Capítulo 25 ➤ ❝ Luzu y Auron ❞

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Auron apagó su auto y esperó a que el otro castaño bajase del pequeño apartamento ubicado en una de las zonas más peligrosas de Barcelona

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Auron apagó su auto y esperó a que el otro castaño bajase del pequeño apartamento ubicado en una de las zonas más peligrosas de Barcelona. Observó como de la pequeña puerta en la recepción salía el Omega con un saco color negro y el cabello algo desarreglado.

— ¿Quieres ir a comer al centro? — ofreció luego de encender el automóvil y ponerle en marcha sin darse ningún saludo respectivo, nunca lo hacían — o quizás podemos ir a tomar un café —.

— Prefiero el café por esta vez — Luzu arregló un poco su cabello y se colocó el cinturón de seguridad mientras se acomodaba en la silla del copiloto.

Continuaron su camino con un silencio absoluto y una mirada cómplice de parte de ambos. 

Luzu remojó sus labios y miró la carretera, llevaban más de dos semanas saliendo cada media mañana, solían pasar algunas horas juntos; iban a parques, pasaban tiempo en el hospital, comían algo o simplemente se quedaban a unas calles del departamento y conversaban un poco, su compañía mutua les era agradable.

Lo que Rubén le mencionó le hizo pensar, ¿Por qué hacía eso? Él era el monstruo de su historia, la persona a la que se supone debía odiar en varios sentidos. Al final no sabía si aceptaba por miedo o por que la marca que traía le predisponía a estar más tiempo con él ¿Era aquella historia de los destinados real? Y si era así ¿Ese hombre a su lado era su destinado? A través de esa leyenda certificaba sus sentimientos ante aquel Alpha, siendo por toda la tonta y estrafalaria situación que pasaron, aun así, él disfrutaba de su cercanía y la atención que le prestaba cuando estaban juntos.

Suspiró y dejó de preguntarse el porque de estar con Raúl, aunque fuese algo tonto y no supiese realmente el interés que tenía el otro en él, Luzu disfrutaba de sus pequeñas salidas a escondidas del resto y no iba a negarse esa felicidad que le daban aún cuando estuviese mal estar con Auron.

Por otro lado, cada que Raúl sacaba su auto del hospital y se dirigía donde Luzu también se cuestionaba el porque lo hacía, quería intentar recompensar al chico por lo de la marca, y aunque el sacarlo de su casa como adolescentes en una cita no era la mejor forma, sabía que el otro lo disfrutaba y porque no decir que el también se alegraba de tener su compañía. Su aroma era el más reconfortante que había presenciado en su vida.

A pesar de que el olor de Luzu era muy poco notable, le daba la sensación de tranquilidad y bienestar, olía a un campo de lirios y cada que estaba cerca de él se sentía hogareño y familiar, aunque estos sentimientos los retribuía al hecho de que él Omega vivía con otros dos y también con algunos niños.

La mañana en la que Luzu despertó junto a la cama de Mónica vio a Raúl dormido en el sillón de la otra esquina, con el poco dinero que tenía compró un jugo de la máquina expendedora y lo llevó a la habitación para dárselo a Auron, se quedó dos noches más con él, acompañándole, hasta que Manuel llegó para llevárselo y posteriormente fue recíbice de un castigo por parte del pelirrojo.

Les péchés qu'il paie | LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora