AMIGOS CON DERECHOS | ROBSTAR.

CAPÍTULO 13

Todos podrán saberlo pero nosotros nos encargaremos de negarlo

Acomodó la chaqueta de cuero negro del pelinegro, esperaban a que les abriesen la puerta. Una risa se escapó de sus labios, llamando la atención de la chica—. Es muy gracioso ver cómo te esfuerzas en hacerme ver bien.

Pegó su frente contra la de la chica, manteniendo su blanca sonrisa. Ella se mordió el labio inferior y deslizó sus manos por el pecho fornido de él. Cada vez estaban más cerca de poder besarse, pero antes de que eso pasase, abrieron la puerta.

—No tienes nada. Falsa alarma —disimuló ella tensándose un poco—. ¡Hola!

—Por fin llegan —la morena sonrió muy ampliamente. Antes de que ella pudiese preguntar lo que estaban haciendo, entraron dejándola con las palabras en la boca. Negó con la cabeza y cerró para ir detrás.

— ¿Por qué se tardaron tanto? —preguntó Rachel apoyando su cabeza en su mano, el rubio acercó el tenedor a su boca y antes de poder probar la comida, la azabache le dio un manotazo sin necesidad de verle.

—Había mucho tráfico —mintió él. Porque claro, no le va a decir que estaban reforzando su intimidad… digo… amistad.

—He llegado a ese punto de la vida, en el que ya no les creo nada a ambos —dijo el moreno abrazando a Karen—. Y por ende, no creo que haya habido tráfico aquí en Jump City.

—Puede que… nos quedáramos dormidos —la chica celebró por dentro al no tartamudear al mentir.

—Por tener sexo anoche —Gar ladeó la cabeza, sonriendo triunfante. Aunque se haya equivocado de horario.

—Y venimos con lo mismo —el pelinegro rodó los ojos, agotado de tener la misma conversación con sus amigos.

—A ver. No dejarías que ella se quedara en tu casa si no fuera para eso —señaló al pelinegro—. Y tú no te quedarías en casa de él si no fuera para eso —señaló a la pelirroja.

Los hicos se quedaron sin palabras. Dick tomó un poco de agua para relajarse.

—Aunque también porque Dick está secretamente enamorado de Kory —Dick escupió el agua a un lado y Kory abrió los ojos con sorpresa.

— ¡Yo no estoy secretamente enamorado de Kory! —Gritó exasperado con su ceño fruncido levantándose de su silla—. ¡Yo nunca me enamoraría de ella!

Algo en la pelirroja se rompió en ese instante.

Su mirada se nubló de repente. Su cuerpo se tensó y se alzó para ir al baño. El pelinegro relajó el rostro cuando vio que la chica se fue. Rachel se levantó con intención de ir a atender a su amiga pero al ver que Dick se dirigía, Garfield la tomó del brazo para que se volviera a sentar.

El chico subió las escaleras y se detuvo frente a la puerta del baño de donde se escapaba luz por debajo de la puerta. Intentó abrirla pero descubrió que se encontraba con pestillo.

—Kory —llamó desde afuera. No recibió respuesta—. No quise decir eso.

— ¿Entonces qué quisiste decir? —la rabia y tristeza era notoria en el tono de voz de la chica.

—Quise decir, que yo no me enamoraría de ti… porque eres mi mejor amiga —apoyó su frente de la puerta—. Simplemente no podría.

— ¿Por qué no? —era una de las pocas veces que él se abría con ella, debía aprovechar esa oportunidad.

El chico no expresa ni habla de sus sentimientos. Siempre se ha guardado las cosas para él solo, no deja que nadie más entre en su corazón. No deja que nadie lo descifre, porque cree que si deja a las personas entrar en su corazón lo lastimarán, no podría soportar otro moretón en su corazón. Con uno solo basta y sobra.

—Porque no podría soportar perderte —admitió con un hilo de voz—. Porque si tú me rechazas, quedaré como un idiota, y te alejarás de mi por mis malditos sentimientos.

—No puedes estar seguro de ello.

—Claro que puedo —la puerta se entreabrió y él pudo admirar los hermosos ojos esmeraldas de ella.

—No todas las personas son iguales —al tenerlo tan cerca y vulnerable, su respiración se entrecortó. Sus latidos aumentaron y su boca se secó. Aprovechó ese momento de vulnerabilidad, para preguntarle cosas que él nunca se atrevió a contarle—. ¿Qué pasó contigo y Bárbara?

— ¿Segura de que quieres saberlo? —la chica lo dudó. No quería escuchar de ella por ningún lado.

Ella formó parte de la vida de Dick por años, desde mucho antes de que él y Kory se conociesen. Y quería saber qué fue lo que pasó como para que él le tuviera tanta molestia a la muchacha. Saber de su historia, sería como escuchar toda la vida de Dick. Porque estuvo en su vida desde que estaban en primaria. Lo vio crecer y volverse un joven apuesto, algo que Kory hubiera querido presenciar.

—Saber de ustedes me hará conocerte mucho mejor de lo que ya te conozco —desvió su mirada—. Es la pieza que falta en tu rompecabezas.

Se lo pensó un poco. ¿De verdad quiere contarle sobre Bárbara a Kory? ¿Sabiendo que con tan solo escuchar su nombre sus músculos se tensan? ¿Contar como fue que pasó de ser un chico feliz y extrovertido a un chico introvertido y promiscuo? ¿El porqué de su cambio tan radical? Nunca lo había hecho con nadie, y quizás necesitaba desahogarse por primera vez en tantos años.

Necesitaba a alguien con quien hablar de sus problemas, que compartiera su dolor y felicidad y que no se alejara de él cuando más necesitase de esa persona. Que lo apoyase en cualquier circunstancia. Una persona que lo tratara con cariño. Quizás eso era todo lo que necesitaba, desahogarse, contar sus penas a la muchacha que tenía en frente. Porque si no lo abandonó en todo ese tiempo que han estado juntos, pese a su amargura, chistes malos y promiscuidad, tal vez no lo abandone ahora que está por confesarle lo que sucedió con su antigua mejor amiga y novia.

—Bien, te lo contaré todo.