Jin termino de acomodar la mesa, agradecido que los niños y su pareja hayan lavado su plato correspondiente antes de irse. Suspiro, ligeramente irritado, poniendo todo en su lugar antes de disponerse a trabajar en la primera plana de un periódico que le dejaron a cargo. Por supuesto, le había comentado su situación a su jefa de departamento, no tardando nada en cambiarlo a trabajo de escritorio para que se ocupara de las hojas, planas y notas que le llegaban de otros trabajadores; aquel cambio le supo mal y le termino por enojar. Él siempre se ha caracterizado por hacer trabajo de campo, ir al lugar de las noticias, tomar fotos y notas en una pequeña libreta, preguntar a los testigos y estar de primera mano ante un posible crimen. Alguna que otra vez había arriesgado su vida, lo sabe, sus hijos lo han vivido por igual, pero ese era una de sus pasiones. Él tener que dejar su zona de especialidad por estar en cinta le ha caído como balde de metal, ni su jefa ni sus compañeros de trabajo querían arriesgarlo. Jin lo comprendía, pero aun así era un tanto frustrante.
Otro suspiro y se dispuso a ir a su despacho. Ni un solo síntoma característico lo ha afectado, lo que eran nauseas o los tan estereotipados antojos tampoco le ha llegado, sintiéndose algo decepcionado; seria gracioso ver a Toji a las 4 de la madrugada ir a buscar lo que quería comer, porque sabiendo como era su pareja este no se quedaría a dormir con un antojo de por medio. En fin, era mejor para él, así no tenía que sufrir lo que mucho ha escuchado tanto de mujeres como de hombres donceles. El embarazo no sería tan malo si seguía a este ritmo.
El timbre de la casa sonó, extrañando al único hombre en la vivienda. Itadori, confuso, miro el reloj de la pared, notando las manecillas que marcaban las diez en punto, antes de encaminarse a la entrada de la casa para saber quién tocaba tan temprano. ¿Serían sus hijos? ¿Habrían causado problemas? No lo dudaba, ni del propio Megumi; los tres eran una máquina de peleas a puño limpio y cerrado cuando le tocaban las casillas. No podría ser Toji, siendo que este ya de seguro estaba en su estación tomando del papeleo mientras molestaba a sus compañeros. El sonido del timbre volvió a sonar y Jin apresuro su paso, rezando de que no fuese alguno de sus niños con la noticia de que fue expulsado por varios días del institución.
Una, dos, tres veces lo tocaron antes de tener que abrir la puerta rápidamente. ¿Quién demonios tocaba de esa forma el botón?
- Disculpe, ¿Quién-?
- ¡Vaya! Con que tú eres Jin-kun. Nada mal.
El nombrado parpadeo rápido, ligeramente sorprendido a la invasión de su espacio personal por un rostro níveo con cabellos blancos. Una sonrisa divertida en aquellas facciones y los ojos detrás de unas gafas de sol, junto a un ligero tarareo de su voz en signo de asentimiento. Jin retrocedió unos pasos, incomodo, la altura contraria le llego a intimidar un poco junto al característico atractivo, pero lo que más llamo su atención era aquel estomago abultado tapado por una larga camisa floja para no dar a notar tanto su condición, pero era imposible, lo que más le caracterizaba en aquel hombre era su claro embarazo (Si omitimos el extraño encanto cautivador del otro). ¿Cuánto tiempo llevaba? ¿7, 8 meses?
- ... ¿Disculpe?
El otro se alejó un poco, posicionando su mano sobre su estómago de manera suave y la otra sosteniendo un pequeño ramo de amapolas amarillas perfectamente arreglado. No tardo mucho para que al alto hombre le tendiera dicho ramo, en espera de que su contrario menor aceptara el presente.
- Eres el novio de Toji, ¿no?
Jin miro el ramo y luego al excéntrico hombre, tomando con ligera desconfianza tal ramo suspendido hacia su persona, siendo que no podía rechazarlo.
- Ah, ¿sí?
Un chiflido largo de sorpresa fingida se escuchó del más alto. Jin despabilo de inmediato al recordar que el otro estaba embarazado y cargando con un peso extra. No debería de desconfiar si el otro conocía a Fushiguro, ¿verdad? Además, ¿Qué podría hacer un doncel a punta de casi parir con él?
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Pregnant [TojixJin]
FanfictionToji había tenido muchos descuidos y errores en su vida, claramente Megumi no entraba en esos términos, y menos el hijo que ahora esperaba en el vientre de Jin. Tendrá de comportarse como buen padre, otra vez.