VII

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Después de la riña de los gemelos y el hijo Fushiguro con los matones de grados superiores es que ahora tenían 5 días de suspensión con trabajo extra. Yaga no pudo evitar llamarles la atención al respecto de la pelea, diciendo cosas como "Debieron llamar a un profesor" o "No deberían exponerse de esa manera". La verdad es que el director estaba consciente de la inteligencia de los menores al momento de pelear, no tenía ni idea que clase de educación le daban los padres; de Megumi no tenía dudas, después de todo, era hijo del jefe de policía de su ciudad, ¿pero ¿qué hay de los gemelos, hijos de un periodista común y corriente? No los entendía.

La sentencia a los bravucones fue de una semana y media, además de hacer servicio de limpieza en esos días para la escuela. No hubo inconvenientes de ningún lado, Yaga estaba seguro que incluso los pobres chicos tenían traumas luego de haber peleados con los Itadori y Fushiguro.

Así que ahora, en la actualidad, mientras Megumi y los hermanos estaban disfrutando de su "expulsión" y Jin trabajaba en una nueva nota para el periódico de la semana, Toji tenía que hacer tiempo por las mañanas para asistir a la maldita clase de manejo de paternidad doncel, sosteniendo sobre sus manos un maldito maniquí con estomago cervecero mientras simulaba darle de estiramientos, repitiendo lo que el joven de enfrente decía paso por paso. Estaba fastidiado, irritado, molesto. Esas palabras ni siquiera alcanzaban a decir lo que verdaderamente sentía. Estaba a nada de cancelar aquellas clases solo para ahorrarse la vergüenza, pero no iba a tirar el tanto dinero que le costó. Ni siquiera supo cuando fue que pago con su jodida tarjeta, pero estaba seguro que eso se debió al maldito de Geto. De seguro el estúpido se ha de estar riendo de él en algún lugar de los departamentos de la estación.

— ¡Eso es todo por hoy! Muchas gracias por asistir, futuros papis. Espero hayan disfrutado de la clase, tengan cuidado al levantarse.

Maldita sea. Hable bien, profesor.

Toji sintió que acabo su tortura, así que se levantó, dejando arrumbado el maldito muñeco para solo agarrar sus cosas e irse al trabajo. No quería ver a nadie ni ser amigo de nadie, todos esos padres gritaban melosidad en cualquier poro de su cara. Debía terminar con su papeleo y hacer un par de rondas a los demás, llevar la cena para su familia y tratar de convencer a Jin de un rapidito en la cocina. Sonaba buen plan para hoy, realmente no ha cambiado casi nada, solo estaba el tercer ser en la barriga de Jin creciendo sano y ahora debía de preocuparse el doble solo por no querer lastimar o preocupar a Jin. Intentaría ser mejor padre de lo que fue con Megumi; también amaba a su hijo, claro que sí, pero en el pasado no fue lo mejor para su niño y estaba seguro que aún le guardaba rencor en algún lugar de su mente. Suspiró. Debía ser mejor padre, mejor esposo y mejor... ¿Padrastro? Uhg, demasiadas bocas que alimentar, le daba incluso jaqueca.

Y debía empezar desde ahora a buscar una casa más grande, comprarla, vender la que tenían y mudarse. Tal vez hoy le pediría a Nanami que haga su papeleo si le aumenta un poco el sueldo esta semana.

— ¡Miren quien tenemos aquí!

Toji sintió por unos momentos que dejaba de respirar al reconocer esa voz. Rígido, volteo hacia un lado del pasillo del edificio, encontrando con nadie más y nadie menos que a una jodida rata albina preñada y excesivamente barrigona. Ese estomago iba a explotar si lo picaran con algún alfiler.

Satoru Gojo se mostraba altanero, con esa sonrisa larga, unos lentes de sol tapando sus ojos y una bata que cubría (en vano) su embarazo de más de 8 meses. ¿Cuánto faltaba para que naciera? El niño adentro de seguro ya hasta cobraba pensión.

Toji trato de ignorar a esa rubia albina, intentando pasar en vano por ahí. Cierta parte suya estaba feliz de que aquel tipo tuviese su licencia de maternidad, la estación policial estaba más tranquila sin él revoloteando por los alrededores, pero otra parte estaba algo cansado ya que aquel maldito era uno de sus mejores policías. Puede decir incluso que, si no lo hacían jefe a él, Gojo sin problemas tomaba el cargo.

— Vaya, Toji-kun, ¿Quién viera que el fuerte y rancio jefe policial esta en estas clases? ¿Crees que si mando esta foto a los demás me darán algo?

Los pasos del nombrado se detuvieron, volteando de nuevo para observar al embarazado, mostrando sin pena su celular y en él una foto de Toji cargando y masajeando la panza de un maniquí con una cara del asco. Fushiguro quería que su contrario no tuviese esa invalidez llamada embarazo, porque estaba seguro que le arrancaría el cuello con sus propias manos.

— Aww, ¿qué dirá Jin-kun al ver que lo reemplazan por un muñeco? No te conocía esos fetiches.

— Gojo, maldito. ¿Nanami se cansó de ti y ahora me fastidias a mí?

— ¡A Nanamin no lo metas!

— ¡Borra esa foto o le reduzco el salario!

Ambos hombres se vieron, con Gojo dispuesto a avergonzar aún más a su jefe y a Fushiguro estando a nada de hacer trabajar a Kento como desquiciado por culpa de su pareja.

— Bórrala.

— ¡Oblígame!

— Te comportas como niño.

— Son las hormonas, dah. Son las miles de desventajas de un embarazo.

Desventajas... Se le hacía aun curioso como Jin no tenía esos problemas. No vómitos, no antojos, no cambios hormonales, nada. ¿Deberían ir al doctor acaso? Espera, el doctor le dijo que eso era normal, ¿no?

— El problema es que tú ya eres así.

— Que cruel.

Toji suspiró. No tenía tiempo para eso.

— Si veo que compartiste la foto.

— Geto ya le dio Like.

Toji sintió su cuerpo erizar, sacando rápidamente su teléfono para verificar las redes sociales. Efectivamente, Satoru había subido tal foto a Instagram con la descripción de "¡Futuro papá!". El enojo palpitaba sus sienes por un lado, es especial por los cosntantes likes y comentarios que empezaban a llegar. Esta vez paso a mirar al albino con su ceño fruncido, notando la sonrisita gratificando con la lengua de fuera.

— Tú, maldito...

— Mira la hora, ya comenzó mi propia clase. ¡Nos vemos, Toji-kun!

Y con una mano sosteniendo de su espalda camino directo a la sala de manejo de paternidad, dejando atrás a un Fushiguro avergonzado y a nada de hacer reducir el salario a dos estúpidos en su trabajo.

&

Jin sonreía. Había observado la foto que Gojo había subido y de inmediato le dio like y la guardó. Estaba feliz al ver el esfuerzo que su pareja hacía por querer cuidar de él y su pancita que con el tiempo crecería. Sus mejillas las sentía sonrosadas y su boca marcaba una sonrisa. Nunca había visto a Toji de ese modo, pero le encantaba. Esperaba poder llegar con su novio y que le contara todo con respecto a lo que hacía. Luego pediría permiso a su jefe de asistir una que otra clase con su pareja, se veía que eran buenas las clases por el ambiente en el que estaban.

Decidido, dejo unos momentos su escritura para teclear rápidamente en su teléfono.

"¡Ese es mi novio"

Y comentar dicha publicación con una sonrisa en la cara. ¿Había sido demasiado? La verdad es que estaba avergonzado, no quería ni saber el cómo se encontraba Fushiguro al respecto, incluso podía confirmar que sus hijos y Megumi le harían un poco de bullying al llegar a casa.

No pensó que iba a estar tan feliz con un tercero en la familia Fushiguro-Itadori. Al principio tenía sus dudas y sus miedos, pero ahora ya no tenía ninguna. Eran felices y estaban bien.

|| N/A: Estoy feliz de volver a publicar. He perdido demasiadas veces mi cuenta, soy muy olvidadizo realmente.

¡A partir de este pequeño relleno empezaré a saltar un poco en el tiempo! Dije que iba a ser una historia corta y la verdad a mi me encantan hacer estas tramas de convivencia en familia. 

¿Como esperan que sea el hijo entre Toji y Jin? La verdad es que no me lo puedo imaginar, jaja. ¿Me ayudarían? 

¡Muchas gracias por leer!

Pregnant [TojixJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora