#4 ¡Abrígame!

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Observaba la luna detrás de la copa del árbol, la serena flama que ardía delante de nosotros entibiaba las manos, pero podía sentir el frío rasguñándome la espalda. 

-¿No tienes nada que pueda abrigarme un poco, perrito? -pregunté un poco molesta, me observaste con desagrado y chasqueaste la lengua. 

-¿No puedes hacer aparecer algo que te abrigue? -volteaste los ojos a un costado, ignoraste mi ojo iluminado por el fuego.

-No -te dije con postura serena, se me había ocurrido molestarte un poco y tentada, me acerqué sigilosamente a tu distraído ser -pero creo que puedo arrebatar cosas que sé que podrán cubrirme de este frío -rocé y tanteé tus dedos solitarios.

Al sentir mi tacto, reaccionaste y volteaste a verme con desesperación. El pecho comenzó a apretarme sin verdadero motivo aun, pero continué con mi plan y dibujé una curva en mi boca.

-¿Midna? -murmuraste, eso incentivó a mi lado juguetón a continuar con el plan, mi mano comenzó a desplazarse sobre tus dedos, pasando sobre tu muslo más cercano e intenté aferrar mis uñas bajo tu túnica.

-¡¿?! -reaccionaste, a pesar de que me comenzaba a avergonzar gradualmente de mis acciones, continué.

-Creo que aquí hay algo que podría abrigarme, lobo ¿Me permites jugar con él?

Quedaste en blanco, tus ojos se abrieron de extremo a extremo. Me acerqué más a ti y mi mano se colaba debajo de tu túnica, intenté levantarla, pero me percaté que tus cinturones impedían mi aventura.

-¡Midna! -tomaste mi brazo, no lo aguantaste más y me aventaste contra el piso. Nuestras miradas se cruzaron fugazmente, pero bajaste la cabeza confundido. Tenía el corazón a mil y estaba temblando un poco. Mi mano libre se posó sobre tu pecho. No sé qué fue lo que pensaste, pero enseguida te deshiciste de tus accesorios sobre tu túnica. Quedaste solo con tus preciadas mallas.

Estaba atónita ante la vista que tenía en frente. Un joven pelirubio bañado en oscuridad pero siendo acariciado por la luz del fuego. Tu espalda se dibujaba erguida, pero seguías evitando mi mirada. 

Me levanté y cogí tu túnica para vestirme con ella. Pude dormirme ignorando tus emociones, pero tu túnica era caliente y tenía tu aroma mezclado con un poco de tierra.

"Creo que intentaré hacer esto más seguido ¡Eee hee hee!"

Al amanecer, tomaste forzosamente la túnica y me despertaste con brusquedad. 

-Espero que hayas tenido buena noche, Midna. 

-Creo que le faltó intensidad y picardía ¿por qué dudaste? ¿Es que eres virgen? -reí y me introduje en tu sombra.

Tu última expresión me respondió a la pregunta. Fui desconsiderada.

"También tengo miedo de llegar más lejos, Link".

Somos más que cómplices | Midna x Link 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora