y en mi estupidez... trate de... merecía un castigo más allá de un simple azote mi hermosa diosa, te ruego me perdones – Sufría y no podía hacer otra cosa más que sentir lástima por él, me incline y bese su frente para peinar sus hermosos y largos cabellos plateados

-Un rey no debe nunca arrodillarse, ante nadie – Tome su mentón y lo subi para que me viera – No hay nada que perdonar

Aragord no se parecía tanto a la última vez que lo vi, parecía un poco más alto y había aumentado su masa muscular, cosa que debía admitir lo hacia ver bien.

-No tengo palabras para agradecerte diosa mía ni para expresar todo el amor que siento por ti – Dijo en un suspiro lleno de amor

-Hoy, es el gran día Aragord... vendrás conmigo a Asgard y pedirás mi mano a Odín – Me miró sorprendido

-T-tu... ¿Aun quieres casarte conmigo? – Trataba de no sonar emocionado y ahogo un sollozo para besar mis manos agradecido

-¿Tu, aun quieres que sea tu reina? – Pregunte enternecida acariciando su pálido rostro

-Te suplico que seas mi todo

Me perdí tantas cosas en mis mil cuatrocientos años tantas como usar mi belleza y encanto para jugar con la mente de los hombres, en todo ese tiempo nunca había mentido, engañado o dañar a alguien para mi bien... Pero heme aquí. Me hizo arreglarme con un vestido especialmente para mi hace tiempo y partimos a Asgard 

Por amor (Loki y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora