𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜, 𝙼𝚊𝚑𝚎 (5)

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—Miguel.

—Rubén.

Las cosas eran así. Dos adultos en total desacuerdo sobre algo en específico. ¿Quiéren saber el por qué? Bueno, aquí la explicación.

Han salido dos juegos nuevos, pero cada uno tiene su propia opinión y creencia de estos, de cuál es el mejor. Esto ya no era simplemente por ganar, o bueno, tal vez si, pero también era el demostrar su experiencia de todos los años que llevaban jugando mil y un videojuegos, el dilema era.. ¿Quién está en lo correcto? ¿Quién tiene el gusto más "exquisito y selecto"?

—Por Dioh, ehto eh tan simple que hahta decir la mihma palabra eh ofensivo, ¡está claro que ehte es mejor! —al decir eso, señaló el disco del videojuego que tenía en su mano— su hihtoria eh buenísima —acto seguido, muy intelectualmente acomodó sus gafas aunque estuvieran correctamente colocadas.

Rubén apretó su puño libre, porque en uno tenía el estuche con el disco dentro del videojuego al que apoyaba, disgustado y ofendido.

—¡Por supuesto que no! —frunció el ceño y sonrió de lado—los gráficos y la historia de este videojuego son simplemente incomparables, aún no entiendo porqué defiendes a tal cosa como ese videojuego, no te conocía así —y sonrió aún más, sonrió burlonamente, porque él creía que sus fundamentos eran más que buenos a pesar de expresarlo de corta manera.

—Con loh bug de los que me he enterao' de eso, simplemente ya me da mucho que pensar. Ademáh, ¡lo retro de ehte juego eh algo de lo que no se dihcute!

—Este es mejor.

—No.

—Si.

—!NO!

—¡SI!

—¡AHG, LLAMEMOS A ALEXBY! —gritaron los dos al unísono, deben imaginar cómo está cierto peli-negro ya que hasta el acento ni se le notó.

(...)

Unos tres toques en la puerta de ese departamento, bastaron para hacer que el castaño de ojos claros fuera con pasos algo potentes hacia la puerta, girando la perilla y por fin ver a su malhumorado y pequeño amigo que sin decir una sola palabra, se adentró lo suficiente como para llegar al sofá y inhalar profundamente, para después solo "hablar".

-¡Sois unos gilipollas! ¡¿cómo se os ocurre despertarme a estas horas?! -gritó mirándolos fulminante, cosa que a los dos chicos solo les dio un poquito de escalofríos y sonrieron un tanto nerviosos, ya que su amigo suele ser algo intenso cuando está molesto.

Miguel y Rubén cruzaron miradas por un segundo, recordando nuevamente la razón de todo ello. Así que volvieron a verse pero con recelo. Fue el castaño que comenzó a tomar la palabra.

-Alexby, tío, dile a Mangel que este juego es la puta hostia, que está de terco con que ese que tiene es mejor -acto seguido le enseñó de cual estaba hablando. Pero en eso, Miguel intervino y le enseñó el juego al que apoyaba. Los dos se miraron nuevamente, iniciando otra guerra pero de miradas, ¿acaso se decían cosas a través de sus ojos? No se puede decir eso con exactitud pero vaya que lo hacían con mucha intensidad.

El azabache de menor estatura, literalmente tenía una pequeña venita que se le marcaba en la frente, con el ceño fruncido y con una sonrisa de lado, teniendo un autocontrol sobre humano, cosa que no es muy normal en él, así que haciendo voto a eso se levantó de golpe, caminando hasta la puerta de ese apartamento, tomando aire.

-¡Que os jodan, parguelas! -no hacía falta decir que azotó la puerta con fuerza, yéndose, dejando a sus dos tontos amigos aún con el dilema.

Los dos quedaron en silencio, girando la cabeza y mirando hacia otro lado, con los brazos cruzados, aún dispuestos a no ceder ante el otro. Así pasaron unos minutos, tres para ser exactos. Uno de ellos, suspiró.

"¿Acaso eh que siempre debo ceder ante ehte ser tan orgulloso?" pensó para sus adentros el de gafas, tomando aire y sin que el contrario se de cuenta le arrebató el disco con el videojuego, cosa que dejó conmocionado a Rubén, que estaba a punto de reclamar, pero si no fuera porque observó absorto que el peli-negro encendía la play y incertaba el disco. Sentándose en el sofá que estaba en la sala, con un mando en su mano y otro en la mesita que estaba frente suyo. Solo se escuchaba la musiquita del videojuego de fondo, porque Rubén aún seguía sin reaccionar del todo.

-¿Vah a jugar o no? -tenía una expresión apacible, sonriendo de manera amistosa, aunque tenía ese toque de rendición, era sincero. En ese momento él despabiló, caminando algo lento y tomando el mando que estaba reposando en la mesita de vidrio, sentándose a su lado- por cierto, el que tiene la ehpada eh mío -con eso dicho, le dio "play" al videojuego, sonriendo divertido.

-Hey, yo quería ese, cabrón -sonrió con diversión de igual manera, mirando hacia la pantalla al igual que el de anteojos.

-Pueh te jodeh -rió con malicia fingida, mientras el otro rió estruendosamente, negando con la cabeza. 

Así, empezando con una pequeña discusión, pasaron la mañana y parte de la tarde jugando ese juego, lleno de risas, unos cuantos empujones y pequeños sabotajes y trampas de parte de Rubén y Miguel, dejando completamente de lado el pequeño dilema. ¿Quién tenía la razón? Ese es un pequeño misterio de la vida, de sus vidas.

Mientras el azabache estaba distraído observando la pantalla, el castaño lo observó por un momento, sonriendo. "Gracias, Mahe". Pensó para sus adentros.

-Axva.

Esto es de hace como 2 años 👀

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

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Gʀᴀᴄɪᴀs, Mᴀʜᴇ || RᴜʙᴇʟᴀɴɢᴇʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora