Situación En El Gran Comedor

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Era uno de los pocos días en los que yo cenaba en el gran comedor, ya que después de las clases me iba.

Yo me situaba entre Dumbledore y Severus.

Ese día aprovechando lo cerca que lo tenía, me acerqué a su oído.

-Tengo un postre mejor para usted profesor-

En mi cabeza yo pensaba que no pasaría nada, porque me iba a ir, así que seguir cenando.

Poco después note que se estaba poniendo nervioso y lo intentaba disimular, me reí por lo bajo, hasta que note una mano en mi muslo, lo mire de reojo y él tenía la vista en su plato.

Poco después me miró, se acerco a mi y me susurro.

-Vamos a ver quién se pone más nervioso de los dos-

Empezó a mover lentamente su mano por mi muslo y poco a poco iba tocando más por la parte interna, hasta que noto que sus dedos llegan a mi ropa interior y sin quitarla, la apartó e introdujo dos dedos lentamente.

Intente mantener la posición y mi cara lo más serena posible, mi vista pasaba desde Severus, quien me sonreía levemente y Dumbledore, que yo estaba deseando que no se enterará.

Mi respiración cada vez se agitaba más, conforme el iba aumentando el ritmo, yo ya no podía mantener la calma más, pues me acercaba al orgasmo.

Al notar eso, sacó sus dedos y me sonrió de manera socarrona.

Ambos salimos del gran comedor.

-No me vas a dejar así profesor-le dije inocentemente-

-¿Quien te ha dicho que yo dejo los asuntos a la mitad?-respondió tomándome de la mano-Eso si hoy no seré suave, tenlo claro-

Lo mire algo sorprendida.

-¿Antes fuiste suave?-pregunte con una sonrisa-

Asintió y me llevo de la mano hasta su despacho.

Al llegar fuimos directamente a su habitación, silencie la estancia y le comencé a quitar la ropa, cuando estaba apunto de quitarle el cinturón, me paro.

Le mire con una ceja alzada y me sonrió maliciosamente.

-Ponte de rodillas-dijo-

Lo volví a mirar con una sonrisa y obedecí mientras le miraba los ojos, una vez de rodillas, me dejo quitarle el cinturón, baje sus pantalones junto a su ropa interior.

Me tomó del mentón haciendo que le mirara.

-Hoy vas a usar tu boca-

Le sonreí mientras me mordía el labio, me acerque lentamente y comencé pasando la lengua  a través de toda la longitud, al llegar a la punta empecé succionando con suavidad, me lo metí lentamente en la boca, mirándole a los ojos, haciendo que fuera una lenta agonía.

Lo vi mirándome a los ojos, aprovechó que llevaba el pelo en una cola de cabello para tomarla y hacer que fuera mas rápido, mientras el gruñía, yo me estaba excitando y baje mi mano para poner tocarme, pero me vio y quito las manos de mi cabello y me tomo de la muñeca.

-No toques lo que es mío- gruño-Pon tus manos en las piernas-

Obedecí con una sonrisa, mientras que él volvía a colocar sus manos en mi cabello, antes de que terminara, la saco de mi boca dejándome respirar.

-Túmbate-dijo serio-

Asentí y hice lo que me pidió, lo mire con una sonrisa mientras se acercaba hacia mi, comenzó a quitarme el peto de jean que llevaba, para luego quitarme la camiseta y la ropa interior, me abrió las piernas lo mas que pudo y comenzó dejando besos en mis muslos, haciendo que me mordiera el labio, hasta llegar a mi zona intima, al ver que estaba preparada sonrió, comenzó introduciendo dos dedos mientras con su boca succionaba lentamente mi clítoris, haciendo que comenzara a gemir cada vez mas alto y se escaparan varios gritos de placer, siguió hasta que me invadió un intenso orgasmo.

Sonrió satisfecho y volvió a colocarme a cuatro sobre la cama, bajándome la espalda hasta que mi pecho llego a la cama, dejando mi trasero mas alto, sin previo aviso metió su miembro de una haciendo que soltara un grito, esta vez empezó directamente a moverse muy rápido y profundo haciendo que gritara y gimiera, gire la cabeza y le mire con una sonrisa.

Siguió hasta que acabo dentro y yo acabara segundos después, en ese punto estaba tan cansada que apenas sentía las piernas, salió lentamente y se recostó a mi lado.

Me arropo con la sabana de seda negra, dejo un beso en mi cabeza y puso una mano en mi cintura para atraerme hacia él, así nos quedamos dormidos, con él posando la mano en uno de mis pechos.

50 SHADES OF SNAPE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora