Toji no era alguien que se pudiera enfermar fácilmente. El hombre siempre tuvo un sistema inmune tan bueno debido a su niñez en las calles y el trabajo duro de valerse por sí mismo hasta la adultez, por su amada esposa que descansaba en paz y con su nueva familia que forjaba en la actualidad. Ni siquiera el maldito cuchillo que le rompió el labio en un caso extremo que resolvió sobre Shibuya o las cicatrices de varias balas que tuvieron que haberlo matado hace mucho tiempo pudieron con él.
Nada parecía poder frenar a este hombre. Muchos lo han intentado; algunos terminaron tras las rejas, otros enterrados bajo tierra.
Entonces imaginen la sopresa de Jin al ver a su pareja encorvada sobre la taza del baño, vaciando la cena que preparó hace ya varias horas, quejándose mientras le acariciaba la espalda para darle algo de apoyo. Sabía que no era culpa de la comida, Toji llevaba comiendo lo suyo durante mucho tiempo, y tampoco era causa de estar ebrio (Diablos, eran contadas las veces que Toji vomitaba estando borracho. Incluso tenía una fuerte resistencia al licor el muy bastardo). Ya era muy entrada la madrugada, tanto él como Toji entrarían a trabajar en otro par de horas, y sin embargo, aquí estaban: Toji vomitando sobre el baño y él dando de suaves palmaditas en la espalda para incitar a su novio de vaciar lo que sea que le estuviera causando mal.
— Eso es, Toji-san, sigue así. —
— Joder... Uhg... —
Y ahí va otra vez a soltar otra comida del día. Jin ya estaba acostumbrado. Cuidó de dos gemelos y a Megumi en sus estados más vulnerables, esto no era nada, pero si le sorprendía ver al inflable Toji Fushiguro en un estado débil.
— Toji-san, ¿estás bien? Primero los antojos de chuletas, luego las migrañas, ahora estás vomitando. ¿No quieres ir al doctor? —
Toji respiró hondo para tratar de controlar las náuseas. Esto tuvo comienzo desde hace una semana, luego de que haya pasado otro mes de la noticia del embarazo de Jin. La vida en la casa Fushiguro-Itadori estaba yendo tranquila, relativamente: sus mocosos regresaron a los estudios, Jin estaba seguro trayendo el trabajo de escritorio a casa y su propio trabajo estaba yendo bastante relajado entre solo resolver casos de estafas menores y delincuentes juveniles. Las clases de paternidad doncel eran incluso más informativas, había asistido a cada una pese a sus quejas, y aunque Jin aún no había encontrado un día libre para acompañarlo, estaba aprendiendo mucho más para ayudar a su novio con su embarazo.
Y Toji sabía cuál era la razón. Maldita sea. Lo sabía.
— No, no. Sé lo que está pasando. Y es tu culpa jodido mocoso. —
Toji se giró hacía Jin, o más exactamente, al vientre de Jin, con el enojo en sus facciones y un gruñido entre dientes. Si Toji alzara la camisa holgada de dormir de Jin podría hacer notar la protuberancia que crecía con cada día que pasaba, completamente sana, recibiendo buenos nutrientes y cuidado de sus futuros padres. De hecho, iba a hacerlo, alzaría la prenda y le reclamaría más a esa pequeña sabandija que no alcanzaba siquiera el tamaño de un aguacate, pero en su lugar, volvió la cara al retrete y dejó salir otra oleada de vómito. El pobre Toji se aferró alrededor del váter, bastante cansado a este punto cuando dejó por fin de tener náuseas para solo tener ese horrible dolor de cabeza y de garganta.
Estaba acabado, aquí yace el buen Toji Fushiguro y posiblemente futuro Itadori. Gran (no) padre, el buen mejor maldito novio y el jefe de policía más competente de Tokio.
Obviamente Jin no entendía nada de lo que estaba pasando.
— ¿Qué? ¿A qué te refieres con mi culpa? ¿Hice algo mal? —
Toji guardo silencio unos momentos más para recuperarse, y cuando por fin lo logró, se alzó del suelo dónde estaba arrodillado y bajo la palanca para que se fuera todo su vómito por el desagüe. Tenía que rectificar que no era culpa de Jin, durante sus pláticas en el manejo de paternidad aprendió muchas cosas, y entre ellas lo que le estaba sucediendo y seguramente el desbalance hormonal de Jin si no hacía algo.
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Pregnant [TojixJin]
FanfictionToji había tenido muchos descuidos y errores en su vida, claramente Megumi no entraba en esos términos, y menos el hijo que ahora esperaba en el vientre de Jin. Tendrá de comportarse como buen padre, otra vez.