Sinópsis

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-Vamos a la cama, es hora de tu cuento- dijo mi mamá llevándome a la cama.

Sus brazos eran tan fuertes, lograban cargarme todos los días hasta los lugares donde no alcanzaba por mis piernas tan cortas y mis brazos tan pequeños.

-¿Que libro toca leer hoy Elena?- dijo ella, viéndome con su sonrisa tierna.

-¡Fantasy Secrets!- dije con todas mis energías.

Mi mamá tomó el libro y se sentó en la cama conmigo, ese libro me encantaba, un mundo secreto dónde muchas cosas impresionantes pasaban. No lo niego, de niña era mi sueño ser una princesa y ser parte del reino tan colorido que me imaginaba cada vez que mi mamá leía ese libro para mí.
Como cualquier niña de siete años me gustaba imaginar distintas realidades, el suelo hecho lava, imaginar mi casa de juguete como mi propio castillo.

Mi mamá siempre leía ese libro para mí, disfrutaba tanto escuchar esa historia una y otra vez, sin embargo era un libro no terminado, aún tenía páginas por llenar.
¿Dos enamorados con un amor no funcional? Siempre me pregunté que habrá pasado con esos dos enamorados, el libro terminaba con un "Y nunca nadie los volvió a ver". ¿Qué habrá pasado con ellos?

Al igual que a mí, este era el libro favorito de mi mamá de pequeña, mis abuelos se lo leían a ella todas las noches. Pobre mi mamá, mis abuelos murieron cuando ella tenía veinte años.

-Y nunca nadie los volvió a ver- dijo mi mamá cerrando el libro.

-¿Mamá?- le pregunté -¿Qué pasó con ellos?

-¿Con los hijos del sol y de la luna?- me sonrió -bueno, creo que ellos quisieron tener una vida tranquila así que se fueron.

-Pero -me quedé pensando -¿Por qué el libro no los menciona más?

-No lo sé, yo le hice la misma pregunta a mis padres muchas veces -miró sus manos- y ellos siempre me respondían igual.

-¿Qué respondían ellos? -le dije ansiosa queriendo saber con urgencia.

-Imagina tu propio final, puede que ellos hayan vivido felices después de haberse fugado o puede que no pudieron vivir su sueño juntos -me dijo ella con una sonrisa.

-Eso no es justo -le dije cruzando los brazos.

-No lo sé, yo siempre me los imaginé sonriendo y viviendo felices -miró al techo- ¿Cómo los imaginas tu?

Me quedé pensando por un momento, era una niña de siete años, por supuesto que iba a pensar en que ellos eran felices y que vivían en algún bosque hecho de azúcar. Pero siempre fui muy analítica, tenía curiosidad de lo que pasó en realidad con ellos y que fue del reino narrado en el libro sin ellos.

-Bueno, creo que ya es tiempo de dormir -apagó mi lámpara- buenas noches, te quiero- me dijo seguido de un beso.

-Sonreí- buenas noches mamá.

...


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