Capitulo 2: El único

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Después de casi golpear al chico, y luego terminar lastimándolo de todos modos, Severus decidió mantener su temperamento bajo control, sin importar lo que Potter dijera o hiciera. Severus era un mago adulto, después de todo. Era su responsabilidad mantener su buen juicio por mucho que fuera provocado. Era el amo de sus emociones.

Jugó con la idea de ir con Dumbledore, de contarle al director sobre el comportamiento de Potter, y sobre su... altercado, pero al final decidió no hacerlo por el momento. Él podía manejar esto. Era sólo un estudiante después de todo. Que fuera El Elegido y un tonto arrogante de segunda generación no hacia ninguna diferencia.

Estuvo bien que Severus no organizara una reunión con el Director, también, debido a que fue llamado la noche siguiente. El Señor Oscuro quería preguntar por la condición de Potter. Severus no era el guardián secreto de la Orden, y como tal no podía dar la ubicación de Potter, pero Voldemort lo sabía muy bien, y no esperaba ese tipo de información. Resultó que simplemente quería saber que tan bien lo estaba llevando Potter. Cómo estaba manejando la guerra, y sus pérdidas. Si la presión le estaba llegando. Si estaba funcionando. Severus le dijo la verdad:

A Potter le iba muy mal. Se estaba aislando. No estaba durmiendo. Su personalidad había cambiado.

El Señor Oscuro estaba satisfecho, incluso complacido por esta respuesta, como Severus sabía que sería.

"Tal vez podrías ayudar al niño, Severo", prácticamente le había ronroneado Voldemort. "Cuanto más débil sea, mejor".

"Sí, mi Señor. Como desee". Severo se sintió enfermo al decirlo. Se suponía que no debía tener tanto acceso. Potter se había lanzado al regazo de Severus. No se suponía que fuera así.

Fue despedido poco después, y volvió al Número 12 mucho después de la medianoche. Al entrar en la sede, Severus se horrorizó al toparse casi de inmediato con Potter, que estaba sentado solo en la mesa de la cocina, mirando fijamente la madera. Miró hacia arriba mientras escuchaba los pasos de Snape.

"Potter", dijo Severus, envolviéndose en su capa. "Son las dos de la mañana".

"No estabas en el sótano", dijo Harry a modo de respuesta. "O en cualquier otro lugar".

"Perdóneme por no alertarle de mi ausencia, majestad", se burló Snape. "Vuelve a la cama".

Harry no hizo ningún movimiento para irse.

"¿Estabas con Voldemort?"

"Eso no es de su incumbencia".

"Siento disentir".

Severus suspiró, cruzó al gabinete y tomó un vaso.

"Aguamenti ",dijo, y puso el vaso lleno delante del chico. "Bebe un poco de agua, Potter. Te ves terrible". Lo hizo. Su rostro era pálido, con sombras oscuras bajo los ojos. La contusión en su pómulo se había desvanecido a una mancha amarilla verdosa del tamaño de un Knut.

"No tengo sed", dijo.

"Haz lo que te dicen".

Harry lo miró, y Severus se dio cuenta de que había usado un tono más duro de lo que tal vez era necesario. Pero sí tomó la copa y bebió. Severus miró hacia otro lado mientras tragaba el agua. Esperó hasta que escuchó el vidrio volver a la mesa para mirar hacia arriba. Justo a tiempo para ver la lengua de Potter deslizarse sobre su labio inferior.

"Ahora, Potter, vuelve arriba. Hay que dormir", dijo, enfocándose en el punto entre las cejas del niño para no hacer contacto visual.

"No puedo dormir".

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