En aquella habitación poco iluminada un hombre gemía excitado como nunca antes. Todo lo que podía hacer era recorrer aquella piel blanca con su boca y satisfacerse manualmente, pero eso bastaba, al menos habría cumplido una de sus más recientes fantasías.
Esa fantasía tenía un nombre: Izuku Midoriya, el striper de cabello verde.
El hombre de piel pecosa giró y apoyó su dorso sobre la mesa en la que solía bailar, meneó un poco el trasero y su acompañante puso su rostro en él.
Todo se estaba tornando muy húmedo "Debo admitir que lo hace muy bien, hará a su esposo bastante feliz" sus ojos verdes se clavaron en el reloj, faltaban un par de minutos y el rubio parecía notarlo.
Ya habían reiniciado el cronómetro una vez y Midoriya comenzaba a sospechar que el rubio pediría una tercera ronda.
"¿Acaso no le duele ya la lengua" se preguntó, ya que Monoma se movía con mucha velocidad y destreza por toda la extensión de sus genitales.
El reloj anunció que el tiempo se había terminado. El de ojos color verde se vistió nuevamente mientras el rubio suplicaba por más.
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.Querido diario.
El idiota tenía el rostro hecho un desastre de baba y fluidos, seguramente me olerá en su boca hasta su luna de miel.
Izuku sonrió pensando en que Monoma caminaría hacía el altar con el rostro oliendo a un prostituto fino de un night club, no era lo más romántico para una boda.
En fin, sólo quiero reportarte que el misterioso ojos hermosos no llegó, sabía que no lo haría, pero tenía la esperanza de... bueno hoy es mi noche de descanso y voy a disfrutar el día como nunca antes.
Cerró el libro, se lanzó a la cama y se durmió instantaneamente.
Unas horas más tarde un fuerte ruido lo despertó, con pesadez abrió los ojos y miró el reloj.
—Once y media - su voz apenas se escuchó quejumbrosa en la soledad de su habitación.
Otra vez aquel ruido inundó el ambiente y está vez venía acompañado de... ¿Pasos? ¿Cosas?
—¡¡Izuku, estás despierto!! - Uraraka saltó desde su posición en la ventana al notar a su amigo de pie frente a ella. Parecía tratar de ver algo o alguien.
—¿Qué pasa? - el muchacho caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso de jugo de naranja.
—Una mudanza, parece que se mudará toda una manada de gente aquí al lado.
La chica giró sus ojos, habían conseguido ese apartamento en esa zona bastante exclusiva y sólo tenían que pagar una pequeña cuota y dormir con el dueño dos veces al mes una cada uno y ahora un circo se mudaba justo junto a ellos.
—Vamos a darles una oportunidad, las mudanzas siempre son ruidosas - Izuku tomó las llaves del auto y abrazó a su amiga para juntos salir de su apartamento.
—Izuku hueles mucho a sexo - la castaña bromeó al ver que el de cabello verde no se duchó para salir.
—Vamos al spa a quitarme toda la saliva de mi acompañante de anoche - el más alto bromeó ya que ambos sabían que se duchaban bien al llegar por la madrugada, era como una especie de ritual.
Al salir al pasillo se llevaron una gran sorpresa al ver a algunos hombres cargando lámparas de estudio, cámaras, trípodes y mucha más indumentaria de grabación.
Midoriya estaba cansado así que volvió a abrazar a Uraraka para caminar, ambos deseaban ver el interior del apartamento vecino, pero no lo hicieron, querían fingir decencia.
Casi al llegar al ascensor se encontraron con una joya perdida de algún mundo de fantasía, una mujer tan bella que ninguno de los dos pudo evitar mirarla. Una rubia con curvas de diosa y rostro de angel, adornada con labios que invitaban a pecar.
La chica clavó su mirada en aquellos ojos verdes cansados, sonrió y le dedicó un guiño.
—Wow, es tan bella que incluso yo estaría con ella - Uraraka la vio desaparecer en el pasillo —Pero... ¿No te resultó familiar?
—¿Familiar? No, creo que no - el hombre subió al auto y se dirigió a su restaurante de comida grazosa favorito.
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.—Oye bobo - la chica rubia llegó a su nuevo apartamento y coqueta caminó entre los hombres que ayudaban con la mudanza —Creo que ya encontré un caramelito nuevo para divertirnos.
—¿Ah si? Suena divertido - un hombre muy alto y fuerte puso en el suelo las pesadas cajas que cargaba y sonrió con maldad.
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.Tsuyu, Mina, Ochaco y Midoriya se encontraban sumergidos hasta los hombros en barro, mientras escuchaban música relajante sin tratar de conversar.
Cada uno tenía su papel en el club, como un personaje que debian interpretar; Tsuyu, por ejemplo era la niña inocente su linda carita pálida y ojos grandes y oscuros combinaban perfecto con el papel, Mina era la atlética, diosa del Paul Dance y la dominatrix del lugar, una bella chica que los hombres contrataban para ser maltratados, Uraraka era la talla más grande, hermosa y sumamente erótica como una diosa con muchas curvas y un apetito voraz además podía complacer algunos fetiches a sus clientes y al final, Izuku, el Dios griego, un príncipe tan fino que solo los más fuertes podían resistirse a él, tenía la particularidad de ser muy versátil.
—¿Cuánto más va a durar esto? - Mina parecía incómoda.
—¿Qué ocurre? Se siente más que bien - Uraraka movió los dedos de sus pies para que el barro llegara a todos lugares.
—El tipo de la otra noche me azotó bastante fuerte y aún es un poco incómodo - se quejo de la sensación, para ser sincera prefería ir a la terapia con hielo.
—¿El de cabello rojo? - Izuku preguntó con curiosidad.
—¡¡Siiii!! - la chica se agitó y salpicó barro en todas direcciones, a pesar de ser mayor que sus amigos era la más enérgica —¿Cómo lo sabes?
—¿Cómo no saberlo? Te tuvo en sus brazos toda la noche y... Parecías muy feliz - dijo en tono coqueto al final.
—Era todo un macho - Mina suspiró —Y a la vez era un caballero.
—Decídete, ¿Era bueno o malo? - la chica de cabello verde intervino.
—Nunca dije que fuera malo, no era malo en nada, además prometió que volvería con un amigo, pero que yo sería solo para él.
—Me alegra que aguantes la DP - Tsuyu se recostó nuevamente —A mi me partiría a la mitad.
Los demás comenzaron a reír con su broma y continuaron su rutina de embellecimiento.
Izuku sonrió pensando en lo que su amiga de baja estatura había dicho, hace un tiempo jamás imaginó que haría lo que había hecho hasta ahora, había aprendido mucho y había dejado muchos prejuicios atrás y sus amigas no eran la excepción.En ese momento su teléfono comenzó a sonar, parecía que habían caído 10 mensajes de texto a la vez, el muchacho lo desbloqueó con pesar y leyó:
—"Espero poder verte esta noche en el Club, espero que estés listo para mí"
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Mi Sucio Diario
FanficPor azares del destino Izuku debutó en la profesión más antigua del mundo y en este diario se narran las alucinantes, bizarras y emocionantes situaciones que vive con cada uno de sus clientes. Creditos de la portada: @wengwengchin esa obra de arte e...