Apenas estuvo frente a la cafetería abrió la puerta, haciendo sonar la pequeña campanita de esta indicando que había un nuevo cliente. Buscó con su mirada una mesa libre y cuando encontró una cercana al ventanal del lugar, se acercó rápidamente y de sentó en uno de los asientos.
Acomodó su cabello negro y miró el menú que había sobre la mesa.
-Buenas tardes señorita, ¿Qué desea ordenar?-el camarero sacó su pequeña libreta, listo para anotar la orden
-Dame por favor un Caffè Macchiato junto a un trozo de pastel de chocolate-pidió dejando el menú de lado
-En un momento se lo traigo, permiso-se retiró caminando hacia el mostrador
Chungha miró a través del cristal del ventanal, viendo la poca gente que transitaba luego de la lluvia que había caído hace tan sólo una hora; el cielo se encontraba opaco, pero aún así tenía algunos rayos del sol.
Nueva York era una ciudad muy agradable, le gustaba lo poco que había logrado explorar desde que llegó; las tiendas, la comida, las personas. Había muchas cosas que le habían agradado; vivía allí desde hace 2 años, y aún no dejaba de sorprenderse.
Dejó salir un suspiro de sus labios cuando el recuerdo del porque estaba allí, retornaba a su mente.
Justamente, hace dos años, Siyeon y Bora se habían casado. Ella estuvo presente y claro que las felicitó, incluso ayudó a Bora con algunos de los preparativos.
Sin embargo, no podía negar aquel dolor punzante que se formaba en su pecho al ver a Siyeon ser feliz con alguien más que no fuera ella; claramente sabía que apesar de arrepentirse una y otra vez no podría reparar el gran error que cometió tiempo atrás.
Y para evitar que sus sentimientos llegaran a afectar al reciente matrimonio, decidió partir de Corea del Sur hacia otro destino. El cual terminó siendo Nueva York.
No mencionó a nadie la razón de su partida, cada vez que era interrogada por ello solo decía que quería explorar nuevos horizontes; obviando que lo que buscaba era sanar aquel malestar que le causaba ver a Siyeon sonreír y besar a otra mujer que no era ella.
-Aquí tiene señorita, un Caffè Macchiato y un trozo de pastel de chocolate-el mesero colocó todo sobre la mesa-si necesita algo más solo llámeme, con permiso
Chungha agradeció con un asentamiento de cabeza y tomó la pequeña cuchara para comenzar a revolver un poco su café y darle un sorbo.
-¿Está libre este asiento? Es que no hay más lugar donde pueda sentarme-levantó su mirada al escuchar la voz desconocida
Era una chica pelinegra, de ojos café claros y labios pintados de un rojo intenso.
-Claro, el asiento está libre-respondió Chungha dándole una pequeña sonrisa
-Muchas gracias-le sonrió de vuelta mientras tomaba asiento
Chungha devolvió su mirada a su pedido y tomó un pequeño trozo del pastel de chocolate con la cuchara y se lo llevó a la boca. No pudo evitar soltar un pequeño sonido de satisfacción al sentir el dulce y agradable sabor.
-Veo que te agradó mucho el sabor-Chungha miró rápidamente a la chica frente a ella y no pudo evitar sonrojarse avergonzada al pensar que la chica la había escuchado. La otra pelinegra tan solo sonrió enternecida con la otra-no tienes porque avergonzarte, yo tuve la misma reacción cuando lo probé por primera vez
-Dudó que la hayas tenido teniendo a una desconocida a tu lado-comentó en voz baja
-No solo fue una-Chungha ladeó la cabeza confusa-fueron tres, entre ellas mi jefe
-Oh...-Chungha se quedó callada, aún más apenada por su anterior comentario
-Fue gracioso la verdad, al otro día no me dejaron de molestar con eso-soltó una pequeña risa que hizo que Chungha sonriera-¡Oh, que maleducada! No me he presentado, soy Lee Sunmi
-Kim ChanMi, pero puedes decirme Chungha-le correspondió la presentación
-Un gusto Chungha-sonrió de nuevo-¿Qué te trae por aquí en Nueva York? ¿Estudio, trabajo?
-No, nada de eso-sonrió con nostalgia mientras revolvía lentamente su café-vine aquí para sanar
-Oh... Entiendo, ¿Corazón roto?-se atrevió a cuestionar-lamento haberte preguntado eso
-No tienes porque disculparte, no lo sabías-le dijo-y si, se podría decir que es un corazón roto, que yo misma causé hace mucho cuando era inmadura
-Comprendo, cuando sé es joven se cometen mucho errores-aportó mientras dejaba el menú que tenía en sus manos de lado-pero siempre debes encontrarle algo positivo a todo ese desastre que alguna vez causaste
-¿Y qué cosa positiva debe haber dentro de algo que terminó por dañar a una persona?-preguntó con algo de sarcasmo
-Muchas cosas, tanto para esa persona como para ti-le respondió con firmeza
-¿Cómo cuáles?-preguntó Chungha
-Esa persona muy posiblemente pudo haber sanado esa herida y haber encontrado a alguien que la ayudó en ese proceso-Chungha se mantuvo en silencio-y en cuanto a ti, lo que te dejó esa experiencia fue una enseñanza; debes tener cuidado con lo que dices y haces, porque en un futuro puede que te arrepientas. Justo como lo estás haciendo ahora
La pelinegra menor se quedó pensando en aquellas palabras y sabía que cada una de ellas contenían una gran verdad que ella se había negado a ver por miedo a que la hicieran sentirse aún peor que como se estaba sintiendo.
Luego del daño que le causó a Siyeon, ella pudo encontrarse con Bora y dejar que la castaña la ayudara a sanar lo que había causado con sus palabras y acciones.
Obviamente cuándo volvió a verla no pudo evitar pensar en recuperarla y tenerla de nuevo para ella, tampoco podía negar el sentimiento de celos y tristeza que sentía cada vez que las veía tan felices la una con la otra.
Y cuando vio la gran preocupación en los ojos de Bora cuando habló con ella sobre los planes de Seoho contra Siyeon, supo que ya había perdido. Siyeon había encontrado a alguien que realmente la merecía, alguien que no era ella.
Así que solo se rindió y dejó de entrometerse en algo que ya no era su asunto. Por más que le doliera.
Sus palabras y acciones la llevaron a perder a Siyeon, esa era la consecuencia de sus actos y debía aceptarla sin rechistar. Así que teniendo en mente aquello, tomó una decisión:
No dejaría que de nuevo sus actitudes infantiles e inmaduras volvieran a afectar a alguien que podría ser importante en su vida.
-Gracias Sunmi-agradeció-tus palabras era lo que necesitaba para comenzar a sanar de verdad
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Reasons (Suayeon)
FanficPorque detrás de cada acción hay una razón. Portada hecha por mi. Historia escrita por mi. Algunos datos, edades, nombres, apellidos han sido modificados para que la historia se pueda desarrollar de una mejor forma.