The trial

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Blair.

Aún es muy temprano para cuando llego a al bufete que incluso puedo ver algunas estrellas en el cielo. Cuando entro al edificio no hay nadie, ni una sola alma más que el guardia de seguridad que está completamente dormido.

<<<Vaya mierda de seguridad>>>

Concuerdo con lo que dice mi mente y camino hacia el interior poniendo mi huella dactilar en el seguro de la puerta principal la cual se abre sin ningún inconveniente pues ya está registrada, me dirijo al ascensor, llego al piso en el que está mi oficina y me apresuro a abrir la puerta la cual abre sin ningún tipo de problema, lo cual me preocupa pues se supone que anoche Ian la dejo cerrada con llave, entro a revisar si hay alguien dentro y no veo a nadie por lo que me siento más tranquila.

—¿Tampoco pudiste dormir? —Preguntan y doy un respingo del miedo.

Cuando me doy la vuelta veo a un Ian bastante más desarreglado que el que vi ayer, tiene el pelo desordenado y trae puesta ropa deportiva.

—¡Mierda Ian! —Reclamo—. Me asustaste.

—Lo se —rie—. Lo vi en tu cara cuando giraste a verme, pero ahora si puedes responder mi pregunta.

—Si, si pude dormir solo que estoy acostumbrada a despertar bastante temprano.

<<<Mentirosa>>>

—Blair, son las cinco de la mañana y tú estás perfectamente arreglada y bañada —Hace una mueca—. Lo cual da bastante miedo si me permites decirlo, así que a menos que seas algún tipo de animal nocturno que se convierte en mujer no veo otra explicación además del no haber podido dormir.

—Está bien, no pude dormir, pero eso no debería importarte, además yo podría preguntar lo mismo ¿Qué haces aquí?.

—Yo estoy aquí porque anoche que me fui dejé algunas cosas que necesitaba terminar en mi casa pues tenían que estar listas para hoy así que me levante temprano para venirlas a terminar, ¿Me ayudas?

—Está bien, no tengo nada más que hacer —le digo, es mejor tener mi cabeza concentrada en lo que sea menos en las pesadillas.

Muevo mi silla al escritorio de Ian para comenzar a ayudarlo, resulta que "las cosas que olvidó" eran los archivos con las evidencias del caso en el que trabaja actualmente, le ayudó a ordenarlo todo por fechas y me trago bastantes corajes a medida que las fotos van avanzando, el caso es acerca de una mujer que fue abusada sexual y físicamente por su esposo quien también intentó matarla. Seguimos acomodando las evidencias y después seguimos con los testimonios, al leerlos noto bastantes anomalías por parte de la defensa del abusador.

—Ian mira esto —Señaló las partes que están mal—. En la primera sesión del juicio dijeron que el hombre no pudo haberla atacado pues se encontraba trabajando y en la última sesión mencionaron que él no la pudo haber atacado porque estaba comprando alimentos.

Ian lee de nuevo lo que le señale y sonríe.

—Justo por esto te pedí ayuda, sabía que tú verías cosas que yo no —Ian anota las anomalías en una libreta y continuamos trabajando.

Más anomalías van surgiendo en los testimonios de el hombre e Ian los va anotando todos en la libreta, volvemos a las fotos pues había un archivo a parte con más de ellas y esta vez las imágenes son más grotescas, en algunas se puede observas como la espalda de la mujer está completamente llena de sangre y heridas bastante profundas, en otras se ve como sus genitales están llenos de sangre debido a una penetración brusca la cual no fue con el miembro del hombre si no con un objeto bastante más grande, la gota que colma el vaso es un informe médico en el que se explica como la mujer estuvo más de dos semanas internada en un hospital al borde de la muerte y con heridas graves.

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