#3 La fuente termal en el Crepúsculo.

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Tus manos se posaban sobre mi cuello.

-¿Estás pensando algo en especial?- dijiste sin quitarme los ojos de encima.

-¿Por qué? -respondí sin valor, te apegaste a mi cuerpo entibiado por el agua que corría de la fuente. Tu roce desnudo y empapado comenzaba a activar mi imaginación.

-No hemos probado este sitio, Midna -susurraste en mi oído, paseaste tus dedos sobre mis hombros hasta aferrarte a ellos, tu mirada era agresiva y hervía de una necesidad insaciable.

-Link -murmuré conteniéndome -estamos a medio de la nada en un espacio abierto, cualquier twili puede ir y venir, incluso, vernos.

Ahí fue cuando sonreíste y tomaste mi mentón, me besaste hasta lo más profundo, como si quisieras cambiar mi opinión. Lo lograste. Nuestros cuerpos se balancearon hacia el borde más estable de la fuente termal, me elevaste con tu potente energía a la vez que intentabas arrebatar la carne de mi cuello. Sólo atinaba a susurrar tu nombre.

-Link -te decía. 

Desenvolviste mi cuerpo de la toalla que me recubría, ni siquiera la fina telilla oscura existía en mi cuerpo a estas alturas. No quería gemir, pero tus traviesas manos ya se adelantaron varios pasos. Jugando entre mis senos, podía ver tu coronilla de pelo. Perdía de a poco los sentidos y emergía dentro de tu boca una lujuria desorbitante. No podía contener más el pudor, arrastraba la mirada lo más lejos a tus actos, pero me era imposible no concentrarme en la satisfacción que me producían tus acciones. De pronto, una corriente de aire frío acarició la zona entre mis muslos, bajé la vista y ahí estabas, dispuesto a tragar los jugos que mi excitado cuerpo desprendía. 

Tus dedos se acercaban con fuerte desplante hacia mis sensibilidades. Cerré los ojos con fuerza. No sé que habré dicho, porque diste una pausa y susurraste

-Buen provecho.

Una punzada viajó por toda mi columna e inmediatamente me aferré a tu cabello. Me estaba dando fiebre, porque notaba la cara cada vez más enrojecida. Los sonidos de las succiones se volvían más intensos y reiterados. Comencé a estimular mis pezones.

-¡Link! -di un gemido ahogado -me estás llevando fuera de órbita -exclamé con una juguetona sonrisa.

Detuviste en seco tu labor y te levantaste. Bajo tu toalla estaba tu ferviente compañero, exigiendo ser estimulado. No me diste tiempo para reaccionar y con demencia ya me encontraba tragando de cabo a rabo lo que utilizarías para hacerme gritar descontroladamente. Empecé a sentir cómo te volvía más y más fuerte en el interior de mi boca. Cuando ya no podía contener más el aire ni las lágrimas, te escuché decir

-Lo siento, pero ya no esperaré más.

Levantaste mi cuerpo, me arrastraste bajo la corriente vertical y, contra la rocosa pared apoyaste mi cuerpo con cuidado, mis piernas se dejaron descansar sobre tus caderas y mis brazos rodearon tu cuello con fuerza. Entre febriles besos y suspiros, separaste mis carnes internas agresivamente, pero, estaba tan mojada, que te deslizabas como si un jabón estuviera entre tus manos.

-Midna -gruñías entre besos y embestidas

-¡Link! -respondí, si bien estaba flotando sobre tu cuerpo, creo que podría probar otra forma. Pero ya era tarde para mi idea. Tus manos estaban más que enganchadas en mis muslos y tu velocidad ascendía como mis gritos al cielo. La cúspide se acercaba.

-Midna... Ya... -me besaste, giraste de mí con rapidez y continuaste. Creí que perdería, pero sólo atendía a nublar mis sentidos.

-¡Más! -exigí. Estabas en tu límite. Diste tu último aliento alcanzando mi boca. Fundiste tus fluidos con los míos y te dejaste caer sobre mi espalda.

-Tomaré ventaja la próxima vez - dije. Nos acomodamos, te besé y pronto estábamos en nuestros aposentos para la cena real. Nuestras miradas eran más cómplices que nunca. No te dejaré ir jamás.

Somos más que cómplices | Midna x Link 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora