CAPÍTULO 1

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Dazai estaba aburrido.

Eran las 11:40 y estaba en su última clase antes del almuerzo, pero la verdad es que desde su primera clase a las 9 hasta ese momento no había puesto nada de atención, no porque no quisiera, era obvio que él era alguien muy aplicado que amaba poner atención a sus clases...

¿A quién engañamos? Nunca ponía atención a lo que sus profesores decían, pero es que no lo necesitaba con solo leer una vez los apuntes de Oda o alguno de sus compañeros se sabría todo de memoria y como siempre sería la mejor puntuación, pero bueno no va al caso, no estaba poniendo atención porque tenía un mal presentimiento.

Extrañamente todo era normal su alarma había sonado a las 6 la cual apago frustrado por apenas haber dormido 2 horas, luego antes de decidir volver a dormir le envió un audio a Chuuya diciéndole buenos días y que no era necesario que volviera a tomar leche en el desayuno que ya no crecería más, luego puso en silencio su teléfono y volvió a dormir hasta las 8 que sonó otra de las alarmas que tenía programadas.

Nuevamente al despertar lo primero que hizo fue revisar el chat de Chuuya el cual le había enviado un sticker que lo enviaba al carajo, rio al ver el mensaje y sintió que con eso tenía un poco de energía para poder pasar al menos 3 horas de clases para luego volver a enviarle un mensaje en un par de horas.

Luego había hecho su rutina diaria donde se daba una ducha lo más rápido posible y luego dedicaba unos 10 minutos en ponerse sus preciadas vendas, cubriendo sus diversas cicatrices las cuales si no habían sido hechas por sí mismo durante su adolescencia habían sido hechas por su madre o algún amante de esta.

Cuando acababa esa parte de su rutina diaria había salido de su casa y paso por una panadería para comprar algo para desayunar, la verdad es que si por él fuera se hubiera saltado el desayuno, pero justo cuando había salido de su casa le había llegado un mensaje de Chuuya el cual decía; "Y que ni se te ocurra saltarte el desayuno maldito, cerca de tu casa hay una panadería no seas vago y cómprate algo, imbécil"

Luego llego justo a tiempo para que el autobús no lo dejase botado y cuando llego a su universidad ya su tan apreciado mejor amigo Oda lo esperaba en la entrada y como había sido costumbre por años el castaño se le abalanzo encima y empezó a preguntarle a su amigo por cómo estaba su hermano menor el cual era Chuuya, a veces Dazai no tenía ni que abrir la boca cuando ya Oda le estaba diciendo que su hermano se encontraba igual que siempre y que nuevamente había tomado leche durante el desayuno.

Y justo cuando su amigo le había dicho que ese día su querido hermano menor había despertado un poco más tarde que de costumbre y que no había tomado su ya acostumbrado vaso de leche con sabor a fresa (el cual tomaba para disimular el hecho que aun albergaba esperanza de que podía llegar a ser más alto) fue que el mal presentimiento de Dazai se instaló en su pecho y curiosamente también en el de Oda ya que su hermano menor podía despertar tarde, podía amanecer con buen humor, podía olvidarse de alguna tarea sobre la mesa, podía irse a la secundaria sin desayunar (las cuales no eran cosas comunes) pero nunca, NUNCA dejaba de tomar su vaso de leche durante las mañanas y que ese día no lo hiciera era un símbolo para el apocalipsis.

Cuando al fin había sonado el timbre para la hora del almuerzo Dazai se paró casi como un resorte y tomo su bolso del cual no había sacado ni un lápiz y se dirigió a la mesa de Oda el cual si estaba guardando las cosas que había sacado para la clases.

-Dazai ya sé que debes estar hasta cansado de que te lo diga, pero ¿podrías al menos fingir que pones atención a la clase?-le dijo su amigo sin ni siquiera dirigirle la mirada al castaño.

-Odasakuuu, tienes razón ya me aburre que me lo digas, pero no es mi culpa la clase estaba muuuy aburrida y yo aún tenía algo de sueño-el pelirrojo por fin miro a su amigo.

Caos en la cuidad soukoku OdangoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora