Me duele tanto la cabeza...
Tengo que ir a trabajar...
Vamos despierta, llegarás tarde...Sentí mi oído hacer un sonido agudo, tan fuerte que pude sentir que me llegaba hasta el cerebro. Poco a poco fui abriendo los ojos con incomodidad, justo en ese momento no recordaba que había sucedido, de repente me encontraba acostada en una cama tan suave como una nube.
Me acomodé y me masajeé la frente.
¿Habré bebido mucho de nuevo?Miré mis manos y recordé esos hermosos ojos color miel que había visto en mi sueño, eran como un dulce día de otoño.
- Ojalá verlo de nuevo en mis sueños - dije mientras me tapaba la cara.
- ¿Ver a quien? - escuché una voz varonil a lo lejos.
Estoy segura que he escuchado esa voz antes...
Levanté mi mirada y ahí estaba el, el chico de ojos color miel del cual estaba pensando hace unos segundos. Di un pequeño brinco al verlo sentado frente a mi en un tronco.
¿Otra vez con el mismo sueño?
Sentí que mi cuerpo se movía, miré a mi costado y ví al gato gigante que trató de comerme hace rato. No lo puedo creer, estaba acostada sobre ese monstruo.
Grité y del susto me caí a su costado, quise salir corriendo pero mi cabeza estaba demasiado aturdida cómo para sincronizar bien mis piernas, me caí al suelo de rodillas y quise correr, pero mi cuerpo no respondía.
Quise llorar al sentirme tan ansiosa.¿Por qué no puedo despertar de este sueño de una vez?
- No intentes correr, te desmayarás - me dijo el con su voz tan distinguible.
Lo miré de reojo y quise soltar un insulto pero no podía hacerlo, mi cuerpo se sentía tan cansado hasta para soltar una palabra.
Traté de tomarme unos segundos para poder ordenar mis pensamientos y poder decir algo.- ¿Qué quieres de mi? - le dije desesperada.
- Nada - me dijo mientras se acercaba a mi para ayudar a ponerme de pié - Y aunque no quiera algo, no puedo dejarte ir en ese estado - soltó.
- Tu ganas - le dije mientras tomaba su mano para ponerme de pié, debo aceptarlo, no tiene sentido salir corriendo de aquí, no sé dónde estoy y este es el único lugar donde puedo estar segura, supongo.
Me ayudó a caminar hasta un tronco para sentarme, todo este tiempo no me había dado cuenta de la fogata que estaba en el centro de la cueva donde nos encontrabamos. Miré a mi alrededor y era un lugar oscuro, sin embargo estaba decorado con pequeñas pinturas de ojas al rededor de la cueva, la fogata hacía un lindo contraste con el color marrón de la tierra que cubría la cueva y las lindas ojas dibujadas en su interior.
Se acercó a mi y puso una manta encima de mi espalda, para después ofrecerme una taza con una especie de té con hierbas dentro.
- No me gusta el té - le dije.
- ¿No?
Negué con la cabeza - Soy más una chica de café-
- No sé que sea el café, pero te puedo asegurar que no es mejor que una taza de té con estás hierbas, además, te ayudarán a recuperar tu fuerza.
No sabía si aceptarla o no, me sentía tentada a aceptar su ofrecimiento pero al mismo tiempo no confío en el, lo conocí hace poco y talvez puede ser algo dañino, sin embargo, esto es un sueño ¿No?
- Está bien - dije para después aceptar la taza y beber un poco.
Se sentó frente a mi viéndome de pies a cabeza un par de minutos, para después dar un suspiro y levantarse para caminar hacia el monstruo acostado en la esquina.
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Fantasy Secrets
FantasyDicen que los libros son simples escapatorias de la realidad para los lectores y que los cuentos no son nada más que alimentos para la imaginación de los niños. Sin embargo ¿Alguna vez te imaginaste ser parte de tu libro favorito? Piensa en tu vid...