Capítulo 26 ⌫ " Ella está bien "

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— Se encuentra mejor

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— Se encuentra mejor. Creemos que ya existe la posibilidad de realizar la operación — el doctor subió su mirada de los estudios que se encontraban en sus manos — Lo más recomendable será operarla mañana ¿Puede venir su donante? —.

— Sí — Auron sonrió y miró como llevaban a Mónica fuera de la unidad de cuidados intensivos.

—Está bien, mañana se planificará la cirugía a las 9:30 a.m. — estiró su brazo y le brindó un apretón para continuamente salir por el pasillo.

Tomó su celular y con algo de recelo buscó un número, no sabía a quién llamar.

Suspiró y escuchó como el teléfono sonaba.

— ¿Luzu? Sí, soy yo ¿Puedes venir mañana al hospital? Mónica se encuentra mejor y los doctores dicen que debemos realizar. — esperó la respuesta del otro lado y se raspo el piso con la huella de sus zapatos — Claro, lo entiendo, adiós —.

De nuevo dio un largo suspiró y caminó por el pasillo en el que se dirigían en la camilla con Mónica, lo único que adornaba el rostro de Auron era una sonrisa en mueca sobre su rostro.

— Está bien — Lolito le miró de nuevo y lo tomó de sus muslos —¿No es extraño que te llamará a ti y no a mí? — acarició más de lo que era debido y siguió acercándole hasta sentarle sobre él

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— Está bien — Lolito le miró de nuevo y lo tomó de sus muslos —¿No es extraño que te llamará a ti y no a mí? — acarició más de lo que era debido y siguió acercándole hasta sentarle sobre él.

— No sé porque — cerró sus piernas, pero una de las manos del pelirrojo las abrió y este empezó a acariciarle sobre la lencería que traía — te juro que no lo sé —.

El mayor rio y enterró su rostro en el cuello de Luzu olfateando su aroma — No creí que eras tan bueno en esto, considerando que el idiota de Alejandro no suele tener más de 2 clientes en la noche — empezó a lamer su marca y Luzu tembló por el contacto en esa zona sensible —, aun así, tú tienes muchos más hombres en las noches, eres muy bueno trabajando niño bonito — hizo que el Omega se levantará y le propinó una sonora nalgada —. Ven y demuéstrame lo bien que lo haces, lamentablemente no podré follarte en un buen tiempo cuando te encuentres en el hospital —.

Le besó desesperadamente y el castaño simplemente se sentó de nuevo sobre él acomodando sus piernas y bajando la lencería por una de sus piernas.
Creyó que el acostumbrarse a tener sexo con su proxeneta sería más difícil, pero a pesar de que Manuel era muy rudo con él en todos los sentidos, este procuraba no dejarle marcas que doliesen por semanas, y siempre que se lo cogía besaba cada parte de su cuerpo como si fuese un tesoro. Admitiría con el tiempo que rogarle, jurarle y obedecer al Alpha mostrándole su lado más sumiso le hacía acreedor a más sensibilidad y sensatez por parte del otro. 

Al finalizar con Lolito, se retiró a la sala pública. Observó entre todas las personas y en contrario a lo que siempre hacía, esa noche se sentó en el lugar menos iluminado y respiró mientras intentaba contar sus dedos repetidamente. Disfrutó de su ataqué de pánico y pensamientos arbitrarios por todo el resto de la noche, pero lamentablemente el día siguiente llegó.

— ¿Te sientes bien? — el castaño asintió y se sentó en la camilla en la que pronto iba a ser transportado a la sala quirúrgica — Todo va a salir bien —

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— ¿Te sientes bien? — el castaño asintió y se sentó en la camilla en la que pronto iba a ser transportado a la sala quirúrgica — Todo va a salir bien —.

— ... — como respuesta recibió el silencio del otro, quería brindarle seguridad, pero no tenía idea de cómo. Y es que la situación era su culpa.

Los minutos pasaron, el sol casi no entraba por la ventana cerrada por las persianas aun así un pequeño rayo de sol alumbraba la espalda de Auron y ciertas partes del cabello de Luzu.

Raúl se limitó a acercarse y apretar la mano del otro en la habitación, la acarició despacio y le miró notando sus labios semiabiertos y lo dilatadas de las pupilas del más joven. Realmente sentía la necesidad de besarlo.

— Deberías ir con Mónica — soltó su mano y miró a otro lado para poder romper el contacto visual y la extraña sensación que esa cercanía también produjo en él.

— Eso es verdad — tomó el rostro del Omega a su lado de su mejilla que ya no tenía la marca del golpe de la primera vez cuando lo tocó — todo saldrá bien y yo vendré a verte —.

Luzu le sonrió y retiró su mano indicándole con la mirada la salida. Y es que, por mucho que en su mente le doliese lo que pasaba, si le volvía a ver no podría evitar el besarle.

La pesadez de sus párpados era exorbitante, no deseaba abrirlos, pero el brillo le obligó a investigar su ambiente, de pronto y antes de adaptarse a la luz del lugar, un dolor en su abdomen se presentó, tan ligero que lo dejo pasar y continuó con ...

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La pesadez de sus párpados era exorbitante, no deseaba abrirlos, pero el brillo le obligó a investigar su ambiente, de pronto y antes de adaptarse a la luz del lugar, un dolor en su abdomen se presentó, tan ligero que lo dejo pasar y continuó con su acción anterior.

La habitación de color hueso con pequeños retoques y una planta frente a él le parecía tan contrario a su despertar, que, pese a los sobrios colores, él lo notaba como una explosión diferente a su vista del despertar rodeado de paredes dañadas y rústicas.

De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por una suave presión en su cabeza, su vista se ocupó de mirar al responsable y solo pudo divisar una sombra familiar. De a poco la presión se convirtió en una suave caricia y las mantas se elevaron hasta cubrir su pecho.

— Hey — finalmente escuchó como el otro le dirigía la palabra —. La cirugía ha ido excelente, no hubo mayores complicaciones, pero debes descansar. — la caricia fue retirada y sus ojos descansaron cuando el brillo que tanto le molestaba bajo potencialmente.

Antes de caer dormido y aun con los rezagos de la anestesia quería emitir un agradecimiento a quien estaba allí.

— Gracias Raúl.

La intriga que tenía Alex en ese momento era inexplicable.

Les péchés qu'il paie | LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora