Los desolados y oscuros pasillos lo recibían como si de un viejo amigo se tratase, la oscuridad le abrazaba aún cuando un lumus iluminaba su camino y el sonido de sus pasos se perdía entre el canto rítmico de los grillos en el exterior, aquella bulla que lograba relajarle.
Sus ojos inyectados de sangre eran adornados por dos bolsas violetas bajo ellos, su cabello aún más desastroso de lo usual se encontraba aprisionado bajo un gorro de lana que había robado del baúl de Peter y su piel brillaba bajo la luz de la luna en un desagradable color grisáceo que lo hacía lucir horriblemente enfermo.
Sus días se habían vuelto eternos y sus noches interminables, James no lograba recordar cuando fue la última vez que había dormido más de tres horas seguidas pero sacando cálculos en su cansada mente podía asegurar que era más de una semana la que llevaba en vela paseando como un alma en pena por los solitarios pasillos de Hogwarts. Había probado con pociones, hechizos, drogas muggles e incluso ridículas infusiones de té que se suponía eran calmantes, sin embargo, cada vez que cerraba sus ojos revivía los gritos desesperados de una mujer, los golpes incesantes contra la piel de un inocente, los insultos y palabrerías dichas por un repugnante hombre, y unos ahogados sollozos que hacían que su corazón se oprimiera dolorosamente.
James no lograba recordar a ninguna de la figuras de sus sueños, aunque se encontraba completamente seguro de que no conocía a ninguna de las tres personas que eran protagonistas de esas violentas escenas que no lo dejaban dormir. Vagamente lograba recordar una mata desordenada de cabellos azabache y una pálida y delgada figura que no lograba descifrar si pertenecía a la desesperada mujer o a la persona dueña de aquellos perturbadores sollozos.
Acomodó mejor la capa sobre sus hombros mientras sus pies descalzos le dirigían inconscientemente hacía las oscuras mazmorras.
Debía reconocer que en un principio no lo asimiló más allá de una horrible pesadilla, con el pasar de los días y la repetición incesante de las imágenes James sabía que alguien en el mundo le estaba mandando una interminable señal de ayuda que él no podía responder, no precisamente porque no quisiera, simplemente no podía. Se encontraba apresado entre las antiguas paredes de castillo hasta las vacaciones sin la posibilidad de ir a auxiliar a aquellas personas que tanto le necesitaban y eso hacía crecer una enorme bola de horribles sentimientos en su interior: Impotencia, ira, terror, insuficiencia, decepción...
A estas alturas James era capaz de entregar toda la fortuna de su familia para así salir al rescate de esas personas, y de paso lograr eliminar los gritos y la explicita violencia de sus sueños.
Ni siquiera supo como es que se encontraba dentro de la sala común de los Slytherin, dejo que sus congelados pies lo siguieran guiando, él ya no tenía la fuerza suficiente para detenerlos.
Un mareo repentino lo invadió y la imagen del cuerpo pálido de sus sueños se vio invadiendo su cabeza. La espalda descubierta de la figura se encontraba cubierta de sangre con un sin fin de heridas recientemente abiertas, la figura era pequeña a comparación de si mismo pero al verse acurrucado en posición fetal contra la pared la hacía lucir muchísimo más pequeña de lo que ya era, la blanquecina piel cubierta de sangre se aferraba a las costillas amoratadas del cuerpo y los sollozos desgarradores inundaron la visión de James. Se encontró a si mismo acompañando los sollozos de la persona acurrucada en el piso al otro lado de la vieja y horrible habitación en la que se encontraban, el Gryffindor se acerco con una increíble cautela hasta el cuerpo herido.
Era un chico.
Cuando sus manos se acercaron cuidadosamente hasta la figura más pequeña, ansiando tocar y sanar su piel pero su mente se vio invadida por una negra niebla que logró despertarle de la ensoñación en la que se encontró.
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Secret
FanfictionJames tiene horribles sueños y debido a ello termina descubriendo el secreto de Severus. •One-Shot Los personajes no me pertenecen para nada, tanto ellos como todo el universo de Harry Potter son de la autoría de J.K. Rowling. Yo solo me encuentro j...